Miércoles, 05 de Noviembre de 2025

Miguel Angel Vegas 2
Domingo, 29 de Enero de 2023
ELECCIONES MUNICIPALES

¿La última oportunidad para Zamora?

[Img #74427]Hace nueve años que mi familia y yo tomamos la decisión de venir a Zamora a vivir. Con el tiempo, tras ir conociendo la ciudad y la idiosincrasia de sus ciudadanos, he sido consciente de que fuimos unos bichos raros. Hicimos algo inaudito, inusitado y muy extraño a ojos de los zamoranos: ¡vinimos de una gran ciudad a instalarnos aquí!

 

En estos años hemos sido aceptados, muy bien acogidos y hemos forjado buenas amistades. Y en todo este tiempo hay algo que me llama poderosamente la atención: en ningún otro sitio de los más de veinte en los que a lo largo de mi vida he tenido la oportunidad de vivir y trabajar, he encontrado tal aversión, rechazo, desapego o crítica a su propia tierra.

 

Desconozco los orígenes de tal comportamiento y si poderosas razones han configurado esta realidad, pero noto que están muy arraigados sentimientos de falta de orgullo por esta tierra y sus gentes, por sus costumbres, paisajes, gastronomía o cultura. Y mucho menos aún por los personajes ilustres que-ahora o en el pasado-hayan luchado y contribuido en intentar obtener lo mejor para Zamora y los zamoranos.

¿ O será porque, en realidad, haya sucedido todo lo contrario, es decir, se han acostumbrado a ser traicionados, denostados, ninguneados?

Reconozco que mi perspectiva es de corta duración pero mi óptica comparativa es de bastante amplio espectro,  y puede servir para la reflexión.

 

En los años vividos en Zamora hasta ahora, observo que hay una especie de denominador común en el comportamiento cívico, social y político: resignación, quejas y (pérdonenme la expresión) estar jodidos. Como diría un afamado entrenador de fútbol, “siempre negativos; nunca positivos”.

 

A este respecto me viene a la memoria una interesante conferencia del Profesor y sociólogo zamorano José Manuel del Barrio en la que insistía en romper con dicho paradigma resaltando las bondades y capacidades zamoranas a través del ejemplo de algo intangible pero que se plasmaba (se hacía tangible) al menos una vez al año, en la Semana Santa: lo denominaba “capital social”.

Es esa fuerza invisible que hace a diferentes personas trabajar por algo que reporta satisfacciones individuales y colectivas, que se realiza por el bien común superior, generando autosatisfacción, capacidad organizativa, generosidad y orgullo de pertenencia.

 

¿Por qué no trasciende a otros ámbitos ese demostrado capital social de los zamoranos?

¿Por qué los que triunfan fuera no hacen más exposición de su tierra y se muestran más orgullosos de ella?

¿Por qué los políticos zamoranos de cualquier nivel terminan olvidando sus promesas y plegándose a los intereses de partido en lugar de a los intereses de quienes les han votado en su ciudad o provincia y , encima, les sale a cuenta?

¿Por qué ha de tener más fuerza la disciplina de partido (más bien la dictadura de partido) que la de tus votantes?

¿Y por qué los zamoranos lo consienten votación tras votación?

 

Parafraseando a Einstein deberíamos empezar a poner en práctica que “con los mismos, dependiendo de los mismos y haciendo lo mismo” siempre se obtendrán los mismos resultados: más resignación, más quejas y más jodidos.

 

¿Y por qué no romper con esa dinámica? Mayo está cerca y ha quedado demostrado en estos años (al menos en los que yo observo este comportamiento, desde mi reciente zamoranía) que los “maíllos, antidios, maytes y demás amamantados de partido” no han estado por y para Zamora sino para su partido y pro-domo-sua.

No debería ser así, porque-no se olvide- la política y los políticos dependen de nosotros. Está en nuestras manos que las cosas cambien.

Empecemos a pensar que otra política es posible. Que puede haber alternativas en las que los ciudadanos tomen la palabra y la responsabilidad, no los dirigentes de partidos en Valladolid o Madrid.

Aún hay esperanza. Mayo está a la vuelta de la esquina, esperando el momento de decirles ¡ya está bien!

Que Zamora se ha cansado de ser ninguneada por los de siempre.

Que Zamora no es un trampolín para políticos mediocres, ni acomodo para colocar a los afines, familiares o amigos.

Que las acciones del gobierno municipal de estos últimos 8 años no sirven como soluciones.

Que anunciar que se hace no equivale a hacer (y menos si lo anuncias cuatro veces). En todo caso lo que revela es la incompetencia gestora o el olvido más traidor.

Que las cantinelas de siempre ya no sirven y que echar la culpa a los antecesores, tampoco.

No se puede, zamoranos. Es imposible que haya cambios proponiendo lo mismo para que lo hagan los de siempre, ni es posible prosperar confiando en los de siempre. Porque -como siempre- van a anteponer los intereses del partido a los de Zamora.

 

Creo que es el momento de que surjan alternativas zamoranistas que piensen en Zamora, en clave local, sin más interés que intentar lo mejor para la ciudad y sus ciudadanos, sin ataduras de partido ni olvidos lamentables que no puedan ser reivindicados.

Alternativas que deberían ser construidas desde la sociedad civil, con gente experimentada, libre y liberal, lejos de sectarismos y de los ojos supervisores del partido o los intereses superiores de Valladolid o Madrid.

Con gentes cuyo currículo no se haya construido “por, para y en” un partido. Las hay. Forman parte de ese “capital social” que antes mencionaba y deberían (deberíamos) ser valientes, dejando la queja vana, la resignación suicida y el malestar de barra de bar para dar el salto a construir y participar en una alternativa ciudadana; esa que cada tres por cuatro reclaman muchas gentes de bien de esta Zamora que- de no rectificar- seguirá hundiéndose cada vez más.

 

No soy zamorano, pero como es la ciudad en la que he decidido vivir y por la que debo luchar, así lo siento. Si finalmente se crea una plataforma ciudadana que persiga todo eso, contarán conmigo y con mi voto. Hago un llamamiento a la ciudadanía para que no tenga miedo a cambiar porque es la única manera de alcanzar el verdadero cambio. Votar a otros para botarlos a ellos.

Dejemos ya de lamentarnos. Sí puede haber cambio empezando a cambiar nosotros. Ahora es el momento. Mayo debería venir con cambios. Y si no es así y los mismos vuelven a prometer lo mismo, haciendo lo mismo y con los mismos resultados para el resto de ciudadanos, no caben quejas ni lamentos. Solo resignación y disfrutar lo votado. ¡que así no sea!

 

 

Miguel Angel Vegas

Ciudadano preocupado

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  • M.Mercedes

    M.Mercedes | Miércoles, 01 de Febrero de 2023 a las 17:19:07 horas

    Tiene usted toda la razón en su artículo, parece mentira que los propios zamoranos no seamos capaces de salir a las calles de nuestra preciosa ciudad a reivindicar lo que todos, como Ud. bien dice, comentamos en las barras de los bares.Los zamoranos ya ni levantamos la voz, " con que nos dejen tranquilos"... esa es la actitud a la que nos han acostumbrado nuestros " dirigentes". NADIE, ningún político, de ningún color, ha hecho nunca nada por Zamora, bueno, salvo Antolín Martín qdep, los demás se han ocupado de sus intereses, de subir en su estatus social, o enriquecerse con obras que no van a ningún lado, quizás a estropear la estética de la ciudad, El problema de los zamoranos es que no sabemos elegir a nuestros políticos. Tiene razón en eso que ahora es buen momento para intentarlo de nuevo con partidos que nunca hayan estado gobernando, con partidos que miren por el interés de nuestra tierra, pero mucho me temo que iremos de nuevo como hasta ahora, del coro al caño y del caño al coro. Ojalá tenga usted razón, yo también votaré por un cambio distinto.

    Accede para responder

  • Javier

    Javier | Domingo, 29 de Enero de 2023 a las 22:00:19 horas

    Soy nacido y residente en Zamora, y le felicito por su certera reflexión..Yo aportaría un comentario para enriquecer su artículo . Venimos como sociedad del sometimiento en el tiempo, que se produjo en el posfranquismo donde solo exista el régimen y las personas que pensaban diferente o iniciativas diferentes eran anulados.
    Bien, excluyendolos, hasta que solo le quedaba la emigración para desarrollar sus habilidades., de ahí , tantos zamoranos ilustres que se tuvieron que ir fuera para
    ser reconocidos (Coomote, Baltasar lobo, Agustín García Calvo, son ejemplos).
    Bien, someterse al poder existente con lo que representa, hasta llegar a anular sus inquietudes y esa sociedad en años nos trae a estos tiempos que Ud bien narra es su comentario. Somos una sociedad que va al bar a criticar todo y a todos y luego vota al de siempre, aunque sea el responsable con su gestión de abandonar está provincia ( gestión de incendios, inversiones, perdida de población , preparada y tantas cosas). Y cambiar la situación será cuestión de educación, conociendo de donde venimos y quienes somos a través de nuestra rica historia . Conciencia y orgullo de ser zamoranos y se conseguirá con el tiempo y nuevas generaciones.

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