ENTREVISTA
Sandra Alonso cree que, “en Zamora, tenemos muy buenos lectores, sobre todo los niños”
La librera y escritora de literatura infantil publicará en octubre dos nuevos cuentos
![[Img #81498]](https://eldiadezamora.es/upload/images/09_2023/1620_sandra-alonso.jpg)
Sandra Alonso es maestra, pero encontró su vocación en la literatura infantil, donde ha podido conjugar sus dos pasiones: los libros, como medio natural de aprendizaje, y los niños. Con tan solo 30 años, esta zamorana ha escrito ya 16 obras propias, más dos colaboraciones en libros solidarios. Además, en el difícil año de la pandemia, 2020, consiguió abrir “Mis cuentos infantiles”, la primera librería especializada en literatura infantil en Zamora, ciudad de la que nunca se ha querido marchar.
-Zamora es una de las ciudades más envejecidas del país, sin embargo, tú decidiste dedicarte a la escritura de cuentos infantiles, ¿qué te motivó?
-Que me encantan los niños y me encantan los libros, eso principalmente. Yo estudié Magisterio y siempre tuve clarísimo que quería ser maestra. No me gustaba leer de pequeña, pero en el momento en el que redescubrí los libros, a los 16 años, me empezó a apasionar y vi en la literatura infantil que mis dos pasiones se podían juntar, libros y niños.
-Has publicado 16 obras, más dos colaboraciones en libros solidarios, desde 2018. ¿Cómo definirías el conjunto de tu obra?
-Intento sobre todo que los niños aprendan a la vez que se diviertan. Como maestra, creo que es muy importante que los niños aprendan de una manera informal e intento que todos mis libros tengan algún aprendizaje. Por ejemplo, en mi libro “ha sido un pedo”, habla de pedos, pero el mensaje es que es algo natural que nos puede pasar a todos y no te rías del niño al que se le ha escapado. En todos los libros, intento que haya un mensaje, de manera divertida y que puedan aprender algo. También toco temas más conflictivos como el tema de la muerte. Y ahora con la librería, me ayuda mucho saber qué temas interesan, qué pregunta la gente y ahí se me enciende la bombilla.
-Volviendo a Zamora, además de escribir cuentos, decidiste arriesgar y abrir en una ciudad con el índice de natalidad por los suelos una librería especializada en cuentos infantiles, ¿cómo está resultado la experiencia?
-Increíble. A día de hoy, hemos hecho ya tres años con la librería abierta y todavía vivo en una nube. La acogida de Zamora no ha podido ser mejor. Hay mil anécdotas todos los días. A pesar de lo que pensamos, no falta gente. No hay niños, pero hay abuelos. Lo notamos mucho en verano, que tanto la gente que viene como la que se va lleva cuentos de regalo. A lo mejor antes era un regalo que no se planteaba, o la gente no se pensaba que había tanto de literatura infantil y, ahora, yo creo que la gente ha descubierto la literatura infantil y lo ve como un buen regalo para los niños. Yo estoy encantada.
-Por tu experiencia como librera, ¿dirías que los zamoranos somos buenos lectores?
-Muy buenos lectores, sobre todos los niños. En la adolescencia o preadolescencia, llega una edad en la que quizás por la carga en los estudios, los perdemos. De 12 años en adelante se reduce mucho el número de lectores.
-¿Cómo entiendes tú la actual literatura infantil? ¿Qué diferencias hay respecto a los cuentos clásicos?
-Que puedan aprender a través de los cuentos para mí es lo principal. Con respecto a los cuentos clásicos, creo que hay diferencias en cuanto a temática. Creo que siempre la literatura infantil ha intentado inculcar aprendizajes, valores. Por ejemplo, Caperucita nos enseñaba que teníamos que tener cuidado al ir solos por la calle. El aprendizaje no se ha perdido, pero ahora los niños no van solos por la calle, los llevamos al instituto y casi hasta la universidad en coche. Los mensajes son otros, pero la esencia del libro sigue siendo la misma, que es que los niños aprendan con una historia divertida y sin darse cuenta.
-Uno de tus cuentos, Abrazos de chocolate, trata la pérdida de un ser querido, ¿Cómo se trata algo tan complejo con los peques?
-Yo creo que de manera natural. Tienen mucha más capacidad de entender las cosas de lo que normalmente pensamos. Siempre tendemos a ponérselo bonito, a que vivan entre algodones. Creo que contárselo de una manera natural, real y adaptado a su edad es lo mejor que se puede hacer. También hay que decir que es un libro que nos genera mucho conflicto, ya que es un libro que, al tratar el tema de la muerte, mucha gente lo rechaza. Pasa lo mismo con libros que tratan otros temas como el bullying. Tendemos a los finales felices, a que todo sea muy bonito y muy divertido. En principio, no tienen salida, pero luego son necesarios y la gente recurre a ellos cuando lo necesita. No para anticipar, sino después.
-¿Qué papel juegan los cuentos en la educación de los niños?
-Para mí, es primordial. Por todo, hasta pasar las páginas. Desde nivel de psicomotricidad fina, hasta de imaginación, de creatividad y vocabulario. A todos los niveles, influye muchísimo y para bien.
-Hay algunos cuentos que tienen un éxito especial y que a todos los peques gustan, ¿cuál crees que es la clave?
-Uf, no lo sé… Yo creo que presentárselo a los niños es clave. Hay libros que todos los niños conocen. Todos conocen el pollo Pepe, el monstruo de colores… En los coles, es el libro que se trata, en las familias es el libro que tienen, en las escuelas infantiles es el libro con el que trabajan… yo creo que al final es el que le estás enseñando en todos los sitios. Son libros que por algún motivo tienen fama y, de tanto presentárselo, les gusta y también a los adultos. Es verdad que tienen algo, que no me digas qué es. Ojalá algún día dé con la tecla.
-En los cuentos infantiles, las ilustraciones juegan un gran papel. ¿Cómo es el proceso para que letras e ilustración encajen?
-Para mí, la ilustración en infantil en muchos casos tiene incluso más importancia que el texto, y eso que soy escritora. Pero es verdad que a los niños muchas veces les entra por los ojos. Es un trabajo muy concienzudo. Por lo general es primero el texto y luego la ilustración, y hay que tener en cuenta muchísimos detalles y revisar todo mil veces. Trabajamos de manera conjunta editorial, escritor e ilustrador. Se tienen en cuenta las decisiones y opiniones de las tres partes. Y al final es muy importante esa unión para que el resultado del libro sea redondo.
-De momento, has escrito un montón para los más pequeños de la casa, ¿y los mayores? ¿tienes en mente escribir alguna novela para el público adulto?
-¡No me hagas spoiler! Estamos en ello…
-Para terminar, ¿algún proyecto en mente?
Sí, salen en octubre dos libros nuevos, que van a ser los últimos del año. Salen a la vez porque van a formar parte de una colección. Están dirigidos para los más pequeñitos y van a ser libros en cartón, en rima... para los más chiquitines. Y el año que viene ya tenemos en mente 4 o 5 proyectos con editoriales, así que no paramos.
![[Img #81498]](https://eldiadezamora.es/upload/images/09_2023/1620_sandra-alonso.jpg)
Sandra Alonso es maestra, pero encontró su vocación en la literatura infantil, donde ha podido conjugar sus dos pasiones: los libros, como medio natural de aprendizaje, y los niños. Con tan solo 30 años, esta zamorana ha escrito ya 16 obras propias, más dos colaboraciones en libros solidarios. Además, en el difícil año de la pandemia, 2020, consiguió abrir “Mis cuentos infantiles”, la primera librería especializada en literatura infantil en Zamora, ciudad de la que nunca se ha querido marchar.
-Zamora es una de las ciudades más envejecidas del país, sin embargo, tú decidiste dedicarte a la escritura de cuentos infantiles, ¿qué te motivó?
-Que me encantan los niños y me encantan los libros, eso principalmente. Yo estudié Magisterio y siempre tuve clarísimo que quería ser maestra. No me gustaba leer de pequeña, pero en el momento en el que redescubrí los libros, a los 16 años, me empezó a apasionar y vi en la literatura infantil que mis dos pasiones se podían juntar, libros y niños.
-Has publicado 16 obras, más dos colaboraciones en libros solidarios, desde 2018. ¿Cómo definirías el conjunto de tu obra?
-Intento sobre todo que los niños aprendan a la vez que se diviertan. Como maestra, creo que es muy importante que los niños aprendan de una manera informal e intento que todos mis libros tengan algún aprendizaje. Por ejemplo, en mi libro “ha sido un pedo”, habla de pedos, pero el mensaje es que es algo natural que nos puede pasar a todos y no te rías del niño al que se le ha escapado. En todos los libros, intento que haya un mensaje, de manera divertida y que puedan aprender algo. También toco temas más conflictivos como el tema de la muerte. Y ahora con la librería, me ayuda mucho saber qué temas interesan, qué pregunta la gente y ahí se me enciende la bombilla.
-Volviendo a Zamora, además de escribir cuentos, decidiste arriesgar y abrir en una ciudad con el índice de natalidad por los suelos una librería especializada en cuentos infantiles, ¿cómo está resultado la experiencia?
-Increíble. A día de hoy, hemos hecho ya tres años con la librería abierta y todavía vivo en una nube. La acogida de Zamora no ha podido ser mejor. Hay mil anécdotas todos los días. A pesar de lo que pensamos, no falta gente. No hay niños, pero hay abuelos. Lo notamos mucho en verano, que tanto la gente que viene como la que se va lleva cuentos de regalo. A lo mejor antes era un regalo que no se planteaba, o la gente no se pensaba que había tanto de literatura infantil y, ahora, yo creo que la gente ha descubierto la literatura infantil y lo ve como un buen regalo para los niños. Yo estoy encantada.
-Por tu experiencia como librera, ¿dirías que los zamoranos somos buenos lectores?
-Muy buenos lectores, sobre todos los niños. En la adolescencia o preadolescencia, llega una edad en la que quizás por la carga en los estudios, los perdemos. De 12 años en adelante se reduce mucho el número de lectores.
-¿Cómo entiendes tú la actual literatura infantil? ¿Qué diferencias hay respecto a los cuentos clásicos?
-Que puedan aprender a través de los cuentos para mí es lo principal. Con respecto a los cuentos clásicos, creo que hay diferencias en cuanto a temática. Creo que siempre la literatura infantil ha intentado inculcar aprendizajes, valores. Por ejemplo, Caperucita nos enseñaba que teníamos que tener cuidado al ir solos por la calle. El aprendizaje no se ha perdido, pero ahora los niños no van solos por la calle, los llevamos al instituto y casi hasta la universidad en coche. Los mensajes son otros, pero la esencia del libro sigue siendo la misma, que es que los niños aprendan con una historia divertida y sin darse cuenta.
-Uno de tus cuentos, Abrazos de chocolate, trata la pérdida de un ser querido, ¿Cómo se trata algo tan complejo con los peques?
-Yo creo que de manera natural. Tienen mucha más capacidad de entender las cosas de lo que normalmente pensamos. Siempre tendemos a ponérselo bonito, a que vivan entre algodones. Creo que contárselo de una manera natural, real y adaptado a su edad es lo mejor que se puede hacer. También hay que decir que es un libro que nos genera mucho conflicto, ya que es un libro que, al tratar el tema de la muerte, mucha gente lo rechaza. Pasa lo mismo con libros que tratan otros temas como el bullying. Tendemos a los finales felices, a que todo sea muy bonito y muy divertido. En principio, no tienen salida, pero luego son necesarios y la gente recurre a ellos cuando lo necesita. No para anticipar, sino después.
-¿Qué papel juegan los cuentos en la educación de los niños?
-Para mí, es primordial. Por todo, hasta pasar las páginas. Desde nivel de psicomotricidad fina, hasta de imaginación, de creatividad y vocabulario. A todos los niveles, influye muchísimo y para bien.
-Hay algunos cuentos que tienen un éxito especial y que a todos los peques gustan, ¿cuál crees que es la clave?
-Uf, no lo sé… Yo creo que presentárselo a los niños es clave. Hay libros que todos los niños conocen. Todos conocen el pollo Pepe, el monstruo de colores… En los coles, es el libro que se trata, en las familias es el libro que tienen, en las escuelas infantiles es el libro con el que trabajan… yo creo que al final es el que le estás enseñando en todos los sitios. Son libros que por algún motivo tienen fama y, de tanto presentárselo, les gusta y también a los adultos. Es verdad que tienen algo, que no me digas qué es. Ojalá algún día dé con la tecla.
-En los cuentos infantiles, las ilustraciones juegan un gran papel. ¿Cómo es el proceso para que letras e ilustración encajen?
-Para mí, la ilustración en infantil en muchos casos tiene incluso más importancia que el texto, y eso que soy escritora. Pero es verdad que a los niños muchas veces les entra por los ojos. Es un trabajo muy concienzudo. Por lo general es primero el texto y luego la ilustración, y hay que tener en cuenta muchísimos detalles y revisar todo mil veces. Trabajamos de manera conjunta editorial, escritor e ilustrador. Se tienen en cuenta las decisiones y opiniones de las tres partes. Y al final es muy importante esa unión para que el resultado del libro sea redondo.
-De momento, has escrito un montón para los más pequeños de la casa, ¿y los mayores? ¿tienes en mente escribir alguna novela para el público adulto?
-¡No me hagas spoiler! Estamos en ello…
-Para terminar, ¿algún proyecto en mente?
Sí, salen en octubre dos libros nuevos, que van a ser los últimos del año. Salen a la vez porque van a formar parte de una colección. Están dirigidos para los más pequeñitos y van a ser libros en cartón, en rima... para los más chiquitines. Y el año que viene ya tenemos en mente 4 o 5 proyectos con editoriales, así que no paramos.


















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