La iglesia de Santiago de los Caballeros y el Campo de la Verdad

Desde mi  punto de vista, la Iglesia de Santiago de los Caballeros, también conocida como Iglesia de Santiago el Viejo es el templo más emblemático de la Historia de Zamora.

Es de estilo románico primitivo, de humilde aspecto, con una sola nave y está situada junto al llamado “Campo de la Verdad” cerca del barrio de Olivares.

Entiendo que es muy representativa de la Historia de Zamora, porque se dice que en ella fue armado caballero el Cid Campeador por el Rey Fernando I. Sobre este hecho, el Romancero dice: “Afuera, afuera, Rodrigo, /el soberbio castellano / acordársete debiera/de aquel buen tiempo pasado/ cuando fuiste caballero/en el altar de Santiago,/cuando el rey fue tu padrino, /tú, Rodrigo, el ahijado/mi padre te dio las armas, mi madre te dio el caballo,/yo te calcé espuelas de oro/ porque fueses más honrado,/ pensando casar contigo,/¡no lo quiso mi pecado!/casástete con Jimena/ hija del conde Lozano,/ con ella hubiste dineros/ conmigo hubieras estados, /dejaste hija de rey/por tomar la de una vasallo.”

Esta pequeña iglesia, por estar situada en el extrarradio urbano, es poco visitada por el turismo que acude a ver nuestros numerosos templos románicos. También, por estar alejada del núcleo de la ciudad, sufre un estado de abandono que no se merece, crece la hierba y la maleza sin control y está siempre cerrada a los visitantes, salvo una cita previa.

Del sitio de Zamora, en año 1072, encontramos datos sobre las negociaciones del Cid, en nombre del rey Sancho II, con doña Urraca para que se rindiese la ciudad; sobre la muerte del rey Sancho a manos de Bellido Dolfos, y del duelo verificado en el Campo de la Verdad entre los hijos de Arias Gonzalo y Diego Ordóñez.
Este Campo de la Verdad, que digo está junto a la Iglesia de Santiago, ha sido escenario de representaciones de justas medievales de bastante interés para los espectadores, pero hace años que allí no se hace nada y es un campo en el más absoluto estado de abandono.                             

Balbino Lozano