El botafumeiro

Dime tú, tío Babú, ¿has oído hablar del llamamiento desde Zamora a todos los calvos del mundo?

Sí.  Se trata de aprovechar que aquí tenemos:a una imagen de la  Virgen Calva, en el altar izquierdo de la Catedral, para invitar a que los calvos peregrinen a Zamora para darle gracias por hacerles calvos, o sea para agradecerle que les ha dotado de más testosterona (potencia sexual).

Dime tú, tío Babú, ¿y tú crees que sería un buen negocio para Zamora?

Sin duda. Mira, solo con que  se baraje esa posibilidad, la de hacer el llamamiento a los calvos del mundo, ya pondría la marca Zamora en todas del televisiones y digitales del mundo.

Dime tú, tío Babú, ¿pero no es algo un poco ridículo?

Pues anda, que el  camino de Santiago, y mira. O correr delante de toros, como en los Sanfermines, y mira. 
O la tamborrada o la tomatina, o el echarse agua unos a otros como en Villagarcía de Arosa, etc. 
El origen de todos los grandes negocios siempre fue algo desconcertante.

Dime tú, tío Babú, ¿y bastaría con el llamamiento?

Hombre, habría que empezar con mucha publicidad gratuita. Por ejemplo, que los calvos paguen la mitad en los hoteles (o sea una rebaja del 25 % en habitaciones dobles).

Dime tú, tío Babú, entonces  ¿dónde está el problema?

En que alguien se decida a hablar con el Obispo y hacerle ver que el potenciar otra virgen es algo bueno para la Iglesia Católica, que basó su crecimiento en mezclar el monoteísmo (solo hay un dios) con el politeísmo (que los santos y las vírgenes hagan esta función, para que se le pidan milagros o se les agradezca lo recibido).