Consejos electorales para partidos de aquí y de allá

Sostengo, e insisto en que no apellido Pereira, que los tres grandes partidos nacionales que presentarán candidaturas a los comicios locales, entiéndase PSOE, PP y Vox, dan por hecho que la IU de Guarido volverá a imponerse. Quizá la única duda radique en si lo hará por mayoría absoluta, hecho increíble, en 2019, o por una mayoría simple, como en el 2015. De ser así, seguro que el PSOE apoyaría la investidura del actual regidor.

Prada Saavedra, David Gago y Javier Eguaras, cabezas de lista de PP, PSOE y Vox gastarán toda la munición posible en demostrar al pueblo llano que Guarido ha incumplido su programa, que la ciudad está manga por hombro, que es sectario y otras críticas por el estilo. Todo líder de la oposición política tiene cierta querencia, lógica, por criticar al que ordena y manda. Ahora bien, en este caso, deberían realizar una campaña en positivo.

Verbigracia, a Zamora Sí, plataforma política, tomado este término en el sentido clásico, el heleno, el de polis, no le interesa perder el tiempo con denuncias de la labor de Guarido en el Ayuntamiento de la capital. En principio, porque el líder de IU no es el culpable de la situación de indigencia económica, demográfica, intelectual y periodística que padece la ciudad del Romancero. Quizá podría haber empleado más cremas de embellecimiento en la epidermis de la ciudad. Podría ser. Cada cual tiene un concepto estético.

 Pero la pérdida de población, la inactividad, el envejecimiento, el cierre de comercios, locales cerrados y viviendas sin alquilar o vender, se debe a las políticas del PSOE, el partido que más tiempo ha dirigido España desde La Moncloa, y del PP, la formación que hizo de la Junta su feudo. Guarido es Astérix, pero zamorano, con conceptos clarísimos: honradez, humildad y coherencia. El regidor nunca prometió nada y lo que manifestó, lo cumplió. No es un revolucionario arcaico que tenga el Manifiesto Comunista en la mesilla, ni se le ha visto el plumero marxista en ninguna de sus actuaciones. Gobierna como una persona, si me permite la definición, conservadora, porque no cree en una Zamora creciente, industrial, avanzada, sino en esta Zamora de siempre, sencilla, recogida, con su románico, río Duero, modernismo, Puente de Piedra y murallas. Ha arreglado la piel de la ciudad, incluso gastó miles de euros en adecentar unas aceras, como las de Cardenal Cisneros, propiedad del Ministerio de Fomento, que el Estado ni reparó una baldosa después de 30 años de su construcción.

Por lo tanto, ningún partido de ámbito nacional podría desgastar a Guarido. No obstante, el PSOE, en principio, está llamado a ser la formación más agresiva con la gestión del alcalde, porque la gente de izquierdas y la que no es hincha de nadie, la que masca ideología, también es muy conservadora, y como él no se ha mentido en ningún lío, ni se le conocen escándalos, ni conductas propias de políticos al uso, resulta muy complicado meterle, perdón por la expresión, mano.

Colíjase de lo escrito que un servidor, partidario de la presencia de una plataforma zamorana para estos comicios locales y también para las legislativas de diciembre de 2023, recomendaría a Zamora Sí, a Requejo y sus amigos, que se olvidara de pasarse con Guarido, que se le critique con sentido común y poco más. Yo haría una campaña de mus, de propuestas a la chica y a la grande. Me explico: ofertas estéticas, de transformaciones profundas de plazas, jardines, calles. Y oferta revolucionaria: trabajar por una Zamora grande, social y económicamente; inconformista, agresiva e industrial.

Y, por supuesto, con datos fidedignos, denuncia de las afrentas seculares del PP y el PSOE, como determinantes en la decadencia económica, cultural y social de nuestra ciudad. Campaña que debería ser ilusionante y crítica, dura con los malandrines y blanda con las espigas del futuro, con los zamoranos bizarros y que no se resignen a vivir en una ciudad menguante, paupérrima y agonizante.

Eugenio-Jesús de Ávila