Domingo, 21 de Septiembre de 2025

Mª Soledad Martín Turiño
Sábado, 18 de Marzo de 2023
ZAMORANA

Orgullo de pertenencia a Zamora

[Img #76298]Me enorgullece pensar, sentir e incluso proclamar que soy zamorana. Me nacieron en Zamora y me crié en Castronuevo, un pueblo que me enseñó a pensar y sentir, con el ejemplo de sus gentes: labradores y ganaderos; personas sencillas, humildes en muchos casos, que salieron adelante gracias a un trabajo duro, sin concederse vacaciones o caprichos que hoy reivindicamos con ferocidad en cualquier trabajo.

 

En ocasiones, reconozco que cuando hablo de mi Zamora, así en posesivo, hay todavía interlocutores que no conocen la ciudad ni la provincia; y a los que animo a visitar, exponiendo con vehemencia sus magníficos paisajes, el románico de sus iglesias, la gastronomía o la bonhomía de sus habitantes; porque Zamora no está todo lo publicitada que quisiéramos, parece que temiera salir de su recinto y encontrarse con el mundo exterior, pese a que es de sobra conocido que cuando se organiza un evento de altura (ejemplo: Fromago), asombra y admira a cuantos la visitan.

 

Zamora es una provincia para conocer, para quedarse a gozar de sus humedales o de las laderas cerealistas que se tiñen de ocre, amarillo y marrón y constituyen todo un goce para la vista. Posee diferencias notables entre este y oeste, donde barro y piedra se dan la mano en pueblos singulares; y dispone asimismo de una variedad lingüística fruto de su cercanía con la vecina Portugal, con influencias de las provincias astures, leonesas y gallegas; y esas peculiaridades enriquecen el habla de unos pueblos que, gracias a la labor de estudiosos de la lengua, se va recogiendo de boca de las personas de mayor edad para que no se pierda.

 

La capital es una cita obligada y responde a su denominación “perla del Duero”, o “la bien cercada”, ya que destaca por la sobriedad unida a la elegancia de su arquitectura, ya sea civil, militar o religiosa, rodeada por unas murallas que antaño vivieron las disputas e intrigas de personajes históricos como doña Urraca, Sancho II o Bellido Dolfos protagonistas del “cerco” o sitio de Zamora allá por el año 1072, donde relato y leyenda se funden para dar lugar a una conmemoración que, afortunadamente, se ha recreado para no perder una tradición secular que merece ser recordada.

 

Zamora se refleja en el Duero que transcurre a su vera, en silencio, guardián de mil secretos que fluyen a buen recaudo entre sus aguas, y nos descubre su biodiversidad, los diferentes puentes que la acogen, o las aceñas acomodadas a su abrigo. El rio es un espejo donde se miran las murallas, la catedral y algunas iglesias donde anidan cigüeñas que se nutren del Duero para sobrevivir en una ciudad que no abandonan, como tampoco lo hacemos quienes la amamos, ya sea en presencia o en la distancia.

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