1ª RFEF
Movilla triste por irse, pero feliz por haber estado
El técnico más laureado en la historia del Zamora se despide del club, de la afición rojiblanca y de la prensa
Movilla se despidió de la que ha sido su casa durante muchas temporadas, tras ser el entrenador más laureado en la historia del Zamora CF, con una rueda de prensa, en la que estuvo acompañado por Francisco Javier Páez, presidente, y Javier Moreno, abogado del club y consejero. El técnico vasco, nada más empezar su intervención, confesó sentirse “muy nervioso”, porque esta rueda de prensa tiene “una carga emotiva importante”. Después agradeció a la familia Páez Ruiz de Lopera el haberle concedido este espacio para “despedirme de un club y una ciudad que tanto significa para mí, y agradecerles que hayan invertido en Zamora. Para tener viabilidad tenía que contar con empresarios como los Páez”.
Durante un mes, Movilla no ofreció ruedas de prensa: “Desde febrero, cuando pasó lo que pasó, era complicado hablar, y en Madrid, cuando más fácil lo tenía, renuncié porque el foco correspondía a los jugadores”.
En el capítulo de agradecimientos, Víctor de Aldama: “Hace un año volvió a apostar por mí, reconociendo, pública y privadamente, que se había equivocado en mi anterior salida del Zamora, y eso es muy poco habitual en el fútbol. También a los jugadores que han honrado su profesión. Me han hecho mejor entrenador. Al staff que ha hecho un trabajo impagable y a todos los trabajadores del club, especialmente a José, María, Carlos y Gabino, y, en especial, a David Ángel. Hoy esta claro que hay club gracias a la familia Páez. Tengo claro que tu liderazgo y compromiso han sido determinantes para que el Zamora sigua siendo equipo de 1ª RFEF. En los momentos críticos mucha gente qué iba a pasar y tú te preguntaste qué podemos hacer. No hemos esperado a que pasaran las cosas, sino hacer que sucedieran. Por último, estoy abrumado con la afición, con llamadas que me transmitieron su apoyo y gratitud, a todos aquellos que arrimaron el hombro en estas horas difíciles. Compromiso que cambió la energía de esta ciudad”.
Recordó que volvió al club con “el propósito de llevar al club a otra dimensión deportiva, social y económica. En lo deportivo, ahí está el ascenso de categoría. Socialmente me han dicho que nunca hubo tanta afluencia de público en el Ruta de la Plata y lejos de casa. Espero que haya una situación de estabilidad. El Zamora debe estar de enhorabuena con la llegada de este grupo. He defendido los intereses del Zamora incluso por encima de un puesto de trabajo. No vine a entrenar, sino contribuir al éxito de esta organización. Cualquier persona debe tener una implicación trasversal en el éxito de una organización. Me equivocado también. He sido autocrítico con mi trabajo”.
Dio una primicia: La temporada ha sido muy dura, y no por los cuatro meses sin cobrar. En diciembre le dije a Víctor que me quería ir a mi casa, por todo lo que se estaba viendo desde noviembre. Había cosas que acentuaban ese dolor, como estar a 400 kms de mis hijos y era muy duro despedirme de ellos y me preguntaba si merecía la pena ese sacrificio. El ascenso ha supuesto la salvación del club y tal vez cobre sentido ese sacrificio. Solo visualice una forma de lograr el ascenso: llevándoles al límite. Eso generó mucho desgaste y no todos estaban dispuestos a esa exigencia. He hecho malabares para que no se desconectaran. He dudado sin compartir esto que voy a decir con vosotros. Hemos batido récords de puntos en una temporada, de partidos ganados, de goles anotados, de menor número de derrotas, mayor goleada en el Ruta, récord de partidos invictos en Tercera División, mejor arranque de una temporada, la primera remontada en un play-off, eliminatorias de la Copa del Rey. Todo a pesar de esas etiquetas que se me han puesto. He estado seis temporadas aquí y se han cumplido los objetivos, menos cuando fui destituido en la jornada 13. Y, más allá de los números, surgen las emociones. Siento que la afición ha estado identificada con el equipo y siempre lo llevaré en el recuero. Cuatro ascensos a la tercera categoría del fútbol profesional en mi trayectoria y siento que voy a tener que ascender una quinta vez. Pero esto no va de justicia y méritos. Me siento capacitado y legitimado para entrenar en esta categoría. Tengo claro lo que le falta al Zamora para seguir creciendo. Deseo que la familia Páez encuentre otro camino que le permita llevarlo a cabo. El rival tiene que estar enfrente, no en casa. No siempre se ha remado en la misma dirección. Esto es muy difícil en este club. Lo importante es el escudo por encima de las personas y los egos. Voy a renovar el carné de socio mío y el de mis hijos. Ojalá la celebración en La Marina tenga su continuidad. No fue un reto imposible haber tenido una media de 4.000 personas en el Ruta de la Plata”.
Por último, confesó que “siento tristeza por irme, pero feliz de haber estado y satisfecho del deber cumplido”.
Entiende Movilla que la propiedad traiga a la gente de su confianza: “Respeto mucho su decisión; están legitimados. Solo dos cosillas que me habrían gustado transmitirles se lo he hecho en privado. Me hubiera gustado conocer el proyecto para saber si es acorde al club. Pero estamos hablando de hipótesis. Si me dicen que viviría otra temporada como la anterior, no hubiera seguido. Ahora hay otra propiedad y nuevas ideas”.
El técnico vasco se jactó de haber defendido siempre a los jugadores: “He aprendido mucho. Hubo momentos complicados en pocas circunstancias. He tenido muchas llamadas de futbolistas y les he dado las gracias. La temporada ha sido muy dura para ellos. Alguno me cuestionó si iba a tener el mismo nivel de exigencias sin cobrar. Y yo respondí que teníamos una responsabilidad con el escudo y la ciudad, que yo no iba a levantar el pie. Y eso se cuestionó por parte de alguien con mucho peso. Tienen que ser conscientes que los únicos que tenían el salario asegurado eran ellos, cosa que no sabíamos trabajadores ni cuerpo técnico. Fueron momentos muy difíciles. La única posibilidad de que hubiera viabilidad pasaba por el ascenso. Les falta vida para saber lo que es duro. Pregunté uno por uno a cada jugador si tenían problemas económicos para acabar la temporada. Solo uno tenía ese problema. El resto, unos mejor y otros peor, tenían ahorros para acabar la temporada. Tengo muy claro que he defendido este escudo hasta el último día y jugadores que también lo han hecho. Ahora estoy más preparado para el siguiente reto. No todos los futbolistas estuvieron dispuestos a ese sacrificio”.
“Para mí hubiera sido muy sencillo tener a todos contentos -afirmó finalmente Movilla-, levanto el pie, nos dejamos llevar, todos cómodos, no les sacas de su zona de confort y el resultado hubiera sido quedarse, seguro, en 2ª RFEF. No sé si estaría la familia Páez aquí, pero sería muy difícil. Conozco bien a la plantilla, porque durante la temporada tocaba ciertos botones y el equipo respondía. Uno de ellos, el orgullo. Es un equipo con orgullo, un valor muy importante y el equipo respondía. En el play-off tocamos el botón del orgullo. La eliminatoria del Sant Andreu se empezó a ganar en el descanso y al acabar el partido les hice ver la celebración del Sant Andreu. Si este equipo algo tenia era el orgullo. Desde el mes de febrero no fuimos un equipo estable, con errores groseros. Si la ciudad hubiera tenido esta energía final durante esos meses, habríamos peleado el ascenso con el Orense”.
Movilla se despidió de la que ha sido su casa durante muchas temporadas, tras ser el entrenador más laureado en la historia del Zamora CF, con una rueda de prensa, en la que estuvo acompañado por Francisco Javier Páez, presidente, y Javier Moreno, abogado del club y consejero. El técnico vasco, nada más empezar su intervención, confesó sentirse “muy nervioso”, porque esta rueda de prensa tiene “una carga emotiva importante”. Después agradeció a la familia Páez Ruiz de Lopera el haberle concedido este espacio para “despedirme de un club y una ciudad que tanto significa para mí, y agradecerles que hayan invertido en Zamora. Para tener viabilidad tenía que contar con empresarios como los Páez”.
Durante un mes, Movilla no ofreció ruedas de prensa: “Desde febrero, cuando pasó lo que pasó, era complicado hablar, y en Madrid, cuando más fácil lo tenía, renuncié porque el foco correspondía a los jugadores”.
En el capítulo de agradecimientos, Víctor de Aldama: “Hace un año volvió a apostar por mí, reconociendo, pública y privadamente, que se había equivocado en mi anterior salida del Zamora, y eso es muy poco habitual en el fútbol. También a los jugadores que han honrado su profesión. Me han hecho mejor entrenador. Al staff que ha hecho un trabajo impagable y a todos los trabajadores del club, especialmente a José, María, Carlos y Gabino, y, en especial, a David Ángel. Hoy esta claro que hay club gracias a la familia Páez. Tengo claro que tu liderazgo y compromiso han sido determinantes para que el Zamora sigua siendo equipo de 1ª RFEF. En los momentos críticos mucha gente qué iba a pasar y tú te preguntaste qué podemos hacer. No hemos esperado a que pasaran las cosas, sino hacer que sucedieran. Por último, estoy abrumado con la afición, con llamadas que me transmitieron su apoyo y gratitud, a todos aquellos que arrimaron el hombro en estas horas difíciles. Compromiso que cambió la energía de esta ciudad”.
Recordó que volvió al club con “el propósito de llevar al club a otra dimensión deportiva, social y económica. En lo deportivo, ahí está el ascenso de categoría. Socialmente me han dicho que nunca hubo tanta afluencia de público en el Ruta de la Plata y lejos de casa. Espero que haya una situación de estabilidad. El Zamora debe estar de enhorabuena con la llegada de este grupo. He defendido los intereses del Zamora incluso por encima de un puesto de trabajo. No vine a entrenar, sino contribuir al éxito de esta organización. Cualquier persona debe tener una implicación trasversal en el éxito de una organización. Me equivocado también. He sido autocrítico con mi trabajo”.
Dio una primicia: La temporada ha sido muy dura, y no por los cuatro meses sin cobrar. En diciembre le dije a Víctor que me quería ir a mi casa, por todo lo que se estaba viendo desde noviembre. Había cosas que acentuaban ese dolor, como estar a 400 kms de mis hijos y era muy duro despedirme de ellos y me preguntaba si merecía la pena ese sacrificio. El ascenso ha supuesto la salvación del club y tal vez cobre sentido ese sacrificio. Solo visualice una forma de lograr el ascenso: llevándoles al límite. Eso generó mucho desgaste y no todos estaban dispuestos a esa exigencia. He hecho malabares para que no se desconectaran. He dudado sin compartir esto que voy a decir con vosotros. Hemos batido récords de puntos en una temporada, de partidos ganados, de goles anotados, de menor número de derrotas, mayor goleada en el Ruta, récord de partidos invictos en Tercera División, mejor arranque de una temporada, la primera remontada en un play-off, eliminatorias de la Copa del Rey. Todo a pesar de esas etiquetas que se me han puesto. He estado seis temporadas aquí y se han cumplido los objetivos, menos cuando fui destituido en la jornada 13. Y, más allá de los números, surgen las emociones. Siento que la afición ha estado identificada con el equipo y siempre lo llevaré en el recuero. Cuatro ascensos a la tercera categoría del fútbol profesional en mi trayectoria y siento que voy a tener que ascender una quinta vez. Pero esto no va de justicia y méritos. Me siento capacitado y legitimado para entrenar en esta categoría. Tengo claro lo que le falta al Zamora para seguir creciendo. Deseo que la familia Páez encuentre otro camino que le permita llevarlo a cabo. El rival tiene que estar enfrente, no en casa. No siempre se ha remado en la misma dirección. Esto es muy difícil en este club. Lo importante es el escudo por encima de las personas y los egos. Voy a renovar el carné de socio mío y el de mis hijos. Ojalá la celebración en La Marina tenga su continuidad. No fue un reto imposible haber tenido una media de 4.000 personas en el Ruta de la Plata”.
Por último, confesó que “siento tristeza por irme, pero feliz de haber estado y satisfecho del deber cumplido”.
Entiende Movilla que la propiedad traiga a la gente de su confianza: “Respeto mucho su decisión; están legitimados. Solo dos cosillas que me habrían gustado transmitirles se lo he hecho en privado. Me hubiera gustado conocer el proyecto para saber si es acorde al club. Pero estamos hablando de hipótesis. Si me dicen que viviría otra temporada como la anterior, no hubiera seguido. Ahora hay otra propiedad y nuevas ideas”.
El técnico vasco se jactó de haber defendido siempre a los jugadores: “He aprendido mucho. Hubo momentos complicados en pocas circunstancias. He tenido muchas llamadas de futbolistas y les he dado las gracias. La temporada ha sido muy dura para ellos. Alguno me cuestionó si iba a tener el mismo nivel de exigencias sin cobrar. Y yo respondí que teníamos una responsabilidad con el escudo y la ciudad, que yo no iba a levantar el pie. Y eso se cuestionó por parte de alguien con mucho peso. Tienen que ser conscientes que los únicos que tenían el salario asegurado eran ellos, cosa que no sabíamos trabajadores ni cuerpo técnico. Fueron momentos muy difíciles. La única posibilidad de que hubiera viabilidad pasaba por el ascenso. Les falta vida para saber lo que es duro. Pregunté uno por uno a cada jugador si tenían problemas económicos para acabar la temporada. Solo uno tenía ese problema. El resto, unos mejor y otros peor, tenían ahorros para acabar la temporada. Tengo muy claro que he defendido este escudo hasta el último día y jugadores que también lo han hecho. Ahora estoy más preparado para el siguiente reto. No todos los futbolistas estuvieron dispuestos a ese sacrificio”.
“Para mí hubiera sido muy sencillo tener a todos contentos -afirmó finalmente Movilla-, levanto el pie, nos dejamos llevar, todos cómodos, no les sacas de su zona de confort y el resultado hubiera sido quedarse, seguro, en 2ª RFEF. No sé si estaría la familia Páez aquí, pero sería muy difícil. Conozco bien a la plantilla, porque durante la temporada tocaba ciertos botones y el equipo respondía. Uno de ellos, el orgullo. Es un equipo con orgullo, un valor muy importante y el equipo respondía. En el play-off tocamos el botón del orgullo. La eliminatoria del Sant Andreu se empezó a ganar en el descanso y al acabar el partido les hice ver la celebración del Sant Andreu. Si este equipo algo tenia era el orgullo. Desde el mes de febrero no fuimos un equipo estable, con errores groseros. Si la ciudad hubiera tenido esta energía final durante esos meses, habríamos peleado el ascenso con el Orense”.






















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