DENUNCIAS
El pavimento de Martínez Villegas necesita ser reparado otra vez
A tan solo cuatro meses de abrirse al tráfico, tras su renovación total, es la segunda vez que precisas ser intervenida
Dábamos cuenta en esta misma sección al comenzar el año de la necesidad de proceder a reparar el pavimento de la calle Martínez Villergas que se había abierto al tráfico solo un mes antes. Poco más tiempo ha transcurrido, y ya necesita que se vuelva a arreglar, y no en uno, sino en varios puntos. Que esto suceda da cuenta de que las obras de reparación integral no se han realizado convenientemente. Por un lado, bajo los adoquines, que no dejan de ser la parte visible, no se empleó una base lo suficientemente resistente de hormigón y sobre esta, no se extendió un mortero capaz de aguantar vehículos pesados. El resultado queda a la vista. Las piezas se hunden, se mueven y están sueltas. Es la segunda vez transcurrido solo cuatro meses desde la terminación de la obra, que habrá que cortar la calle, para proceder a su reparación con los perjuicios que ello ocasiona, especialmente en esta arteria de la ciudad.
Sobra decir, que la calle no está preparada, para soportar peso y la pretensión de que sea prácticamente peatonal, con pavimento para caminantes resulta inviable dado que los camiones para abastecer el mercado, tienen que pasar por ahí precisamente, como lo harán las maquinarias a emplear durante las obras de remodelación, que necesariamente deberán acceder por esta vía.
Es evidente que, o el proyecto no era el más adecuado, o alguien con la complicidad de los técnicos y políticos municipales, no supervisó las obras. El resultado, es que pagamos un nuevo suelo en este tramo, que soportamos meses un desvío mientras se efectuaban los trabajos y que ahora mismo, está peor de que lo estaba antes de intervenir, con lo cual se podían haber evitado la obra.
Y, lo peor, nadie se hace responsable, unos por otros callan a saberse el motivo. Se chaperoneará nuevamente, y en breve tiempo, estarán otra vez los adoquines sueltos pendientes de que alguien los repare. Igual es eso lo que buscan, quedar las cosas mal, para seguir trabajando. Mientras los zamoranos seguiremos siendo los sufridores de estas nefastas actuaciones.
Manuel Herrero Alonso
Dábamos cuenta en esta misma sección al comenzar el año de la necesidad de proceder a reparar el pavimento de la calle Martínez Villergas que se había abierto al tráfico solo un mes antes. Poco más tiempo ha transcurrido, y ya necesita que se vuelva a arreglar, y no en uno, sino en varios puntos. Que esto suceda da cuenta de que las obras de reparación integral no se han realizado convenientemente. Por un lado, bajo los adoquines, que no dejan de ser la parte visible, no se empleó una base lo suficientemente resistente de hormigón y sobre esta, no se extendió un mortero capaz de aguantar vehículos pesados. El resultado queda a la vista. Las piezas se hunden, se mueven y están sueltas. Es la segunda vez transcurrido solo cuatro meses desde la terminación de la obra, que habrá que cortar la calle, para proceder a su reparación con los perjuicios que ello ocasiona, especialmente en esta arteria de la ciudad.
Sobra decir, que la calle no está preparada, para soportar peso y la pretensión de que sea prácticamente peatonal, con pavimento para caminantes resulta inviable dado que los camiones para abastecer el mercado, tienen que pasar por ahí precisamente, como lo harán las maquinarias a emplear durante las obras de remodelación, que necesariamente deberán acceder por esta vía.
Es evidente que, o el proyecto no era el más adecuado, o alguien con la complicidad de los técnicos y políticos municipales, no supervisó las obras. El resultado, es que pagamos un nuevo suelo en este tramo, que soportamos meses un desvío mientras se efectuaban los trabajos y que ahora mismo, está peor de que lo estaba antes de intervenir, con lo cual se podían haber evitado la obra.
Y, lo peor, nadie se hace responsable, unos por otros callan a saberse el motivo. Se chaperoneará nuevamente, y en breve tiempo, estarán otra vez los adoquines sueltos pendientes de que alguien los repare. Igual es eso lo que buscan, quedar las cosas mal, para seguir trabajando. Mientras los zamoranos seguiremos siendo los sufridores de estas nefastas actuaciones.
Manuel Herrero Alonso

















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