Laura Fernández Salvador
Lunes, 29 de Abril de 2024
ENTREVISTA

Ángel Martín Carretero: “El mundo de la orquesta sufre porque no está bien valorado”

Su orquesta, Expresión, es la última que queda en pie en Zamora

La orquesta Expresión es el último grupo de profesionales de este sector que queda en Zamora. Ángel Martín Carretero, responsable de esta orquesta, nos atiende para contarnos como es la vida en ese mundo. Su orquesta, con casi 30 años de historia, se formó en 1994, y actualmente cuenta con 9 componentes en el grupo, incluido un técnico. Ángel heredó su pasión por el mundo de las orquestas desde niño, a través de sus padres, también músicos, y espera continuar con Expresión todavía mucho tiempo, hasta su jubilación.

 

¿Diría que la vida de músico de orquesta es dura?

 

Es bastante dura, aunque depende de la época. Cuando se trabaja en invierno te toca trabajar y ensayar en casa, y después no se sale mucho. Además, en invierno también la gente se prepara también para otros objetivos que tengan en la vida, más allá de este mundo, ya que el músico en España, a no ser que sea una gran estrella, está mal valorado.

 

Imagino que el verano es la época de más trabajo, ¿qué hacéis el resto del año?

 

En invierno se prepara la gente, ya que en verano viene el golpe de trabajo, que es cuando más dinero se gana. En invierno principalmente se hacen trabajos de mantenimiento del escenario, de las estructuras, de los focos, del sonido… Los músicos preparan las canciones.

 

¿Hay mucho movimiento de músicos?

 

Yo he tenido la suerte de tener músicos que han estado mucho tiempo con nosotros, algunos hasta 20 años. Sin embargo, las cantantes jóvenes, que muchas están estudiando, muchas veces se lo toman como un trabajo temporal como cualquier otro, y se dedican a ello unos años, pero hay más movimiento en cantantes jóvenes.

 

La suya es la última orquesta en activo que queda en Zamora, ¿por qué diría que han desaparecido el resto?

 

En Zamora ha llegado a haber 15 o 16 formaciones. Yo diría que han desaparecido porque es un mundo que no está bien valorado, y no está bien gestionado. Como es muy eventual, es complicado. También cada vez es más difícil encontrar gente que se responsabilice de estar contigo. La última orquesta que estaba activa en Zamora con nosotros, que desapareció el año pasado, tenía problemas para encontrar gente.

 

Las fiestas de los pueblos son claves para las orquestas, pero ¿en qué otros lugares os podemos encontrar?

 

En fiestas de capitales. Nosotros hemos tocado en casi todas las capitales de Castilla y León, pero el gordo de nuestro trabajo son los pueblos, que son los que más nos dan de comer. En Zamora también hemos tocado algún año.

 

¿Tenéis un repertorio fijo o cambia según el lugar donde toquéis?

 

Nosotros tenemos un repertorio de entre 100 y 110 canciones, que se van cambiando y se van incorporando cosas nuevas. Cada temporada se cambia, pero hay canciones que siempre se tocan, como el Amparito Roca, o España Cañi, que son pasodobles clásicos. Luego intentamos hacer cosas divertidas.

 

¿Recuerdas algún lugar en el que hayáis actuado con algún cariño especial?

 

Muchos. No te podría decir…

 

¿Y en Zamora?

 

En Zamora hemos tenido grandes experiencias, y la gente se ha portado siempre muy bien. Hemos tocado en San Pedro, y en diferentes barrios, como Pinilla o San José Obrero. Podría ser un lugar destacado

 

¿Cómo funciona el tema de la SGAE?

 

Nosotros cuando hacemos los contratos ponemos que la responsabilidad de los autores la paga el ayuntamiento. Eso se lo reclama la SGAE al ayuntamiento. Ellos van siempre directamente a los organismos. Piden el presupuesto general y se suelen llevar un porcentaje independientemente del repertorio que se toque.

 

Se podría decir que su trabajo forma parte de la cultura de este país ¿Existe algún tipo de ayudas para que no mueran las orquestas?

 

Que yo sepa no, no existe ningún tipo de ayuda. Y yo creo que sí es cultura.  Al final es música, alguien que va divirtiendo a la gente, yo entiendo que es cultural.

 

¿Qué ayudas reclamarían a los que mandan?

 

Hay cosas que están muy mal gestionadas. Digamos que hay trabas burocráticas. Por ejemplo, si yo tengo que ir a tocar a Alcañices el 15 de agosto, y tengo que ir con un tráiler me encuentro con que su nacional está limitada a los camiones. Voy a tráfico a solicitar permiso para viajar ese día por motivos de trabajo justificado y me dicen que no. Entonces tengo que ir sin dormir por la mañana, tras una noche de trabajo, cuando no está limitado para poder llegar en las horas en la que está permitido.

 

Además, como es temporal también debería haber un sistema por el cual el gobierno ayudara en la época mala, como en Francia, que eso ya existe. Eso daría la estabilidad que busca la gente. Y estabilidad en las orquestas hay poca.

 

¿Qué es lo más difícil de este mundo de la orquesta?

 

Yo como jefe diría que encontrar gente. Cuando se te va a una persona es muy difícil encontrar a alguien que sustituya, porque hay muy poco. En Galicia hay muchos. Y en Zamora hay, pero no quieren trabajar en el mundo de la orquesta.

 

¿Por qué no quieren trabajar en la orquesta?

 

En principio por la estabilidad. Y después, porque la gente parece que odia los pasodobles, que odia el Paquito el Chocolatero, el Levantando las manos… pero luego es lo que baila todo el mundo. Pero si quitamos esas canciones la gente no se lo pasa bien. Hay que buscar el repertorio que sea divertido, más que la música que solo te gusta a ti como músico.

 

¿Y los horarios?

 

En cuanto a los horarios, hay que plantearlos bien. Yo intento tratar a la gente lo mejor que puedo. Si un día se trabaja un poco más intentar compensar con otro día que trabaje algo menos, siempre que se pueda permitir. Intento buscar descanso. Por ejemplo, en agosto podemos trabajar perfectamente los 31 días, pero eso no lo hago, Yo busco tener descansos. En agosto trabajamos en torno a 24 días, que es el mes en que más se trabaja. En total al año trabajamos unos 70 días.

 

¿Hasta cuándo estará en activo la orquesta?

 

Yo sigo siendo joven, y por lo menos hasta que me jubile voy a intentar que siga. Es un trabajo cansado, pero como cualquier trabajo, como cualquier empresario o empresa. Al final todo el mundo está cansado de la burocracia, de pagar mucho…

 

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