DENUNCIA
Las otras escaleras de la avenida de Portugal
Peldaños con diferentes alturas de hasta catorce centímetros de diferencia, en las mismas escaleras de bajada hacia Puerta Nueva
ontra lo que estaba previsto, que igual solo anunciado, iniciado el mes de Julio no volvió a cerrarse el puente de Puerta Nueva. Lo había estado en una primera fase por razones de seguridad y mientras se realizaban las obras de afianzamiento de las placas laterales que llevaban así desde casi el primer día. Es evidente que proceder a cortar el tráfico de esta vía mientras no se terminen las obras de la bajada de San Pablo, parece poco procedente, tal y como lo fue iniciar las obras de esta última vía sin haber concluido las anteriores, al quedar incomunicados dos barrios.
Algún día y no tardando empezaran los trabajos para concluir las obras y con ello los vehículos darán bastantes rodeos, y los peatones usando el camino más corto, volverán a subir y bajar las escaleras de uno y otro lado de la avenida de Portugal. Si bien las situadas junto al muro reparado no ofrecen grandes problemas, no se puede decir lo mismo de las situadas al otro lado entre los dos edificios, donde no falta el jardín en medio. Este acceso padece de diversos hundimientos que a juzgar por las marcas en la fachada lateral no parecen haber terminado, supuestamente por razones de escasa estabilidad del terreno donde está asentado. Si bien se ha chaperonado en varias ocasiones, no parece de forma muy consistente, no siendo el resultado actual el más deseable.
Mal para subir, peor para bajar, pues hay gran diferencia de altura desde el mismo peldaño ya se tome de uno u otro lado, así como con desigual distancia en centímetros entre la contrahuella de uno, a otros escalones, que puede llegar hasta alcanzar catorce centímetros nada menos. En algunos peldaños supera los veinticinco centímetros, mientras que en otros no supera los once. Calcular cuando se encuentra el pie asentado en firme no parece fácil, luego bajar tampoco lo es. El problema podría sobrevenir de la misma causa que en días de lluvia producia desprendimientos de cantos por una de las placas, justo en la esquina bajo el puente, que ahí sigue, y que pudiera repercutir en hundimientos del terreno de toda la zona. Los técnicos dirán.

ontra lo que estaba previsto, que igual solo anunciado, iniciado el mes de Julio no volvió a cerrarse el puente de Puerta Nueva. Lo había estado en una primera fase por razones de seguridad y mientras se realizaban las obras de afianzamiento de las placas laterales que llevaban así desde casi el primer día. Es evidente que proceder a cortar el tráfico de esta vía mientras no se terminen las obras de la bajada de San Pablo, parece poco procedente, tal y como lo fue iniciar las obras de esta última vía sin haber concluido las anteriores, al quedar incomunicados dos barrios.
Algún día y no tardando empezaran los trabajos para concluir las obras y con ello los vehículos darán bastantes rodeos, y los peatones usando el camino más corto, volverán a subir y bajar las escaleras de uno y otro lado de la avenida de Portugal. Si bien las situadas junto al muro reparado no ofrecen grandes problemas, no se puede decir lo mismo de las situadas al otro lado entre los dos edificios, donde no falta el jardín en medio. Este acceso padece de diversos hundimientos que a juzgar por las marcas en la fachada lateral no parecen haber terminado, supuestamente por razones de escasa estabilidad del terreno donde está asentado. Si bien se ha chaperonado en varias ocasiones, no parece de forma muy consistente, no siendo el resultado actual el más deseable.
Mal para subir, peor para bajar, pues hay gran diferencia de altura desde el mismo peldaño ya se tome de uno u otro lado, así como con desigual distancia en centímetros entre la contrahuella de uno, a otros escalones, que puede llegar hasta alcanzar catorce centímetros nada menos. En algunos peldaños supera los veinticinco centímetros, mientras que en otros no supera los once. Calcular cuando se encuentra el pie asentado en firme no parece fácil, luego bajar tampoco lo es. El problema podría sobrevenir de la misma causa que en días de lluvia producia desprendimientos de cantos por una de las placas, justo en la esquina bajo el puente, que ahí sigue, y que pudiera repercutir en hundimientos del terreno de toda la zona. Los técnicos dirán.




















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