Obras sin licencia en el Ateneo de Madrid

En el transcurso de la Junta General celebrada el 9 de marzo en el Ateneo de Madrid se produjo un hecho sin precedentes en la historia de la “Docta Casa”. El actual presidente Luis Arroyo, reconoció que estaba llevando a cabo sin licencia unas muy importantes obras de transformación del corazón de la institución, nuestro entrañable Salón de Actos, por importe de medio millón de euros, para los cuales solo se cuenta con una futura subvención de 175.000 euros.

Los socios del Ateneo de Madrid vamos de sorpresa en sorpresa con la gestión ocultista y mentirosa de Luis Arroyo, que ha escondido la realización de unas obras tan importantes en este emblemático espacio del Ateneo de Madrid.

Ya nos vimos sorprendidos cuando el pasado 13 de febrero, sin mediar ningún aviso previo, apareció clausurado el Salón de Actos con un cartel en el que se indicaba que iban a acometerse obras para la “modernización de la gestión artística”, subvencionadas por los Fondos “Next generation” de la Unión Europea. Solo con 175.000 euros.

Resulta increíble la absoluta falta de información a los socios de una radical transformación del “sancta sanctorum” de esta institución bicentenaria como es el Salón de Actos, sin la mínima noticia de su iniciación, ni del proyecto para desarrollarla, ni de la selección de la empresa elegida para llevarla a cabo. Nada de nada. Un ejercicio perfecto de “trágala” que no merece una institución como el Ateneo, templo de la palabra, del diálogo, del debate y de la transparencia. Términos que con la llegada de Luis Arroyo y su Grupo 1820

No es de recibo que Luis Arroyo reconozca que, además de la falta de transparencia de todo el procedimiento, carece de licencias porque esto le llevaría meses y quiere tener la obra lista para finales de marzo (así se dijo ayer por boca del presidente, fue grabado y debería constar en el acta de la reunión).

El consocio presidente Luis Arroyo, con sus hechos y actitudes, dicho en castizo, parece que se pasa por el forro a la institución, a sus socios y a la legislación vigente. Se trata como en otras muchas de sus actuaciones de una política de hechos consumados al margen de cualquier legalidad.

Y es que la Junta General del 9 de marzo puso nuevamente de manifiesto el carácter violento y agresivo del presidente que llegó a pedir la votación de los socios presentes para retirar el uso de la palabra durante toda la sesión a dos i socios que según Luis Arroyo molestaban el normal desarrollo del orden del día.

No contento con eso y en un auténtico ataque de ira la emprendió también contra un socio venerable que se encontraba en el uso de la palabra empleando el sucio método del señalamiento y la difamación al decirle reiteradamente que “sabía que había sido expulsado de su empresa”. Una manifestación que siempre es deplorable pero que en boca del presidente de esta institución se convierte en indignante y presuntamente delictiva al realizarse delante de todos los socios reunidos en asamblea general.

Y todo por una constatación realizada por este socio, experto en finanzas, indicando que el importe actual del alquiler de la cantina del Ateneo era aproximadamente la tercera parte del precio de mercado y en concreto del negocio de restauración adyacente al mismo. Una crítica de buena fe que mereció el anatema instantáneo del dios tronante de la calle del Prado,…

Ante la intervención de un socio avisando que la Fiscalía General del Estado había admitido a trámite 2 denuncias sobre irregularidades cometidas en la gestión del Ateneo (venta ilegal de una parcela en Sevilla la Nueva y realización de obras sin licencia) procedió a la lectura de una supuesta carta dirigida a la Presidencia del Gobierno, ya publicada en prensa y conocida por todos, en la que se pone de manifiesto la actitud violenta del presidente y el trato vejatorio hacia algunos socios que viene dispensando Luis Arroyo desde que ocupó la presidencia del Ateneo en junio 2021. En la errada opinión de Luis Arroyo se trata de un ataque al Ateneo y a sus socios cuando en realidad lo único que se denuncia es su calamitosa y dictatorial gestión y administración personal de la “Docta Casa” e ir de tropiezo en tropiezo.

Con todo lo más decisivo para el futuro del Ateneo es sin duda el anuncio que hizo Arroyo de volver a presentar su propuesta de nuevo reglamento del Ateneo con ocasión de las elecciones de mayo. Este reglamento de salir aprobado por una mayoría de 2/3 de los votantes supondría dar un carácter quasi-vitalicio a Luis Arroyo y su Grupo 1820 (votaciones cada 4 años) y junta general de socios una vez al año en lugar de tener frecuencia mensual como hasta ahora, con lo cual la fiscalización y el seguimiento de su gestión disminuirían muchísimo.

Un consocio que había ocupado durante 9 años el puesto de una de las secretarias del Ateneo intervino para manifestar que la presentación reiterada de esta propuesta de nuevo reglamento, tras la derrota que sufrió Luis Arroyo el pasado 27 de octubre, “se maquille como se maquille” constituye una enorme burla a los socios, aludiendo a la escasa conciencia ética y política del presidente que la plantea. Resumió la situación avisando a todos que “nos va la vida en ello”.

Por no decir que se presentaron dos escritos firmados por más de 25 socios pidiendo la suspensión de la Junta de Socios, o se pasará a celebrar en otra Sala que reunirá los estipulado en los Reglamentos de Seguridad e Higiene en el trabajo, al pasarse del aforo cerca de un 20%, poniendo en peligro a los Socios presentes. Ni lo tomo en consideración como siempre con su prepotencia y con el apoyo de sus partidarios, que votan lo que les digan.