DE AQUÍ Y DE ALLÍ
¿Funcionarios legítimos? solo con igualdad y justicia
De entre todos los cuerpos y oficios, el de los profesores de secundaria es el menos unido, algo que celebra la administración y es alentado desde algunos sindicatos, siempre flojos a la hora de defender los derechos de los docentes (si no coinciden con los propios), tal vez por ese falso mantra de los tres meses de vacaciones.
De este hecho, se aprovecha la Consejería, que tan pronto firma la reducción de horas lectivas (para igualar a los docentes con el resto de trabajadores de la Junta) como se olvida de lo firmado (¿qué ocurriría si esto mismo se lo hacemos a los sanitarios?), reparte los más demandados ciclos de FP entre instituciones religiosas (las que no adoctrinan), asegura el trabajo a los docentes de la concertada y profes de Religión o disfruta, sin hacer nada, del enfretamiento entre los funcionarios que lograron su plaza por concurso-oposición y los nuevos funcionarios, nombrados por concurso de estabilizacion, sin oposición aprobada, sin sufrir ser evaluados este año por un tribunal para poder ser llamados funcionarios.
Voy a ser sincera: a esta situación de guerra civil, nos han llevado Ministerio, sindicatos y autonomías, que pasaron del "Icetazo" (que nadie quería, por terrible e inmerecido para los interinos) a un concurso mal rematado y hecho deprisa y a trompicones: sin justicia, sin igualdad y sin méritos que demostrar, pues es la experiencia lo más valorado.
Sé de profesores de gran valor que ahora serán funcionarios, pero también conozco a otros que presumieron de no estudiar jamás, por incapacidad o pereza. A nadie le importa si su compañero de claustro es interino o no: se cobra igual, se disfrutan las mismas vacaciones y es la experiencia la que te Ileva a mejores centros y clases (los interinos "pata negra" viven mejor que un funcionario nuevo), pero el enfrentamiento llega cuando se anuncia que
los funcionarios sin oposición podrán elegir destino sin tener que superar prácticas y no comenzarán con cero puntos, pasando por encima de los que aprobaron anteriores o la actual oposición, a los que condenan a un lejano exilio rural.
Ellos no tienen la culpa; los que aprobaron, tampoco: la administración tendrá que poner paz con justicia, ¡es su deber!
De entre todos los cuerpos y oficios, el de los profesores de secundaria es el menos unido, algo que celebra la administración y es alentado desde algunos sindicatos, siempre flojos a la hora de defender los derechos de los docentes (si no coinciden con los propios), tal vez por ese falso mantra de los tres meses de vacaciones.
De este hecho, se aprovecha la Consejería, que tan pronto firma la reducción de horas lectivas (para igualar a los docentes con el resto de trabajadores de la Junta) como se olvida de lo firmado (¿qué ocurriría si esto mismo se lo hacemos a los sanitarios?), reparte los más demandados ciclos de FP entre instituciones religiosas (las que no adoctrinan), asegura el trabajo a los docentes de la concertada y profes de Religión o disfruta, sin hacer nada, del enfretamiento entre los funcionarios que lograron su plaza por concurso-oposición y los nuevos funcionarios, nombrados por concurso de estabilizacion, sin oposición aprobada, sin sufrir ser evaluados este año por un tribunal para poder ser llamados funcionarios.
Voy a ser sincera: a esta situación de guerra civil, nos han llevado Ministerio, sindicatos y autonomías, que pasaron del "Icetazo" (que nadie quería, por terrible e inmerecido para los interinos) a un concurso mal rematado y hecho deprisa y a trompicones: sin justicia, sin igualdad y sin méritos que demostrar, pues es la experiencia lo más valorado.
Sé de profesores de gran valor que ahora serán funcionarios, pero también conozco a otros que presumieron de no estudiar jamás, por incapacidad o pereza. A nadie le importa si su compañero de claustro es interino o no: se cobra igual, se disfrutan las mismas vacaciones y es la experiencia la que te Ileva a mejores centros y clases (los interinos "pata negra" viven mejor que un funcionario nuevo), pero el enfrentamiento llega cuando se anuncia que
los funcionarios sin oposición podrán elegir destino sin tener que superar prácticas y no comenzarán con cero puntos, pasando por encima de los que aprobaron anteriores o la actual oposición, a los que condenan a un lejano exilio rural.
Ellos no tienen la culpa; los que aprobaron, tampoco: la administración tendrá que poner paz con justicia, ¡es su deber!

















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