2ª RFEF
El Zamora CF cuaja el mejor partido de la temporada para ganar al Promesas: 1-2
Los rojiblancos realizaron el partido más completo de esta Liga cuando más se necesitaba la victoria: un gol de Theo, nada más empezar el partido, cambió el estado psíquico del equipo que volvió a creer en sus posibilidades
El Zamora CF ganó por 1-2 al Valladolid Promesas, un gran equipo, en su mejor partido de esta temporada. Vencer era el único verbo que podían conjugar los rojiblancos en Pucela. No servía ni el empate. La derrota significaba mediocridad, el empate, vulgaridad, y el triunfo, seguir en la lucha por jugar la fase de ascenso. No escribo de ocupar el primer puesto. Eso es otra cuestión.
El fútbol, como toda manifestación humana, se rige por el estado psíquico de cada individuo, de cada futbolista que integre esa colectividad denominada equipo. De ahí que el tanto marcado por ese extraordinario jugador que es Theo, en el minuto 5, inyectase fuerza y potencia en la mente de los rojiblancos. Fue un disparo lejano, a diez metros del área grande, raso, que se fue envenenando para batir al meta local, un tanto sorprendido por el efecto de la pelota.
A partir de ese instante, el Zamora, con cambios en el lateral derecho, donde jugó Amez, en detrimento de Silva; con Pana, como ariete, pues Altube parece fuera de la plantilla, y con Ánder el Hadadi, en el exterior derecho, dominó y percutió en excelentes acciones en ataque, con varias jugadas de gol y un balón a la madera.
Los hombres de Yago Iglesias jugaba como querían, con ese fútbol dinámico, de excelente factura. No obstante, ese mando no se tradujo en más tantos. Hasta que, de nuevo, el árbitro, gallego, también se equivocó en una jugada que señaló como penalti, pero que se inició con una falta clarísima de Cedric a Prada. Corría el minuto 25. Chuki transformó para empatar.
Durante unos minutos, el Valladolid creyó en la remontada, pero, de nuevo, otra pena máxima, clarísima por agarrón en el área chica, adelantó al Zamora, al transformar Pana. Minuto 31.
El Zamora recobró su estado de ánimo y logró llegar por delante al descanso.
Tras el paso por vestuarios, el Promesas buscó el empate, pero más con fuerza que con talento. Un error, a la salida de un córner, de Iricíbar, propició la mejor ocasión local. Pero el propio meta rojiblanco realizó la gran parada del partido. Corría el minuto 50.
El cuadro de Batista necesitaba empatar cuanto antes. Lo intentó, con buen juego, pero sin que peligrase la victoria rojiblanca, merced a la enorme labor de toda la zaga rojiblanca, tanto por las bandas como por el centro.
El técnico brasileño, como veía que la fortaleza zamorana resistía los embates de sus delanteros, empezó a cambiar jugadores: Joao Pedro y Fran Ribera sustituyeron a Pozo y Fran López, en el minuto 62. Mientras, Yago Iglesias aguantan con el once inicial.
Y llegó la jugada clave del partido. Una entrada por atrás de Arroyo a Juanan, la segunda amarilla, dejaba al Valladolid con diez hombres. El árbitro, por cierto, si me olvido del penalti a favor de los blanquivioletas, creo que cuajó una excelente dirección del partido. Minuto 71. El Zamora iba a jugar con ventaja casi media hora.
Y llegó el momento de los cambios en el bando zamorano un minuto después. Vallejo y Sancho entraban en el terreno de juego para sustituir a El Hadadi y Pana.
A partir de ese instante, el Zamora CF jugó un fútbol muy inteligente, dirigido por dos excepcionales futbolistas: Theo y Juanan, y con una zaga solidaria, seria e invencible. Mientras en ataque Viana, Ribeiro y compañía incordiaba a los defensas locales.
El Zamora CF ganó por 1-2 al Valladolid Promesas, un gran equipo, en su mejor partido de esta temporada. Vencer era el único verbo que podían conjugar los rojiblancos en Pucela. No servía ni el empate. La derrota significaba mediocridad, el empate, vulgaridad, y el triunfo, seguir en la lucha por jugar la fase de ascenso. No escribo de ocupar el primer puesto. Eso es otra cuestión.
El fútbol, como toda manifestación humana, se rige por el estado psíquico de cada individuo, de cada futbolista que integre esa colectividad denominada equipo. De ahí que el tanto marcado por ese extraordinario jugador que es Theo, en el minuto 5, inyectase fuerza y potencia en la mente de los rojiblancos. Fue un disparo lejano, a diez metros del área grande, raso, que se fue envenenando para batir al meta local, un tanto sorprendido por el efecto de la pelota.
A partir de ese instante, el Zamora, con cambios en el lateral derecho, donde jugó Amez, en detrimento de Silva; con Pana, como ariete, pues Altube parece fuera de la plantilla, y con Ánder el Hadadi, en el exterior derecho, dominó y percutió en excelentes acciones en ataque, con varias jugadas de gol y un balón a la madera.
Los hombres de Yago Iglesias jugaba como querían, con ese fútbol dinámico, de excelente factura. No obstante, ese mando no se tradujo en más tantos. Hasta que, de nuevo, el árbitro, gallego, también se equivocó en una jugada que señaló como penalti, pero que se inició con una falta clarísima de Cedric a Prada. Corría el minuto 25. Chuki transformó para empatar.
Durante unos minutos, el Valladolid creyó en la remontada, pero, de nuevo, otra pena máxima, clarísima por agarrón en el área chica, adelantó al Zamora, al transformar Pana. Minuto 31.
El Zamora recobró su estado de ánimo y logró llegar por delante al descanso.
Tras el paso por vestuarios, el Promesas buscó el empate, pero más con fuerza que con talento. Un error, a la salida de un córner, de Iricíbar, propició la mejor ocasión local. Pero el propio meta rojiblanco realizó la gran parada del partido. Corría el minuto 50.
El cuadro de Batista necesitaba empatar cuanto antes. Lo intentó, con buen juego, pero sin que peligrase la victoria rojiblanca, merced a la enorme labor de toda la zaga rojiblanca, tanto por las bandas como por el centro.
El técnico brasileño, como veía que la fortaleza zamorana resistía los embates de sus delanteros, empezó a cambiar jugadores: Joao Pedro y Fran Ribera sustituyeron a Pozo y Fran López, en el minuto 62. Mientras, Yago Iglesias aguantan con el once inicial.
Y llegó la jugada clave del partido. Una entrada por atrás de Arroyo a Juanan, la segunda amarilla, dejaba al Valladolid con diez hombres. El árbitro, por cierto, si me olvido del penalti a favor de los blanquivioletas, creo que cuajó una excelente dirección del partido. Minuto 71. El Zamora iba a jugar con ventaja casi media hora.
Y llegó el momento de los cambios en el bando zamorano un minuto después. Vallejo y Sancho entraban en el terreno de juego para sustituir a El Hadadi y Pana.
A partir de ese instante, el Zamora CF jugó un fútbol muy inteligente, dirigido por dos excepcionales futbolistas: Theo y Juanan, y con una zaga solidaria, seria e invencible. Mientras en ataque Viana, Ribeiro y compañía incordiaba a los defensas locales.



























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