Penoso estado de la subida a la calle Cantabranas de San Lázaro

No, no es lo mismo caerse,  que todo es posible, desde el suelo a hacerlo desde unas escaleras, siempre es mejor que no pase, en ninguno de los dos casos. Excusa argumentar que el impacto será mayor, desde cierta altura. Pero a veces no queda más remedio que optar por itinerarios donde existan ciertos riesgos, que las prisas cuentan y se elige  tomar el primer atajo del que se disponga, para no alargar en exceso el recorrido, porque el destino espera la llegada. Como también está nuestra libertad, la que nos queda de andar por donde nos dé la gana.

Dividida en dos ramales uno para acceder por un lado, el otro por el otro, a elegir y ninguno medianamente aceptable están las subidas de Cantabranas por donde se alcanza  la calle del mismo  nombre desde la cuesta de La Morana. Lo de subida es bastante literal, porque la rampa se las trae, vamos que no resultaría fácil, ni remontar ni bajarla. Quedando para este fin las escaleras, pero que por su estado tampoco parece fácil usarlas, dado que a los peldaños en su día se acopló una goma, se supone para evitar resbalones y posteriormente se le esparció por la huella una buena capa de cemento.

El resultado, que sobre la goma no adhirió la pasta, con lo cual soltándose en poco tiempo, quedó un borde del paso desconchado y propio para evitar pisar. Aunque por necesidad hay que hacerlo, con riego de tropezar fácilmente. El añadido de goma no parece que fuera lo más indicado  para añadir al borde de cada peldaño. A la vista está. Si bien en algunos casos y dada la vulnerabilidad de esa parte se opta por añadir un refuerzo, que suele consistir en un ángulo metálico, con el tiempo se acaba oxidando perdiendo por una parte su función y por otra por su descomposición se queda como estorbo aumentando la peligrosidad de la subida.Todo un despropósito, porque además del problema, la solución aportada, no solo no mejoró la situación, sino que lo que hizo fue empeorarla, para desgracia de los vecinos de Zamora y especialmente de los del barrio de San Lázaro, que lo sufren a diario.