Kebedo
Lunes, 22 de Abril de 2024
MI VECINA MARISOL

No solo hay carpas en el río

[Img #88058]Después de tanto tiempo y con tal sugerente  título no voy a hablaros de peces, de los que no tengo ni repajolera idea, ni de carpas de circo, espectáculo venido a menos, sino de carpas de Semana Santa.

Como todos sabréis ya, tanto autóctonos como extranjeros, llevamos dos Semanas Santas colocando los pasos dentro unas carpas convenientemente habilitadas con el fin de protegerlos antes y después de sus respectivas procesiones. Todo este tinglado es debido a la agilidad con que se están llevando las obras del nuevo Museo de Semana Santa. Después de más de un año de parón, como consecuencia de la mala contratación del constructor y del posterior pitorreo de éste mismo hacia sus contratantes, ya tenemos noticias de un nuevo presupuesto que, seguramente, permitirá para el próximo año olímpico tener en condiciones un flamante Museo de Semana Santa, con todos los adelantos.

Llega mi vecina Marisol y enseguida coge la hebra y me dice…

-Hablando de adelantos, La Junta Pro Semana Santa reclama al Gobierno Central la parte que Sánchez había prometido y que correspondía a lo que se ha llamado musealización.  Y tienen razón, Doña Isabel y compañeros, en reclamar lo que se prometió. Pero parece ser que la negativa se debe a que el Gobierno no va a dar un dinero para la construcción o acondicionamiento de un museo privado. Cosa que ya dijimos algunos, hace años, en ésta misma tribuna-.

Mi vecina tiene muy buena memoria y si no, repasaremos la hemeroteca digital para el que quiera. Aquí se dijo, en más de una ocasión, que quienes iban a ser los gestores del museo. Si se incluía en la Red Estatal de Museos, la cosa cambia, pero si se quiere tener un museo de propiedad exclusiva de la Junta Pro…, ya no parece estar tan claro lo de soltar la pasta.

En cualquier caso y hablando en general, la tomadura de pelo que recibimos los zamoranos con esto de las obras debería estar en un libro de aventuras. Porque se trata  del Museo, pero es el Puente de Piedra, es el Centro Cívico, es la Nacional 122, es Montelarreina, ha sido, hasta muy poco, el Conservatorio, y así, etcétera, etcétera.

El Puente de Piedra se ha ido de puente por el día de la Comunidad y no trabaja nadie. Es verdad, todos tienen derecho a sus puentes laborales, y los trabajadores que están destinados a ésta rehabilitación, también. Pero cuando están trabajando hay dos operarios y, a veces, la jefa de obra. Así que, me temo, la próxima Semana Santa volveremos a recorridos alternativos e imaginativos. Propongo los merenderos de Las Pallas.

-No te preocupes-, me dice mi vecina, -que todo va sobre ruedas. Por ejemplo, Montelarreina va muy bien, por lo menos eso dice Antidio, que apareció por aquí después de unas “maniobras militares” de un día, se puso una medalla y se quedó tan campante. Llevamos siete años, pero dice Antidio que vamos muy bien. Pues le recuerdo a Antidio que no fue él precisamente el que puso en marcha la idea, sino que se debió a la magnífica labor de Zamora 10 y sus contactos con el antiguo JEME, que ya ni se llama así, y al trabajo en la sombra de una persona muy cercana a Margarita Robles, que se molestó en hacer algo por Zamora y que Antidio, probablemente, ni conoce. ¡Pero la cosa va bien, oiga!.-

Como veis, mi vecina no ha perdido un ápice de ironía en sus apreciaciones.

-La Nacional 122, de cuatro carriles nos la van a poner. Eso va a ser gracias al Ministro Oscar Puente, porque con ese cargo y ese apellido tiene que estar “chupao”. Quizá, para entonces, en Zamora ya no haya gente-, me dice con toda la sorna del mundo.

-Pero, vamos a lo de las carpas, que tiene mucha guasa-, me apura.-Se ha producido un hecho inaudito, de esos     que solo ocurren en Zamora; me explico-, me dice Marisol sin ánimo de parar.

-En la Semana Santa del año pasado hubo que construir una carpa para albergar los pasos de determinadas cofradías que anteriormente salían del museo. La idea pareció buena o al menos, necesaria. De esta forma se contrata a una empresa que la construye, con algún contratiempo en las baldosas, pero que consigue que haga su función, se le paga y ya está. El cuanto se le paga aún no está muy claro porque no ha habido demasiada transparencia en la explicación. ¡Qué raro!-, insiste mi vecina con sus cosas y continúa.

-Pero se va acercando la Semana Santa de éste año y nos enteramos de que, debido a cierto descontento con lo ocurrido el año pasado,  hay una iniciativa de la Real Cofradía del Santo Entierro en la que propone hacer una segunda carpa, solo para ellos, al lado de la Iglesia de San Esteban, aunque manteniendo también la otra carpa, la de la Plaza de Claudio Moyano, para el resto de cofradías que lo necesiten-.

La pregunta obligada es que será mucho más caro, lógicamente, será el doble y la Junta Pro no está muy boyante de dinero últimamente. Pero me dice Marisol que la respuesta a esa pregunta  se la ha dado un constructor a la Junta Pro Semana Santa diciendo que  haría las dos carpas por el mismo precio que costó la de la del año pasado. Y que además serán de mejor calidad, con mejores materiales, mejores anclajes, mejor estructura y mejor todo.

-¡Joder!, ¡pues adelante!-, dice mi vecina. Y su amiga Concepción, ya sabéis, la eficiente funcionaria que nunca dice palabrotas, la reprende por el exabrupto que acaba de soltar.

-Pero, con toda esa serie de mejoras, ¡cómo no vamos a afrontar semejante maravilla!-. Aunque inmediatamente se para y me dice -¡Cómo van a costar lo mismo dos carpas  que una!-.

Eso opino yo también, Marisol, no sé donde está el truco, pero algo tiene que haber que desconocemos. Sinceramente no parece tener mucha lógica esa propuesta tan sorprendente que se hace y que, como hemos visto este año, se lleva a cabo.

-No quiero pensar mal, pero me da la sensación de que alguien está ocultando datos.  O el año pasado se pagó de más por la carpa que pusieron o el coste del “dos por uno” célebre de éste año va a ser más de lo que han anunciado.  Tendremos que saberlo, ¿no?-, me pregunta.

Y se contesta a sí misma diciendo, -Pero para saberlo lo que hay que hacer es preguntar, y lo más curioso, ¿a que no sabes qué es?-.

Pues lo más curioso es que en Zamora, como es habitual, nadie pregunta nada, ni la Junta Pro Semana Santa, ni las cofradías, ni los medios de comunicación, ni las Administraciones, ni el Obispado, solo pregunta mi vecina Marisol.

-Sí, para lo que me sirve-. Y se va con su amiga Concepción a comerse una tarta a La Golosa.

-¡Que las hacen de rechupete!-, me dice.  

Kebedo.  

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