TODAVÍA ME QUEDA LA PALABRA
Zamora no tiene ni prensa ni políticos que la defiendan
Una empresa zamorana, Lácteas La Hiniesta, denuncia la falta de deontología profesional de un periódico que se edita aquí
Empresarios zamoranos permitieron, por cobardía o quizá por ganarse unas pesetas, que su viejo periódico, El Correo de Zamora, creado a finales del siglo XIX, lo adquiriese un grupo empresarial absolutamente ajeno a nuestra ciudad y provincia, que buscaba reconstruir la prensa del Movimiento y después del Estado, cuando el felipismo cayó en la cuenta que, además del control de las televisiones y emisoras de radio, también se necesitaban los periódicos locales, la Hoja Parroquial que despectivamente comenta el vulgo.
A finales de los 80, Zamora se quedó sin su periódico. Su cabecera desapareció, hecho muy extraño en el periodismo español, que siempre respeto la historia de la prensa. Aquí, no, porque El Correo de Zamora se jibarizo, se pisoteó, se ninguneó con otro nombre sin tradición alguna en nuestra tierra.
Desde entonces, los empresarios zamoranos protestan, de vez en cuando, porque se consideran dañados por informaciones aparecidas en este medio que no se contrastan, ni cotejan. La historia de este enojo empresarial es larga. Pero tienen lo que se merecen. La última afrenta aconteció, no ha mucho tiempo, con una empresaria zamorana, joven, Belén Santos, propietaria de Lácteas La Hiniesta, que esta misma tarde, en el Parador, denunció a ese periódico por “este tipo de informaciones no verificadas, que dañan la imagen y reputación de una empresa familiar lacto-ganadera”. Esta empresa, zamoranísima, este mismo año, recibió dos premios de plata al mejor queso del mundo en WORLD CHEESE 2022-2023.
En un comunicado, la empresaria mostraba su sorpresa por “la publicación de esta noticia sin haber sido debidamente contrastada con los organismos inspectores, que han informado que en ningún momento se ha contacto con ellos para verificar la información, ni con Lácteas la Hiniesta, que siempre ha estado disponible y accesible para aclarar estas circunstancias”.
Belén Santos denuncia, por tanto, que ese periódico incumplió el ABC del periodismo: contrastar las informaciones. ¡Qué más da! Aquí en Zamora todo vale, más en esta profesión.
He escrito, incluso con reiteración, que me duele Zamora, lo que nace, se hace y crece en mi tierra, tanto como a Unamuno le dolía España. Y me encabrona que se le haga daño a una empresa zamorana de prestigio, una empresa familiar que trabaja, se esfuerza y crea empleo, cuando en esta provincia ser empresario es llorar, sufrir, desfacer entuertos, prosperar.
Necesitaríamos muchas más empresas como Lácteas La Hiniesta y empresarios que transformaran nuestras excelentes materias primas en Zamora, para que aquí se quedase la riqueza, el premio al sudor, al talento, a la inteligencia, y no exportar lo da la tierra en bruto, como si fuéramos un país tercermundista, africano.
Y necesitaríamos un periódico nuestro, como también un partido zamorano nuestro, para que nos defendiera de las grandes grupos empresariales, como Iberdrola; periodísticos, como el mencionado, y políticos, como los grandes que abarcan todo el territorio nacional.
Ahora nuestra ciudad y su provincia carecen de voz, de fuerza, de libertad para enfrentarse a los que nos quieren humillar, menguar y chantajear.
Nosotros, los zamoranos, padecemos esa apatía antropológica de la que tanto he escrito, y, además, una cobardía de la que se aprovechan los poderosos. No tenemos remedio, porque seguiremos alimentando a los que nos perjudican, dañan y se ríen de nosotros. Un pueblo con alma de esclavo será siempre pasto de tiranos.
Eugenio-Jesús de Ávila
Empresarios zamoranos permitieron, por cobardía o quizá por ganarse unas pesetas, que su viejo periódico, El Correo de Zamora, creado a finales del siglo XIX, lo adquiriese un grupo empresarial absolutamente ajeno a nuestra ciudad y provincia, que buscaba reconstruir la prensa del Movimiento y después del Estado, cuando el felipismo cayó en la cuenta que, además del control de las televisiones y emisoras de radio, también se necesitaban los periódicos locales, la Hoja Parroquial que despectivamente comenta el vulgo.
A finales de los 80, Zamora se quedó sin su periódico. Su cabecera desapareció, hecho muy extraño en el periodismo español, que siempre respeto la historia de la prensa. Aquí, no, porque El Correo de Zamora se jibarizo, se pisoteó, se ninguneó con otro nombre sin tradición alguna en nuestra tierra.
Desde entonces, los empresarios zamoranos protestan, de vez en cuando, porque se consideran dañados por informaciones aparecidas en este medio que no se contrastan, ni cotejan. La historia de este enojo empresarial es larga. Pero tienen lo que se merecen. La última afrenta aconteció, no ha mucho tiempo, con una empresaria zamorana, joven, Belén Santos, propietaria de Lácteas La Hiniesta, que esta misma tarde, en el Parador, denunció a ese periódico por “este tipo de informaciones no verificadas, que dañan la imagen y reputación de una empresa familiar lacto-ganadera”. Esta empresa, zamoranísima, este mismo año, recibió dos premios de plata al mejor queso del mundo en WORLD CHEESE 2022-2023.
En un comunicado, la empresaria mostraba su sorpresa por “la publicación de esta noticia sin haber sido debidamente contrastada con los organismos inspectores, que han informado que en ningún momento se ha contacto con ellos para verificar la información, ni con Lácteas la Hiniesta, que siempre ha estado disponible y accesible para aclarar estas circunstancias”.
Belén Santos denuncia, por tanto, que ese periódico incumplió el ABC del periodismo: contrastar las informaciones. ¡Qué más da! Aquí en Zamora todo vale, más en esta profesión.
He escrito, incluso con reiteración, que me duele Zamora, lo que nace, se hace y crece en mi tierra, tanto como a Unamuno le dolía España. Y me encabrona que se le haga daño a una empresa zamorana de prestigio, una empresa familiar que trabaja, se esfuerza y crea empleo, cuando en esta provincia ser empresario es llorar, sufrir, desfacer entuertos, prosperar.
Necesitaríamos muchas más empresas como Lácteas La Hiniesta y empresarios que transformaran nuestras excelentes materias primas en Zamora, para que aquí se quedase la riqueza, el premio al sudor, al talento, a la inteligencia, y no exportar lo da la tierra en bruto, como si fuéramos un país tercermundista, africano.
Y necesitaríamos un periódico nuestro, como también un partido zamorano nuestro, para que nos defendiera de las grandes grupos empresariales, como Iberdrola; periodísticos, como el mencionado, y políticos, como los grandes que abarcan todo el territorio nacional.
Ahora nuestra ciudad y su provincia carecen de voz, de fuerza, de libertad para enfrentarse a los que nos quieren humillar, menguar y chantajear.
Nosotros, los zamoranos, padecemos esa apatía antropológica de la que tanto he escrito, y, además, una cobardía de la que se aprovechan los poderosos. No tenemos remedio, porque seguiremos alimentando a los que nos perjudican, dañan y se ríen de nosotros. Un pueblo con alma de esclavo será siempre pasto de tiranos.
Eugenio-Jesús de Ávila





















Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.116