El barrio Peña

Cumplía yo diez años de edad y comenzaba el bachillerato en el Instituto Claudio Moyano, ante cuyo centro educativo había un inmenso solar  y al fondo de éste se encontraban media docena de modestas edificaciones de una sola planta, ocupadas por humildes familias.  Entre estas casitas y el Instituto existía una gran laguna que se formaba en la depresión  del terreno por acumulación de las aguas  que permanecían casi todo el año.  En los rigurosos inviernos de aquellos tiempos, el agua se congelaba formando una capa de hielo sobre la que muchos atrevidos muchachos se ponían a patinar.

En más de una ocasión, el hielo se rompió y algún que otro chico sufrió el correspondiente chapuzón.  Viene también a mi memoria que en aquel inmenso solar hacían instrucción soldados del inmediato cuartel  del Regimiento Infantería Toledo.

Pasaron varios años  y la fisonomía de aquella zona urbana iba cambiando notablemente. En mayo del año 1959, la Comisión Municipal Permanente acordaba que “el derribo de los inmuebles del Barrio Peña se llevara a cabo por cuenta de la Corporación Municipal,  ya que todos ellos se hallaban desocupados”.

En la actualidad, aquellos solares  se encuentran ocupados por edificios residenciales con alturas de más de doce plantas  y concurridos locales comerciales.  Aunque todavía continúa existiendo el veterano edifico de la familia “Cañibano”,  que  tuvo el  “honor” de tener en la azotea  una sirena que daba la alarma en los momentos de riesgo de ataques de la aviación.  Confieso que sí oí la sirena en alguna ocasión, pero afortunadamente en Zamora nunca nos bombardearon.

Han transcurrido  más  de ochenta años,  la Avenida de Requejo está saturada de edificaciones y no quedan solares yermos.  De aquellos estudiantes que acudíamos a estudiar Bachillerato en el “Claudio” vamos quedando pocos que todavía podemos dar fe de que hace muchos años existió el Barrio Peña en una zona que hoy es lo más céntrico de la ciudad.  El Cuartel Viriato se ha transformado en Campus Universitario y todo el entorno está invadido del ambiente estudiantil que le dan el María de Molina, el Claudio Moyano, el Maestro Haedo y otros centros de formación de los alrededores.

Balbino Lozano