FASE DE ASCENSO A LA 1ª RFEF
Un colosal Zamora CF apea al Sant Andreu y sigue para el ascenso: (2-0)
Los rojiblancos realizaron el mejor partido de la temporada en un Ruta de la Plata que cobijó a unos 6.500 espectadores, entre ellos, cien hinchas catalanes. Cañizo marcó los dos tantos de una escuadra descomunal por juego y esfuerzo físico.
Ser en la vida romero, sin más oficio, sin otro nombre y sin pueblo. Ser en la vida romero, romero..., solo romero. Que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo, pasar por todo una vez, una vez sólo y ligero, ligero, siempre ligero.
Versos de León Felipe que vienen a cuento porque mañana la Zamora romera se lleva a la Patrona, la Virgen de la Concha a La Hiniesta. Lunes de Pentecostés. Los rojiblancos fueron esta tarde noche, después de dos horas de partido, romeros futbolísticos, romeros prodigiosos, romeros colosales, como el partido que cuajó un equipo portentoso desde el inicio de partida. Porque creían en su fútbol, creían en su calidad y en su capacidad física. Hicieron de romeros del balón para buscar desvirgar la portería catalana en dos ocasiones. La primera, en el minuto 26, que aprovecha una acción larga por la diestra del área rival para anotar el primer gol. Los más de seis mil aficionados rojiblancos empezaron a pensar que todo era posible. Antes Movilla diseñó un once ideal para escribir esta historia y acabar con el mal fario de este club en las fases de ascenso. Se jugó con dos hombres en puta, Cañizo, ya clásico, y Pito Camacho, que soltó su mejor partido con la camiseta del Zamora. Volvió loca a la defensa, peleó como un jabato del sur, abrió huecos, enojó a los zagueros catalanes. Dejó a Ramos en la medular, con Dani echando una mano donde pudiera, más los dos exteriores, ambos geniales, Mancebo y Joel Priego por la diestra, y dándole a Castañeda la banda izquierda, mientras en la zaga Parra, Luismi y Delmonte se bastarían para deshacer alguno de los contados ataques de un Sant Andreu que no demostró su calidad, salvo en algunos instantes de la primera parte de la prórroga.
Antes del primer tanto, el Zamora CF ya había metido el miedo en el cuerpo a la zaga visitante, que no se encontraba a gusto, que no conectaba con sus hombres de la medular. El equipo de la barriada barcelonesa aguardaba como en la segunda mitad jugada en su feudo, atrás, a la espera de que algún balón largo o falta les concediese el empate.
Pero el Sant Andreu, antes del descanso, encajó el segundo gol, obra, de nuevo, de Cañizo, tras acción de endiablada de los atacantes rojiblancos. Quedaban tres minutos para irse a vestuarios y el Zamora había igualado los dos tantos recibidos en Sant Andreu.
La segunda mitad, desde su comienzo, fue más de lo mismo. Un Zamora que buscaba el tercero y un rival que seguía en Babia. En el minuto 54, el técnico visitante introdujo su primer cambio: entró Serrano en sustitución de Íker.

No cambió, para nada, el juego del Sant Andreu. Por el contrario, el cuadro rojiblanco realizó alguna jugada excelente, como la registrada en el minuto 64, rubricada por un gran testarazo de Cañizo y una estupenda intervención de Nil.
Movilla consideró que la banda izquierda de ataque y defensa necesitaba un cambio. Castañeda se fue a las duchas y Roger Marcé entró en el campo. También Joel Priego se fue a la banda izquierda, donde más luce. Por ambas bandas, el Zamora profundizó. Parra, un monstruo físico, y Mancebo, talento y poderío, desarbolaban a los zagueros de aquella zona, mientras Joel y Roger hacían lo propio por la zurda, con colaboración de un gran capitán, Dani Hernández.
Doce minutos antes del finiquito, dos sustituciones en el Sant Andreu, con la entrada de Romero y Juanan por Paredes, el goleador en la ida, y Pau. Poco después, el genial Pito Camacho dejaba su puesto a Baldrich, porque el Zamora necesitaba presionar la salida de la pelota del cuadro catalán, que pasó a equilibrar el partido.
También Movilla, buscando más desgaste físico, sustituyó a Ramos para dar entrada a Morales, pasando Dani a dirigir la orquesta rojiblanca. Y antes de concluir el tiempo reglamentario, Gorriti y Oliva entraron por Yosu y García.
Y hubo que irse a la prórroga, cuya primera mitad fue más favorable al Sant Andreu, que buscaba cualquier falta para meterla en el área rojiblanca. El técnico vasco inyectó sangre nueva en su equipo con el concurso de Etxaburu, Víctor López y Bolo, mientras se iban del césped los más fatigados: Cañizo, Parra y Priego.
Pero Etxaburo, en un agarrón cerca del área zamorana, vio una amarilla que, con la otra del mismo tono que recibió en el banquillo, fue expulsado. El Zamora tendría que aguantar la segunda parte de la prórroga, un cuarto de hora, con un hombre menos.
Los rojiblancos, en un colosal esfuerzo, mantuvieron el resultado e, incluso, en el último segundo, a puerta vacía, pudo marca Bolo el tercero, pero su disparo, sin nadie bajo palos, se estrelló en la base del palo derecho de la portería catalana. Segundos después, el árbitro, anticasero, mandó parar.
El Zamora CF, un romero futbolístico, sigue aspirando al máximo después de una portentosa demostración de fe, calidad técnica y descomunal gasto físico. Esta plantilla parece que ha llegado en plena forma al periodo decisivo de la temporada.
Por cierto, homenaje a la plantilla campeona del CB Zamora Enamora, que recibió un fortísimo aplauso de la afición rojiblanca.

Fotografías: Esteban Pedrosa
Ser en la vida romero, sin más oficio, sin otro nombre y sin pueblo. Ser en la vida romero, romero..., solo romero. Que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo, pasar por todo una vez, una vez sólo y ligero, ligero, siempre ligero.
Versos de León Felipe que vienen a cuento porque mañana la Zamora romera se lleva a la Patrona, la Virgen de la Concha a La Hiniesta. Lunes de Pentecostés. Los rojiblancos fueron esta tarde noche, después de dos horas de partido, romeros futbolísticos, romeros prodigiosos, romeros colosales, como el partido que cuajó un equipo portentoso desde el inicio de partida. Porque creían en su fútbol, creían en su calidad y en su capacidad física. Hicieron de romeros del balón para buscar desvirgar la portería catalana en dos ocasiones. La primera, en el minuto 26, que aprovecha una acción larga por la diestra del área rival para anotar el primer gol. Los más de seis mil aficionados rojiblancos empezaron a pensar que todo era posible. Antes Movilla diseñó un once ideal para escribir esta historia y acabar con el mal fario de este club en las fases de ascenso. Se jugó con dos hombres en puta, Cañizo, ya clásico, y Pito Camacho, que soltó su mejor partido con la camiseta del Zamora. Volvió loca a la defensa, peleó como un jabato del sur, abrió huecos, enojó a los zagueros catalanes. Dejó a Ramos en la medular, con Dani echando una mano donde pudiera, más los dos exteriores, ambos geniales, Mancebo y Joel Priego por la diestra, y dándole a Castañeda la banda izquierda, mientras en la zaga Parra, Luismi y Delmonte se bastarían para deshacer alguno de los contados ataques de un Sant Andreu que no demostró su calidad, salvo en algunos instantes de la primera parte de la prórroga.
Antes del primer tanto, el Zamora CF ya había metido el miedo en el cuerpo a la zaga visitante, que no se encontraba a gusto, que no conectaba con sus hombres de la medular. El equipo de la barriada barcelonesa aguardaba como en la segunda mitad jugada en su feudo, atrás, a la espera de que algún balón largo o falta les concediese el empate.
Pero el Sant Andreu, antes del descanso, encajó el segundo gol, obra, de nuevo, de Cañizo, tras acción de endiablada de los atacantes rojiblancos. Quedaban tres minutos para irse a vestuarios y el Zamora había igualado los dos tantos recibidos en Sant Andreu.
La segunda mitad, desde su comienzo, fue más de lo mismo. Un Zamora que buscaba el tercero y un rival que seguía en Babia. En el minuto 54, el técnico visitante introdujo su primer cambio: entró Serrano en sustitución de Íker.

No cambió, para nada, el juego del Sant Andreu. Por el contrario, el cuadro rojiblanco realizó alguna jugada excelente, como la registrada en el minuto 64, rubricada por un gran testarazo de Cañizo y una estupenda intervención de Nil.
Movilla consideró que la banda izquierda de ataque y defensa necesitaba un cambio. Castañeda se fue a las duchas y Roger Marcé entró en el campo. También Joel Priego se fue a la banda izquierda, donde más luce. Por ambas bandas, el Zamora profundizó. Parra, un monstruo físico, y Mancebo, talento y poderío, desarbolaban a los zagueros de aquella zona, mientras Joel y Roger hacían lo propio por la zurda, con colaboración de un gran capitán, Dani Hernández.
Doce minutos antes del finiquito, dos sustituciones en el Sant Andreu, con la entrada de Romero y Juanan por Paredes, el goleador en la ida, y Pau. Poco después, el genial Pito Camacho dejaba su puesto a Baldrich, porque el Zamora necesitaba presionar la salida de la pelota del cuadro catalán, que pasó a equilibrar el partido.
También Movilla, buscando más desgaste físico, sustituyó a Ramos para dar entrada a Morales, pasando Dani a dirigir la orquesta rojiblanca. Y antes de concluir el tiempo reglamentario, Gorriti y Oliva entraron por Yosu y García.
Y hubo que irse a la prórroga, cuya primera mitad fue más favorable al Sant Andreu, que buscaba cualquier falta para meterla en el área rojiblanca. El técnico vasco inyectó sangre nueva en su equipo con el concurso de Etxaburu, Víctor López y Bolo, mientras se iban del césped los más fatigados: Cañizo, Parra y Priego.
Pero Etxaburo, en un agarrón cerca del área zamorana, vio una amarilla que, con la otra del mismo tono que recibió en el banquillo, fue expulsado. El Zamora tendría que aguantar la segunda parte de la prórroga, un cuarto de hora, con un hombre menos.
Los rojiblancos, en un colosal esfuerzo, mantuvieron el resultado e, incluso, en el último segundo, a puerta vacía, pudo marca Bolo el tercero, pero su disparo, sin nadie bajo palos, se estrelló en la base del palo derecho de la portería catalana. Segundos después, el árbitro, anticasero, mandó parar.
El Zamora CF, un romero futbolístico, sigue aspirando al máximo después de una portentosa demostración de fe, calidad técnica y descomunal gasto físico. Esta plantilla parece que ha llegado en plena forma al periodo decisivo de la temporada.
Por cierto, homenaje a la plantilla campeona del CB Zamora Enamora, que recibió un fortísimo aplauso de la afición rojiblanca.

Fotografías: Esteban Pedrosa
















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