ZAMORANA
El noble y el villano
Mº Soledad Martín Turiño
![[Img #84015]](https://eldiadezamora.es/upload/images/11_2023/889_6596_soledad-1.jpg)
Representaban una sátira: “El noble y el villano”. Todo el pueblo acudió a la Plaza Mayor a ver el espectáculo, ya que escaseaban las distracciones y el público tenía ganas de aparcar el trabajo y entretenerse un poco.
Apenas se abrió el telón, el público se sorprendió con un aspaviento colectivo al aparecer representados con sendas túnicas blancas el noble y el villano. Mientras el primero dominaba la plebe, el segundo hacía trampas para ganarse el favor de la gente y ascender en el escalafón social. El noble, despreocupado y feliz, miraba al futuro pavoneándose satisfecho de su posición de privilegio, con todas las necesidades más que cubiertas, sin que le importara nada más; sin embargo, el villano debía trapichear cada día para sobrevivir e incluso para aumentar su peculio con artimañas y ardides.
Entonces, un muchacho cruzó el escenario, a cara descubierta, pidiendo que le ayudaran a sobrevivir, porque estaba muy necesitado y era responsable de su madre enferma, que moriría sin remedio si no le otorgaban los cuidados médicos que requería.
Apareció la duda. Ni el noble ni el villano querían implicarse ni menguar su fortuna en un asunto que no les concernía; ese fue el primer punto de unión. El segundo, fue mirar para otro lado y eludir la situación, considerándola como algo ajeno que no les incumbía. A partir de ese momento el público tenía que dar una respuesta al muchacho otorgando con su voto al poder o al villano una solución, sintiéndose protagonistas de esa difícil decisión moral. ¿quién ganaría?
![[Img #84015]](https://eldiadezamora.es/upload/images/11_2023/889_6596_soledad-1.jpg)
Representaban una sátira: “El noble y el villano”. Todo el pueblo acudió a la Plaza Mayor a ver el espectáculo, ya que escaseaban las distracciones y el público tenía ganas de aparcar el trabajo y entretenerse un poco.
Apenas se abrió el telón, el público se sorprendió con un aspaviento colectivo al aparecer representados con sendas túnicas blancas el noble y el villano. Mientras el primero dominaba la plebe, el segundo hacía trampas para ganarse el favor de la gente y ascender en el escalafón social. El noble, despreocupado y feliz, miraba al futuro pavoneándose satisfecho de su posición de privilegio, con todas las necesidades más que cubiertas, sin que le importara nada más; sin embargo, el villano debía trapichear cada día para sobrevivir e incluso para aumentar su peculio con artimañas y ardides.
Entonces, un muchacho cruzó el escenario, a cara descubierta, pidiendo que le ayudaran a sobrevivir, porque estaba muy necesitado y era responsable de su madre enferma, que moriría sin remedio si no le otorgaban los cuidados médicos que requería.
Apareció la duda. Ni el noble ni el villano querían implicarse ni menguar su fortuna en un asunto que no les concernía; ese fue el primer punto de unión. El segundo, fue mirar para otro lado y eludir la situación, considerándola como algo ajeno que no les incumbía. A partir de ese momento el público tenía que dar una respuesta al muchacho otorgando con su voto al poder o al villano una solución, sintiéndose protagonistas de esa difícil decisión moral. ¿quién ganaría?



















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