DENUNCIAS
La hoguera-botellón del 24
Las campañas sobre el reciclaje de poco sirven entre los jóvenes.
Por miles y multiplicado por diez, una, dos y tres veces se contaron los participantes que pasaron recientemente por el festival Z!Live Rock sin incidente alguno. Con un comportamiento extraordinario y dejando los lugares por donde pasaron, sin la mínima huella negativa. Un número difícil de contar, por aquello de que iban y venían, a los bares de la zona para tomarse algo, que la cerveza de las barras que instalaron era poco buena, se concentraron en el aparcamiento de la ciudad deportiva, en lo que se pretendió en su día que fuera una fiesta en torno a la hoguera de San Juan. Pero que ha derivado en un botellón masivo. Otras fogatas se prohibieron, por aquello del peligro que supone chiscar cuatro maderas en la plaza, con el mayor de los descaros, como si en esta permitida no lo hubiera.
Y, para todos los públicos, pero por sus hechos se adivinara la edad de los participantes, sobre un montón de arena se colocaron unos cuantos palés, que arden como teas y se colocó un escenario de música que no parecía mala, aunque la verdad a la media hora, la mayoría ni se enteraba de lo que estaba sonando. Se colocaron un buen montón de baños portátiles y bien visibles junto a la vía, pero no todo el mundo hizo uso de ellos, no por falta de ganas, sino porque algunos y algunas prevalece el instinto animal y prefieren aliviarse con la complicidad de la noche en la orilla del río, perfumando durante unos días, con ese olor característico la zona para desagrado de los habituales.
Desde el ayuntamiento, como otros botellones se promociona este, solicitándolo y haciéndose cargo del coste que pagamos entre todos, además de la orquesta, y de los baños que instalaron, que son obligatorios en todas las concentraciones, hay que añadir el coste de la limpieza. No es solo un barrido normal, es retirar cientos de botellas de alcohol de alta graduación de botellas de plástico con líquido de colores, negro, amarillo, naranja según gustos. Y, bolsas de esas que todo el mundo recicla, o llámese aprovecha para otra ocasión y que aquí se tiran al suelo, para que sepan lo guarros que pueden ser,que aunque no colocaron más contenedores, el único que había ni siquiera se completó. A ver risitas, que esto no tiene gracia.
Manuel Herrero Alonso
Por miles y multiplicado por diez, una, dos y tres veces se contaron los participantes que pasaron recientemente por el festival Z!Live Rock sin incidente alguno. Con un comportamiento extraordinario y dejando los lugares por donde pasaron, sin la mínima huella negativa. Un número difícil de contar, por aquello de que iban y venían, a los bares de la zona para tomarse algo, que la cerveza de las barras que instalaron era poco buena, se concentraron en el aparcamiento de la ciudad deportiva, en lo que se pretendió en su día que fuera una fiesta en torno a la hoguera de San Juan. Pero que ha derivado en un botellón masivo. Otras fogatas se prohibieron, por aquello del peligro que supone chiscar cuatro maderas en la plaza, con el mayor de los descaros, como si en esta permitida no lo hubiera.
Y, para todos los públicos, pero por sus hechos se adivinara la edad de los participantes, sobre un montón de arena se colocaron unos cuantos palés, que arden como teas y se colocó un escenario de música que no parecía mala, aunque la verdad a la media hora, la mayoría ni se enteraba de lo que estaba sonando. Se colocaron un buen montón de baños portátiles y bien visibles junto a la vía, pero no todo el mundo hizo uso de ellos, no por falta de ganas, sino porque algunos y algunas prevalece el instinto animal y prefieren aliviarse con la complicidad de la noche en la orilla del río, perfumando durante unos días, con ese olor característico la zona para desagrado de los habituales.
Desde el ayuntamiento, como otros botellones se promociona este, solicitándolo y haciéndose cargo del coste que pagamos entre todos, además de la orquesta, y de los baños que instalaron, que son obligatorios en todas las concentraciones, hay que añadir el coste de la limpieza. No es solo un barrido normal, es retirar cientos de botellas de alcohol de alta graduación de botellas de plástico con líquido de colores, negro, amarillo, naranja según gustos. Y, bolsas de esas que todo el mundo recicla, o llámese aprovecha para otra ocasión y que aquí se tiran al suelo, para que sepan lo guarros que pueden ser,que aunque no colocaron más contenedores, el único que había ni siquiera se completó. A ver risitas, que esto no tiene gracia.
Manuel Herrero Alonso




















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