NUESTRA HISTORIA
Cuando los saltos del Duero eran proyecto
De vez en cuando, leyendo los periódicos antiguos se encuentra uno con información de lo entonces era noticia y ahora es historia. A "toda plana" un periódico de hace cien años comentaba la gran noticia que era conocer que el proyecto de los Saltos del Duero avanzaba satisfactoriamente, lo que suponía un gran futuro para el progreso y la economía de las provincias de Zamora y Salamanca, así como para el territorio portugués ribereño del rio Duero.
Se había constituido una sociedad hispano-portuguesa que estaba llevando gestiones a buena marcha para el logro del ambicioso proyecto de los Saltos del Duero, en cuya magna empresa tenía un gran protagonismo el distinguido y culto Ingeniero zamorano don Federico Cantero Villamil que con su trabajo tenaz y constante estaba consiguiendo como fruto a sus desvelos dotar a España en general y a Zamora en particular de la incalculable fuente de riqueza que representarían los Saltos del Duero.
Publicaba aquel centenario periódico un mapa de las zonas correspondientes a Zamora y Salamanca , así como del territorio portugués a las que afectaba el rio Duero y sus afluentes Tormes, Esla, Aliste, Huebra y Águeda. Se citaba a un importante número de empresas que competían con la Sociedad Hispano Portuguesa , entre las que nombraba a la Constructora Naval, Vickers, el Banco de Vizcaya y el Banco de Bilbao, con intervención de personalidades muy conocidas en el mundo de las finanzas, cuyos apellidos suenan hoy, cien años después, como son Sola, Echevarrieta, Arteche, Urquijo, Ibarra, etc.
Se hablaba de muchos millones de caballos de fuerza hidroeléctrica y de muchos millones de pesetas de inversión para obtener muchos millones de pesetas de beneficios.
Los embriones que sirvieron de base para lo que luego serían los grandes Saltos del Duero, se citaban el salto llamado "Los Molinos" en Salamanca, que databa del año 1902; el "Peña Garrobo" también en Salamanca, del mismo año, ambos saltos de ámbito internacional.
El salto de "Fermoselle", que había sido tramitado en Zamora en octubre del año 1906 por los ingenieros don Federico Cantero y Rodríguez Altura. También don Federico Cantero solicitó en 1917 la concesión para el salto conocido como "Santiago". El mismo año se tramitó el "Trochón".
En julio de 1918 se constituyó en Bilbao la Sociedad Hispano Portuguesa de Transportes Eléctricos y van tomando relevancia las centrales hidroeléctricas de la Presa de Estacas, el salto de la Rariza, Salto de Pinilla, Salto de Villarino de los Aires y el Salto de Baricogo. Aparecen también los saltos del Esla y Aliste y en el Tormes la unión de los saltos de Roelos y Espundia.
Decía aquel periódico que, en aquellos momentos, se producía una situación de lucha entre la Sociedad Hispano Portuguesa de Transportes Eléctricos y la Sociedad de Electrificación Industrial, existiendo cierta profusión de solicitudes, notas, reclamaciones, derechos, deberes y concesiones que ponían en entredicho los intereses de España y los de los particulares.
El Ayuntamiento de Zamora, en sesión plenaria celebrada el 7 de julio de aquel año de 1920, hacía constar que en días pasados habían recibido la visita de representantes de la Sociedad Hispano Portuguesa de Transportes Eléctricos compuesta por el Presidente del Consejo de Administración don Horacio Echevarrieta y los ingenieros don José Orbegozo y don Vicente Machimbarrena, quienes expusieron la importancia del proyecto de los Saltos del Duero, lo que produjo una gran satisfacción en los miembros de la Corporación zamorana.
Balbino Lozano
De vez en cuando, leyendo los periódicos antiguos se encuentra uno con información de lo entonces era noticia y ahora es historia. A "toda plana" un periódico de hace cien años comentaba la gran noticia que era conocer que el proyecto de los Saltos del Duero avanzaba satisfactoriamente, lo que suponía un gran futuro para el progreso y la economía de las provincias de Zamora y Salamanca, así como para el territorio portugués ribereño del rio Duero.
Se había constituido una sociedad hispano-portuguesa que estaba llevando gestiones a buena marcha para el logro del ambicioso proyecto de los Saltos del Duero, en cuya magna empresa tenía un gran protagonismo el distinguido y culto Ingeniero zamorano don Federico Cantero Villamil que con su trabajo tenaz y constante estaba consiguiendo como fruto a sus desvelos dotar a España en general y a Zamora en particular de la incalculable fuente de riqueza que representarían los Saltos del Duero.
Publicaba aquel centenario periódico un mapa de las zonas correspondientes a Zamora y Salamanca , así como del territorio portugués a las que afectaba el rio Duero y sus afluentes Tormes, Esla, Aliste, Huebra y Águeda. Se citaba a un importante número de empresas que competían con la Sociedad Hispano Portuguesa , entre las que nombraba a la Constructora Naval, Vickers, el Banco de Vizcaya y el Banco de Bilbao, con intervención de personalidades muy conocidas en el mundo de las finanzas, cuyos apellidos suenan hoy, cien años después, como son Sola, Echevarrieta, Arteche, Urquijo, Ibarra, etc.
Se hablaba de muchos millones de caballos de fuerza hidroeléctrica y de muchos millones de pesetas de inversión para obtener muchos millones de pesetas de beneficios.
Los embriones que sirvieron de base para lo que luego serían los grandes Saltos del Duero, se citaban el salto llamado "Los Molinos" en Salamanca, que databa del año 1902; el "Peña Garrobo" también en Salamanca, del mismo año, ambos saltos de ámbito internacional.
El salto de "Fermoselle", que había sido tramitado en Zamora en octubre del año 1906 por los ingenieros don Federico Cantero y Rodríguez Altura. También don Federico Cantero solicitó en 1917 la concesión para el salto conocido como "Santiago". El mismo año se tramitó el "Trochón".
En julio de 1918 se constituyó en Bilbao la Sociedad Hispano Portuguesa de Transportes Eléctricos y van tomando relevancia las centrales hidroeléctricas de la Presa de Estacas, el salto de la Rariza, Salto de Pinilla, Salto de Villarino de los Aires y el Salto de Baricogo. Aparecen también los saltos del Esla y Aliste y en el Tormes la unión de los saltos de Roelos y Espundia.
Decía aquel periódico que, en aquellos momentos, se producía una situación de lucha entre la Sociedad Hispano Portuguesa de Transportes Eléctricos y la Sociedad de Electrificación Industrial, existiendo cierta profusión de solicitudes, notas, reclamaciones, derechos, deberes y concesiones que ponían en entredicho los intereses de España y los de los particulares.
El Ayuntamiento de Zamora, en sesión plenaria celebrada el 7 de julio de aquel año de 1920, hacía constar que en días pasados habían recibido la visita de representantes de la Sociedad Hispano Portuguesa de Transportes Eléctricos compuesta por el Presidente del Consejo de Administración don Horacio Echevarrieta y los ingenieros don José Orbegozo y don Vicente Machimbarrena, quienes expusieron la importancia del proyecto de los Saltos del Duero, lo que produjo una gran satisfacción en los miembros de la Corporación zamorana.
Balbino Lozano




















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