Eugenio de Ávila 2
Jueves, 16 de Febrero de 2023
FEMENINO

La mujer hace al hombre más inteligente

[Img #75111]No sé si soy feminista, pero sí que amo lo femenino. Toda mujer obliga a mi cerebro a trabajar con intensidad para alcanzar su altura intelectual. El contacto con el mundo femenino libre hace al hombre más inteligente.

 

No soy machista. Soy hombre. Si Dios existiese que, visto lo visto, me parece imposible, otro invento semita, sería un ser femenino. Se me ocurrió el aserto momentos antes de iniciarse una rueda de prensa en el Ayuntamiento de  Zamora, cuando lo presidía la bella e inteligente Rosa Valdeón, al observar que yo era el único varón y estaba rodeado de mujeres periodistas. Las compañeras sonrieron. Ahora bien, me temo que ignoraban por dónde iba mi ironía. Recuerdo que la primera alcaldesa de nuestra ciudad representaba al PP, no a otros partidos de las izquierdas. No obstante, su partido acabó por decapitarla.

 

A mi edad, cuando se ha vivido mucho y con pasión, el escepticismo se convierte en mi ideología preferida. No obstante, de seguir la actual deriva de la Humanidad, pasaré a militar en la misantropía.

 

No creo en el feminismo de Irene Montero, de Belarra, de Isa Serra, porque más que amar, excluyen al hombre. Ni creo en el feminismo de las mujeres izquierdistas de la II República, como Victoria Kent y Margarita Nelken -"Poner un voto en manos de la mujer es hoy, en España, realizar uno de los mayores anhelos del elemento reaccionario"-, que persiguieron las ideas y a la persona de Clara Campoamor, porque defendía los derechos políticos y sociales de la mujer y debió de exiliarse por temor a ser asesinada por los milicianos rojos. El lector o lectora que dude de mis palabras puede adquirir su libro “La Revolución Española vista por una republicana”. "Estoy tan alejada del fascismo como del comunismo, soy liberal". Y otra reflexión más de mi feminista favorita junto a Emilia Pardo Bazán, para esclarecer la verdad sobre aquella España: «La división tan sencilla como falaz hecha por el gobierno entre fascistas y demócratas, para estimular al pueblo, no se corresponde con la verdad".

 

Eso sucedió hace 90 años. Ahora, un servidor, para algunas, como varón, soy sospechoso de maltratar a mi pareja, mujer, amante. Cualquier niño que nazca en este 2023 vendrá a la vida como persona susceptible de hacer daño, físico o psíquico a cualquier mujer con la que se relaciona, porque el feminismo que ordena y manda, el feminismo del poder, ha dividido el movimiento femenino. Ahora las Montero y sus colegas definen, ex cátedra, quién es feminista y quién machista.

 

Cuando se odia, se deja de ser libre; cuando se divide la sociedad en gentes buenas, solo las mujeres y hombres de izquierdas, y malas, las que votan o defienden ideas liberales, no se es femenista, sino sectaria. 

 

Hay que defender siempre a toda mujer y hombre, sin distinción de sexos, que son explotados en sus trabajos, que padecen desempleo, que son humillados por unas y otros debido a su físico, raza e ideología. Hay que apostar por el talento, la inteligencia, por los méritos de hombres y de mujeres. Nadie es más que nadie por ser varón o hembra… ni menos. Que no se discrimine a nadie por su sexo.

 

No celebró el Día Internacional de la Mujer, porque todos los 365 días del año festejo que en mi vida lo femenino ocupe la jerarquía en mi cerebro, en mi filosofía de la vida y en mi camino hacia el no ser. Amo a la mujer desde dentro. Admiro a la mujer porque tiene la capacidad de crear vida con dolor, porque sin ella no existiría la poesía, la belleza, la vida. Y siento un orgullo varonil por haber traído a la vida a dos mujeres y que una de ellas me diera una nieta. Y todas ellas, más capaces e inteligentes que un servidor. Y me declaro en contra de la paridad entre hombre y mujer, porque negaría a aquellas mujeres que son más inteligentes -la gran mayoría- que los hombres, a repartir de forma equitativa el poder en consejos de administración de empresas, en listas electorales, en los sindicatos…

 

Estoy, como no podría ser de otra forma, siempre que no se trata de un descerebrado, en contra de toda violencia, contra la mujer y el débil, contra el hombre y el niño, contra el padre y la madre, contra los animales, machos o hembras.

 

El feminismo no debería ser una ideología, un ismo que acabe en el enfrentamiento entre hombres y mujeres, la fractura social, el odio entre unas y otros. Sucedió que el proletariado no es la clase revolucionaria que auguró Marx, en otra de sus profecías vacías. Los neomarxistas, que no ha leído al judío converso de Tréveris, buscan un nuevo proletariado, y creen haberlo encontrado en la mujer, y también hallaron a la burguesía explotadora en el hombre. Se ha abierto, pues, la lucha de sexos, porque se terminó la lucha de clases.

 

Paradoja del feminismo: De hecho, las izquierdas han gobernado España muchas más legislaturas y años que el centro y la derecha. Y si todavía Podemos y el socialismo siguen denunciando la desigualdad de derechos entre hombres y mujeres, si las féminas perciben salarios más bajos que los varones por el mismo trabajo, si con ejecutivos de izquierdas no se ha conseguido que el número de víctimas femeninas de la violencia haya descendido, es más, haya aumentado; cómo se puede afirmar que el feminismo es de izquierdas; cómo estas podemitas se erigen en paladines de las mujeres, obviando a las feministas que libraron batallas durísimas para que la mujer ocupase el puesto que merece en nuestra sociedad como madre, como trabajadora, como ser humano, con los mismos derechos y deberes que los varones. ¡Qué clase de izquierdas son estas que todavía, en casi medio siglo de democracia, han permitido que la desigualdad laboral persista entre hombres y mujeres! ¡Qué tipo de sindicatos de clase representan a los trabajadores que todavía desconocen lo que es tener una secretaria general! ¡Qué pensar del PSOE, Podemos e IU que jamás llevaron a la Presidencia del Gobierno a una dama!

 

El hombre no es nadie sin la mujer. Y las feministas tampoco alcanzarían el paraíso social sin el hombre. Cuando mujeres como Belarra y Montero ejercen como ministras, quiere decir que son ya realmente iguales a los hombres.

 

Y no se olviden datos tan demoledores como que el 62 % de los homicidios son de hombres a manos de hombres; el 28 % son mujeres asesinadas por hombres; el 7 % son hombres muertos a manos de mujeres, y apenas el 3 % de los casos son de mujeres que acaban con la vida de otras mujeres. Los datos de la violencia machista son también contundentes: 131 hombres mataron a su pareja o expareja mujer, por 17 mujeres que mataron a su pareja o expareja hombre ("Informe nacional sobre el homicidio en España”, datos del año 2018).

 

Y que la ministra de Trabajo presente una ley al Parlamento para que ni una sola empresa privada en España pague menor salario por idéntico trabajo a una fémina que a un varón. Queda menos de un año de legislatura. Creeré en las feministas del Gobierno de Sánchez si antes de las próximas elecciones se aprueba una ley al respecto. De no ser así, Belarra y Montero irán de farol, márketing político, falacia, mentira.

 

Y que ningún hombre olvide que su madre fue mujer.

 

Eugenio-Jesús de Ávila

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  • Alfonso J. Vázquez Vaamonde

    Alfonso J. Vázquez Vaamonde | Sábado, 18 de Febrero de 2023 a las 11:54:47 horas

    He disfrutado con la inteligente reflexión del articulo y con el culto comentario citando a mi paisano el inteligente Feijóo; me refiero a aquel fraile (S. XVII/XVIII) debelador con el arma de la razón de la marginación de la mujer lo que le ocasionó no pocos problemas. Lo han leído pocas femineras (no confundir con feministas que tampoco los ecologeros son ecologistas. Onme regnum divisum peribit: esta división cainita enfrentando a varones y mujeres ¿no somos todos personas? Perecen nuestros derechos atropellados, más los de las mujeres que los de los varones, tanto en el ámbito laboral como en todos los demás. Es la misma trampa en la que caemos los demócratas republicanos; una mayoría dividida en miles de facciones opuestas en lo ridículo, incapaces de unirse en lo esencial. Oponerse a esa burla que es el art. 14CE78: “Todos somos iguales ante la ley sin discriminación por razón de nacimiento”. Si no nos vernos iguales en la otra persona, seguiremos cavando nuestra tumba democrática. Lograr la igualdad ante la ley, “todos muertos iguales en nuestros derechos”, no servirá para nada. UPI: “Uníos Personas Inteligentes”; ése es el grito unificador del S. XXI. Hagámoslo realidad.

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  • María José Blanco Barea

    María José Blanco Barea | Jueves, 16 de Febrero de 2023 a las 23:47:28 horas

    Querido Eugenio, La defensa de las mujeres que hizo Feijó en el Discurso XVI tomo1 de Teatro crítico demuestra la igualdad de entendimientos. La cuestión es, a mi modo de ver, lo que dijo Arendt en un párrafo del prefacio a Rahel Varnhagen que escribió Arendt en 1956. En ese párrafo, dirigiéndose al lector moderno, refiere que Rahek no era hermosa ni atractiva, que todos los hombres con los que ella sostuvo algún tipo de relación amorosa eran más jóvenes que ella; que no poseía talentos con los que aplicar su extraordinaria inteligencia y apasionada originalidad, que era una personalidad “romántica” y que :
    “el problema de la mujer, es decir, la discrepancia entre lo que los hombres esperaban “en general” y lo que éstas podían o querían a su vez , ya estaba establecido por las condiciones de la época y representaban una brecha que virtualmente no podía cerrarse. ”

    Salud!!

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