FASE DE ASCENSO LEB ORO
Zamora Enamora halló Eldorado del baloncesto ante Albacete: (85-82)
Partido intenso, propio de una finalísima, con instantes de ansiedad en la cancha y en las gradas, en un Ángel Nieto que vivió un acontecimiento inolvidable.
Este proyecto que inició Gerardo Hernández de Luz, cuando Saulo era un niño, encontró esta tarde noche de un mayo lluvioso y frío, su Eldorado, después de 40 minutos de baloncesto que al más sensible lo deja muy cerca de la ansiedad, del estrés, del ataque de nervios, ante un gran Albacete, digno finalista, que, hasta el último instante intentó amargarles la tarde a los 2.000 aficionados blanquiazules y alegrársela a un centenar de manchego.
En Zamora, hacía frío, pero en el Ángel Nieto la temperatura era tropical. El choque empezó con tres triples consecutivos de Kalinicenko en sucesivos ataques. Tardó en reaccionar Albacete, que no se puso nervioso y merced a la sabiduría de su base Jorge Martínez metió a los suyos en el partido. La primera mitad concluyó con ventaja zamorana por cinco puntos (24-19).
Pero la escuadra azul se descompuso en el segundo cuarto. Powell no conectaba con sus hombres de ataque y así era imposible marcharse en el marcador. Se lanzaron muchos triples y se fallaron tiros de dos fáciles. Por el contrario, la escuadra verde anotaba con facilidad, tanta que Saulo Hernández pidió su primer tiempo muerto para que sus hombres se asentasen, se tranquilizasen y supiesen atacar la defensa rival. En ese momento, solo el Zamora Enamora ganaba por dos puntos a Albacete: 30-28. En este segundo cuarto, se produjo el primer triple de Buckingham. Incluso los manchegos se pusieron por delante, aunque solo fuera por un punto a falta de tres minutos y medio para llegar al descanso, al que se llegó con ventaja visitante en el partido y en la eliminatoria: (41-45).
Tras el paso por vestuarios, Saulo cambió la forma de defender de su equipo. Un acierto total, porque Albacete ya no fue el mismo. El trabajo defensivo de los azules dejó a sus rivales en solo 14 puntos, mientras se anotaron en el aro contrario 24, con un triple desde su campo de Kalinicenko que quizá, a la postre, decidiese el ascenso. Quedaban diez minutos. Zamora Enamora ganaba el partido por siete puntos y el ascenso por nueve.
Albacete no se rindió, gracias al trabajo colosal de su base, Martínez. Pero surgieron dos hombres esenciales en la escuadra local, Buckingham, que recogió muchos rebotes y anotó un par de triples increíbles, y Powell, que se la jugó cuando Zamora Enamora se veía más exigido por el rival. Además, para colmo de males, para potenciar el nerviosismo, Jonas se lesionaba en la rodilla a poco más de minuto y algo para el finiquito. Pero se supo jugar esos minutos finales para lograr un ascenso, historia del baloncesto masculino zamorano. Después, la locura en la cancha y en las gradas.
Gerardo Hernández de Luz y Saulo escribieron hoy, 18 de mayo de 2024, la página más hermosa de su labor durante décadas por elevar al baloncesto zamorano a la cima de este deporte. Aquel niño que, acompañado de su padre, acudía al que fuera El Correo de Zamora, el auténtico, el nuestro, para recabar datos del equipo que creo su padre y que las nuevas generaciones conocieran cómo los sueños, de vez en cuando, se convierten en realidad. Las lágrimas de Gerardo y Saulo humedecieron su abrazo por el ascenso.
Buckingham, con 20 puntos; Pauksté, con 18; Powell, con 16, y Kalinicenko, con 12, producto de cuatro triples, fueron los mejores anotadores de este dorado Zamora Enamora.
¡Así se celebra el ascenso de Zamora a la #LEBOro!
Euforia total para un equipo que pone un broche inmejorable a una temporada espectacular. Ninguna derrota como visitante y un camino precioso hasta verse, la próxima temporada, en Oro.
Enhorabuena a todos los zamoranos. pic.twitter.com/2cYAciSkWJ
— Kiko (@kikorocillo) May 18, 2024
Fotografía: Esteban Pedrosa
Este proyecto que inició Gerardo Hernández de Luz, cuando Saulo era un niño, encontró esta tarde noche de un mayo lluvioso y frío, su Eldorado, después de 40 minutos de baloncesto que al más sensible lo deja muy cerca de la ansiedad, del estrés, del ataque de nervios, ante un gran Albacete, digno finalista, que, hasta el último instante intentó amargarles la tarde a los 2.000 aficionados blanquiazules y alegrársela a un centenar de manchego.
En Zamora, hacía frío, pero en el Ángel Nieto la temperatura era tropical. El choque empezó con tres triples consecutivos de Kalinicenko en sucesivos ataques. Tardó en reaccionar Albacete, que no se puso nervioso y merced a la sabiduría de su base Jorge Martínez metió a los suyos en el partido. La primera mitad concluyó con ventaja zamorana por cinco puntos (24-19).
Pero la escuadra azul se descompuso en el segundo cuarto. Powell no conectaba con sus hombres de ataque y así era imposible marcharse en el marcador. Se lanzaron muchos triples y se fallaron tiros de dos fáciles. Por el contrario, la escuadra verde anotaba con facilidad, tanta que Saulo Hernández pidió su primer tiempo muerto para que sus hombres se asentasen, se tranquilizasen y supiesen atacar la defensa rival. En ese momento, solo el Zamora Enamora ganaba por dos puntos a Albacete: 30-28. En este segundo cuarto, se produjo el primer triple de Buckingham. Incluso los manchegos se pusieron por delante, aunque solo fuera por un punto a falta de tres minutos y medio para llegar al descanso, al que se llegó con ventaja visitante en el partido y en la eliminatoria: (41-45).
Tras el paso por vestuarios, Saulo cambió la forma de defender de su equipo. Un acierto total, porque Albacete ya no fue el mismo. El trabajo defensivo de los azules dejó a sus rivales en solo 14 puntos, mientras se anotaron en el aro contrario 24, con un triple desde su campo de Kalinicenko que quizá, a la postre, decidiese el ascenso. Quedaban diez minutos. Zamora Enamora ganaba el partido por siete puntos y el ascenso por nueve.
Albacete no se rindió, gracias al trabajo colosal de su base, Martínez. Pero surgieron dos hombres esenciales en la escuadra local, Buckingham, que recogió muchos rebotes y anotó un par de triples increíbles, y Powell, que se la jugó cuando Zamora Enamora se veía más exigido por el rival. Además, para colmo de males, para potenciar el nerviosismo, Jonas se lesionaba en la rodilla a poco más de minuto y algo para el finiquito. Pero se supo jugar esos minutos finales para lograr un ascenso, historia del baloncesto masculino zamorano. Después, la locura en la cancha y en las gradas.
Gerardo Hernández de Luz y Saulo escribieron hoy, 18 de mayo de 2024, la página más hermosa de su labor durante décadas por elevar al baloncesto zamorano a la cima de este deporte. Aquel niño que, acompañado de su padre, acudía al que fuera El Correo de Zamora, el auténtico, el nuestro, para recabar datos del equipo que creo su padre y que las nuevas generaciones conocieran cómo los sueños, de vez en cuando, se convierten en realidad. Las lágrimas de Gerardo y Saulo humedecieron su abrazo por el ascenso.
Buckingham, con 20 puntos; Pauksté, con 18; Powell, con 16, y Kalinicenko, con 12, producto de cuatro triples, fueron los mejores anotadores de este dorado Zamora Enamora.
¡Así se celebra el ascenso de Zamora a la #LEBOro!
Euforia total para un equipo que pone un broche inmejorable a una temporada espectacular. Ninguna derrota como visitante y un camino precioso hasta verse, la próxima temporada, en Oro.
Enhorabuena a todos los zamoranos. pic.twitter.com/2cYAciSkWJ— Kiko (@kikorocillo) May 18, 2024
Fotografía: Esteban Pedrosa

















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