HABLEMOS
Jubileo mendicante
Desde Zamora
Arropado por el primer arsenal nuclear del planeta, igual que por la mucha correa adquirida ejerciendo de apparatchik durante más de medio siglo, el presidente americano, pese a sus reiteradas e hilarantes meteduras de pata gagá, podría considerarse una suerte de Papa, qué digo, papón superlativo, muy por encima de los pontífices romanos allá por el Medievo. ¡Tempora et mores!
Santidades protagonizando entonces trifulcas escandalosas en presencia de los restos apostólicos, que a lo papa y papón inventaron aquello del jubileo, bulas e indulgencias… previa generosa dádiva. Bonita forma de penitenciar, así como de perdonar y hacerse perdonar pecadillos más o menos confesables. El hecho es que ahora, en tiempos de la muy laxa santidad francisca, Biden recibe ad limina y a lo vaticano a nuestro presidente, que se saca de la manga una nueva carta trucada en vísperas de elecciones que barrunta para él de desastre o peor. Está en lo cierto, y se queda corto.
Yendo particularmente a la historia, esa maestra algo cabrona de la vida, la cuestión es aclarar qué se oculta, qué hay de efectivo tras el curioso e inoportuno jubileo de Sánchez ante trono y solio del Biden demócrata amén de progresista. Que al antaño supuesto y loado correligionario le importa una higa presente y futuro de nuestro paleto timonel, incluso el de una España reducida por la izquierda a lo largo de décadas a la condición de Estado-país que nada cuenta en la escena internacional, se ha hecho evidente con la alianza y rearme de la satrapía alauí, nuestro fraternal vecino habida cuenta de declaraciones y acciones sobre la soberanía de Ceuta y Melilla, a la espera y acecho de Canarias.
Biden impartirá en diez minutos bula e indulgencia, plenaria si el Bolaños con aires de politburó se empeña, según corresponde a la luminaria galáctica de la nueva política mundial: Zapatero bis y bis. Biden papa hará que perdona los pecadillos de una izquierda española siempre antiamericana por estalinista y liberticida, con sentada y plantón ante la bandera de la gran potencia. Mas lo que interesa es aclarar qué busca, qué pretende, qué espera conseguir y a cambio de qué el turisteo y jubileo de alguien que se sabe amortizado en la política nacional. A resultas de que en tales penitencias el óbolo va siempre por delante, se trata de esclarecer cuánto nos cuesta, por lo mendicante, la excursión jubilar no menos que crepuscular del líder socialista aliado por aquí con los comunistas soviéticos de toda la vida. ¿De qué va esta parodia, fuera de la propaganda a las puertas de unas elecciones decisivas y también decididas? Escapismo por descontado, ¿pero hacia dónde, cómo y de qué clase? Pregúntese al gran… estadista, amigo de lo suyo y de lo por lograr, como ha demostrado sobradamente desde la hazaña sublime de la urna y cortinón de sus primarias.
Arropado por el primer arsenal nuclear del planeta, igual que por la mucha correa adquirida ejerciendo de apparatchik durante más de medio siglo, el presidente americano, pese a sus reiteradas e hilarantes meteduras de pata gagá, podría considerarse una suerte de Papa, qué digo, papón superlativo, muy por encima de los pontífices romanos allá por el Medievo. ¡Tempora et mores!
Santidades protagonizando entonces trifulcas escandalosas en presencia de los restos apostólicos, que a lo papa y papón inventaron aquello del jubileo, bulas e indulgencias… previa generosa dádiva. Bonita forma de penitenciar, así como de perdonar y hacerse perdonar pecadillos más o menos confesables. El hecho es que ahora, en tiempos de la muy laxa santidad francisca, Biden recibe ad limina y a lo vaticano a nuestro presidente, que se saca de la manga una nueva carta trucada en vísperas de elecciones que barrunta para él de desastre o peor. Está en lo cierto, y se queda corto.
Yendo particularmente a la historia, esa maestra algo cabrona de la vida, la cuestión es aclarar qué se oculta, qué hay de efectivo tras el curioso e inoportuno jubileo de Sánchez ante trono y solio del Biden demócrata amén de progresista. Que al antaño supuesto y loado correligionario le importa una higa presente y futuro de nuestro paleto timonel, incluso el de una España reducida por la izquierda a lo largo de décadas a la condición de Estado-país que nada cuenta en la escena internacional, se ha hecho evidente con la alianza y rearme de la satrapía alauí, nuestro fraternal vecino habida cuenta de declaraciones y acciones sobre la soberanía de Ceuta y Melilla, a la espera y acecho de Canarias.
Biden impartirá en diez minutos bula e indulgencia, plenaria si el Bolaños con aires de politburó se empeña, según corresponde a la luminaria galáctica de la nueva política mundial: Zapatero bis y bis. Biden papa hará que perdona los pecadillos de una izquierda española siempre antiamericana por estalinista y liberticida, con sentada y plantón ante la bandera de la gran potencia. Mas lo que interesa es aclarar qué busca, qué pretende, qué espera conseguir y a cambio de qué el turisteo y jubileo de alguien que se sabe amortizado en la política nacional. A resultas de que en tales penitencias el óbolo va siempre por delante, se trata de esclarecer cuánto nos cuesta, por lo mendicante, la excursión jubilar no menos que crepuscular del líder socialista aliado por aquí con los comunistas soviéticos de toda la vida. ¿De qué va esta parodia, fuera de la propaganda a las puertas de unas elecciones decisivas y también decididas? Escapismo por descontado, ¿pero hacia dónde, cómo y de qué clase? Pregúntese al gran… estadista, amigo de lo suyo y de lo por lograr, como ha demostrado sobradamente desde la hazaña sublime de la urna y cortinón de sus primarias.



















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