La pasarela del Puente Hierro, pendiente de un buen arreglo

Sabemos de la complejidad de dar una buena mano de pintura protectora, amén de un fresado previo, incluso reposición de chapa en aquellos puntos donde la corrosión  ha degradado las paredes metálicas, haciéndolas muy endebles  como dan cuenta esas láminas que caen de vez en cuando sobre el camino ribereño. También sabemos de la complejidad de actuar y hacerlo de forma segura para el personal que realice los trabajos, en las partes inferiores de la plataforma. Como también sabemos que se ha alcanzado esta situación de deterioro por no haber intervenido a tiempo en otras zonas que resultaban más accesibles. El responsable de ello admite mal las críticas.

            Así, y solo con la previsión de intervenir, que al menos ya es algo, seguimos cruzando en coche y andando el puente. Las advertencias que por la zona peatonal, no se puede ir montado en bici o patín de poco sirven .Teniendo en proyecto realizar un actuación compleja, parece que se han olvidado del simple mantenimiento. Ya las tarimas de la pasarela, que en muchos tramos, especialmente en las uniones se encontraban bastante deterioradas con madera desmoronada, ahora se revelan.  Algo muy típico cuando se pide que lo hagan contra algo, pero que resulta muy molesto cuando lo hacen con el pagano ciudadano de a pie. Esa forma de rebelarse, es siendo madera elevarse unos centímetros por encima del resto, si alguien tropieza, la queja, que no sea un solo ay, que sea una reclamación al ayuntamiento, que las colecciona.

            Se admite que por las circunstancias, un proyecto de gran envergadura pendiente del tiempo y de otras decisiones, no se hagan grandes reparaciones. Pero no justifica, de ninguna manera, que no se reponga una simple tabla y mucho menos, que por no cambiar un simple fluorescente, haya zonas de oscuridad en el viaducto.

Manuel Herrero Alonso