Del plebiscito anti Sánchez a las generales anticipadas

Maremoto se dijo en este humilde Hablemos respecto al 28-M, algo cumplido punto por punto con bancarrota de la izquierda y lo que viene representando en estos años de experimento liberticida, a base de una alianza antinacional y en el fondo anticonstitucional, protagonizada por el PSOE junto a su variopinta cohorte podemita separatista. Ruptura, revancha y guerracivilismo en estado puro.

El vuelco es de alcance, más todavía con la salida a lo pata de banco de la convocatoria anticipada de las generales, pudiendo éstas resultar nuevo fiasco para el PSOE y la ultraizquierda, aunque no sin evidenciar la fractura, el grave desequilibrio en la correlación de fuerzas de la política española, como síntoma de una inestabilidad que dañará el normal funcionamiento de las instituciones, asimismo los cimientos del régimen constitucional. Ello en mayor medida de tener presente la erosión irreversible del socialismo en su aciaga deriva zapaterista-sanchista, obra de arribistas sin mérito ni estatura política, capaces de llevar a su partido y el país a la catástrofe, incluidos unos comicios fruto de la desesperación o el ventajismo de un advenedizo que pasará, sin duda, a los anales de nuestra particular memoria… “democrática”. Vaya por delante la heroica hazaña de Cuelgamuros, a modo de bagaje y obra cimera.

Tejemaneje y sectarismo abocaron a las recientes elecciones con carácter de plebiscito anti Sánchez, factótum de una legión de demagogos e incompetentes aferrados al poder y sus privilegios, ejerciendo de casta dispuesta a degradar la política hasta límites insospechados. Y conducen a un adelanto electoral que no deja de ser inaceptable oportunismo, a cargo del personaje que hace tiempo se reveló con Zapatero la mayor calamidad sufrida en lo político por esta nación durante el último medio siglo. Aun así, acaso no sea la doble e infausta anécdota Zapatero/Sánchez la que ha de evaluarse en cuanto a grado de responsabilidad histórica y política. De atender a los hechos, es el PSOE, ya ni siquiera el extremismo podemita separatista, quien con independencia de Paje, Barbón y resto de náufragos siempre acomodaticios del 28-M, debe tenerse por culpable de un aventurerismo que otra vez ha puesto esta sociedad al borde del abismo.

De cualquier forma, la maniobra de paso cambiado para distraer a la derecha probablemente se quede en trompicón al bies, por el cálculo erróneo de un socialismo histérico y fuera de sí, al afrontar una larga travesía del desierto, con pérdida solidaria de nóminas y poltronas. Circunstancia que ni exime ni oculta la enorme irresponsabilidad de convocar las generales en pleno periodo vacacional, y a las puertas de la presidencia europea. Sánchez tal cual, o antes bien el PSOE de toda la vida. En fin, hablaremos si es posible… desde Zamora y esta columna el día que coincida.

Por Carlos Domínguez