INFRAESTRUCTURAS FERROVIARIAS
Zamora, el Eje Atlántico y la vía férrea Vía de la Plata
El mapa que ilustra el artículo pertenece al estudio demográfico de Pilar Burillo, en él se observa el corte en la frontera hispano lusa donde la situación española está en peor situación demográfica. Desde la Asociación Viriatos Zamora siempre han denunciado una posible política de diseño, que nos ha posicionado de espaldas a Portugal y que ha condenado La Raya a ser un territorio de sacrificio.
Con cierta frecuencia, se habla y se informa, en medios de comunicación, de una infraestructura, bautizada como Eje Atlántico, ferrocarril de alta velocidad, necesaria para que el norte de Portugal, con su ciudad más importante, la bella Oporto, enlace con Europa. Lo lógico sería pensar en adoptase dos direcciones: una hacia el norte, hasta llegar a Vigo, y aprovechar el AVE y llegar a Zamora y, desde nuestra ciudad, Valladolid y buscar el País Vasco para entrar en Francia.
La otra dirección, más rápida, porque tendría que recorrer menos kilómetros, partiría de Oporto para ligar con Zamora. Por supuesto, habría que construir una línea férrea que atravesara todo el norte de la nación hermana. Si se construyera un AVE entre nuestra ciudad y la capital industrial del norte luso, el oeste de nuestra provincia y la capital alcanzarían un enorme desarrollo industrial, porque nos convertiríamos en un puerto seco de primera magnitud, que conllevaría un crecimiento demográfico extraordinaria y un aumento del nivel de vida inimaginable.
Ahora bien, como decía Pessoa, el genial poeta portugués, los sueños posibles, como el que he contado, engendran frustración cuando no se cumplen.
Si el cerebro de Europa todavía funciona, el eje franco-alemán, procuraría el desarrollo de dos de las zonas del continente que padecen más despoblación, envejecimiento e inactividad. Traduzco: Tras os Montes y el occidente de nuestra provincia.
En el gráfico que acompaña este artículo, la Franja Céltica, en color rojo, pertenece a España. Se observa esta brutal catástrofe demográfica, con un dato demoledor: menos de 8 habitantes por Km2.
Portugal se halla menos mal, nunca algo mejor, pues continúa esa gran mancha roja desaparece, no obstante, se está despoblado muy rápidamente. En tono amarillo, se reflejan Áreas Escasamente Pobladas con menos de 12,5 hab/km2. Estas magnitudes, 8 y 12,5, son indicadores europeos para determinar los ratios demográficos. Siempre sobre los datos oficiales del censo. Pero la realidad es mucho más dramática, ya que viven la mitad o menos en el territorio: desiertos demográficos.
Además de ese Eje Atlántico, el ferrocarril de la Vía de la Plata, cerrado cuando gobernaba el PSOE, legislaturas felipistas, y que Aznar prometió abrir, con aquella frase de regresar a Benavente en tren, se me antoja también vital para el desarrollo de nuestra ciudad y la provincia.
Zamora, junto a Soria, Teruel, Cuenca y Huesca, forma el quintento de provincias españolas que la Unión Europea considera, según sus criterios, como territorios desfavorecidos demográficamente, porque cuentan con una densidad de población inferior a los 12,5 hab/km2
Como además de periodista soy historiador, sé que Zamora siempre ha sido maltratada por los ejecutivos de la Junta de Castilla y León, enamorado del eje Valladolid-Burgos, con su apéndice Palencia, y los gobiernos del PSOE, el que más daño causó a nuestra tierra, como he contado, no opinado, en numerosos artículos, con la aquiescencia secular de diputados y senadores socialistas zamoranos, me temo que el Eje Atlántico nos evitará y que la vía férrea entre Sevilla y Gijón jamás se reabrirá. De hecho, ningún político zamorano se ha pronunciado al respecto, ni tirios ni troyanos. Todos guardan silencio. Esperan noticias de sus jefes. Ellos son solo vicarios.
Le pido al partido Zamora Sí, que se presentará el próximo jueves, el que liderará Francisco José Requejo, que denuncie la situación que padece nuestra provincia, que exija a los gobiernos de la Junta y de La Moncloa información sobre ese Eje Atlántico y el ferrocarril Vía de la Plata, y, si no responden o esconden la realidad de ambos proyectos ferroviarios, se viaja a Bruselas, con un dossier que demuestre la situación económica y demográfica de nuestra tierra, y, si es menester, acompañados por las máximas autoridades Oporto, Braganza y ciudades de Tras os Montes.
No se olvide que la Junta, cuando la presidía ese político al que le cabía la autonomía más grande de Europa, Juan José Lucas, que lleva viviendo desde entonces de la política, ninguneó a Zamora cuando Europa destinó ingentes cantidades de dinero a Castilla y León, merced a provincias como la nuestra, definidas como Objetivo 1, para equiparar las economías y las sociedades de las nueve provincias de esta comunidad ahistórica.
Quizá ahora Mañueco y Sánchez, o los dirigentes que los sucedan, vuelvan a humillarnos. Acaso Zamora esté destinada a desaparecer como provincia, para convertirla en un cementerio de residuos radiactivos y un enorme territorio para residencias de ancianos.
Necesitamos un partido del pueblo y para el pueblo, sin tutelas de nadie, ni de Valladolid, ni de Madrid y, de momento, tampoco de León, que exija desarrollo, medidas urgentes para evitar este voraz avance hacia el desierto demográfico. Nosotros, los zamoranos, tenemos los votos y la palabra. Castiguemos a los que tanto nos perjudicaron con engaños y promesas.
Eugenio-Jesús de Ávila
Con cierta frecuencia, se habla y se informa, en medios de comunicación, de una infraestructura, bautizada como Eje Atlántico, ferrocarril de alta velocidad, necesaria para que el norte de Portugal, con su ciudad más importante, la bella Oporto, enlace con Europa. Lo lógico sería pensar en adoptase dos direcciones: una hacia el norte, hasta llegar a Vigo, y aprovechar el AVE y llegar a Zamora y, desde nuestra ciudad, Valladolid y buscar el País Vasco para entrar en Francia.
La otra dirección, más rápida, porque tendría que recorrer menos kilómetros, partiría de Oporto para ligar con Zamora. Por supuesto, habría que construir una línea férrea que atravesara todo el norte de la nación hermana. Si se construyera un AVE entre nuestra ciudad y la capital industrial del norte luso, el oeste de nuestra provincia y la capital alcanzarían un enorme desarrollo industrial, porque nos convertiríamos en un puerto seco de primera magnitud, que conllevaría un crecimiento demográfico extraordinaria y un aumento del nivel de vida inimaginable.
Ahora bien, como decía Pessoa, el genial poeta portugués, los sueños posibles, como el que he contado, engendran frustración cuando no se cumplen.
Si el cerebro de Europa todavía funciona, el eje franco-alemán, procuraría el desarrollo de dos de las zonas del continente que padecen más despoblación, envejecimiento e inactividad. Traduzco: Tras os Montes y el occidente de nuestra provincia.
En el gráfico que acompaña este artículo, la Franja Céltica, en color rojo, pertenece a España. Se observa esta brutal catástrofe demográfica, con un dato demoledor: menos de 8 habitantes por Km2.
Portugal se halla menos mal, nunca algo mejor, pues continúa esa gran mancha roja desaparece, no obstante, se está despoblado muy rápidamente. En tono amarillo, se reflejan Áreas Escasamente Pobladas con menos de 12,5 hab/km2. Estas magnitudes, 8 y 12,5, son indicadores europeos para determinar los ratios demográficos. Siempre sobre los datos oficiales del censo. Pero la realidad es mucho más dramática, ya que viven la mitad o menos en el territorio: desiertos demográficos.
Además de ese Eje Atlántico, el ferrocarril de la Vía de la Plata, cerrado cuando gobernaba el PSOE, legislaturas felipistas, y que Aznar prometió abrir, con aquella frase de regresar a Benavente en tren, se me antoja también vital para el desarrollo de nuestra ciudad y la provincia.
Zamora, junto a Soria, Teruel, Cuenca y Huesca, forma el quintento de provincias españolas que la Unión Europea considera, según sus criterios, como territorios desfavorecidos demográficamente, porque cuentan con una densidad de población inferior a los 12,5 hab/km2
Como además de periodista soy historiador, sé que Zamora siempre ha sido maltratada por los ejecutivos de la Junta de Castilla y León, enamorado del eje Valladolid-Burgos, con su apéndice Palencia, y los gobiernos del PSOE, el que más daño causó a nuestra tierra, como he contado, no opinado, en numerosos artículos, con la aquiescencia secular de diputados y senadores socialistas zamoranos, me temo que el Eje Atlántico nos evitará y que la vía férrea entre Sevilla y Gijón jamás se reabrirá. De hecho, ningún político zamorano se ha pronunciado al respecto, ni tirios ni troyanos. Todos guardan silencio. Esperan noticias de sus jefes. Ellos son solo vicarios.
Le pido al partido Zamora Sí, que se presentará el próximo jueves, el que liderará Francisco José Requejo, que denuncie la situación que padece nuestra provincia, que exija a los gobiernos de la Junta y de La Moncloa información sobre ese Eje Atlántico y el ferrocarril Vía de la Plata, y, si no responden o esconden la realidad de ambos proyectos ferroviarios, se viaja a Bruselas, con un dossier que demuestre la situación económica y demográfica de nuestra tierra, y, si es menester, acompañados por las máximas autoridades Oporto, Braganza y ciudades de Tras os Montes.
No se olvide que la Junta, cuando la presidía ese político al que le cabía la autonomía más grande de Europa, Juan José Lucas, que lleva viviendo desde entonces de la política, ninguneó a Zamora cuando Europa destinó ingentes cantidades de dinero a Castilla y León, merced a provincias como la nuestra, definidas como Objetivo 1, para equiparar las economías y las sociedades de las nueve provincias de esta comunidad ahistórica.
Quizá ahora Mañueco y Sánchez, o los dirigentes que los sucedan, vuelvan a humillarnos. Acaso Zamora esté destinada a desaparecer como provincia, para convertirla en un cementerio de residuos radiactivos y un enorme territorio para residencias de ancianos.
Necesitamos un partido del pueblo y para el pueblo, sin tutelas de nadie, ni de Valladolid, ni de Madrid y, de momento, tampoco de León, que exija desarrollo, medidas urgentes para evitar este voraz avance hacia el desierto demográfico. Nosotros, los zamoranos, tenemos los votos y la palabra. Castiguemos a los que tanto nos perjudicaron con engaños y promesas.
Eugenio-Jesús de Ávila



























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