COSAS DE DE LA BIEN CERCADA
Toques de distinción de Zamora
De acuerdo a mi concepción estética de Zamora y siempre que tuviera poder, y los burócratas y normas periclitadas no me lo impidieran, iniciaría una transformación de la ciudad del Romancero, basada en una reforma de los jardines de Baltasar Lobo, que incluyera un sistema de fontanas parecido a de los de la Alhambra; una restauración del Castillo que recuperará la torre del homenaje original y las interiores; instalar en todo el casco histórico baldosas de granito sayagués y arrancar la superficie ocupada por cantos; colocación en la plaza de Viriato de adoquines como los clásicos, más pegaditos, sin tanto espacio entre ellos, que convierten esa superficie en complicada para caminar. Y, por supuesto, una fuente también alegraría la sombra de Viriato y saciaría la sed de su carnero.
Ni un solar más en todo el casco antiguo. Si se puede, se expropia, sino es posible, se compra a un justiprecio lógico. Se dedicarían a construir viviendas públicas, con ayudas de Moncloa y Junta de Castilla y León.
Y no me olvidaré nunca de reconstruir las dos torres del Puente de Piedra. Guarido ya ha iniciado su transformación, importante, esencial. Pero ese viaducto medieval no adquirirá su auténtica belleza hasta que recupere su imagen del siglo XVI. Pero ya sabemos que juega en su contra Patrimonio de la Junta, tan purista, tan esclavos de la ley.
Cambiaría las márgenes del Duero, dándoles fuerza, sin permitir tanta anarquía de vegetación, de tierras que se desmoronan. La Confederación debería drenar el río. Por supuesto, las aceñas de Cabañales las restauraría, con un Centro de Interpretación de la Flora y la Fauna del Duero.
La Plaza Mayor, para mi gusto la más anárquica y grotesca de España, necesitaría un proyecto que la transformará en un espacio estético digno de la historia de Zamora. Como la de San Gil, que guarda importantes restos de la iglesia románica que da nombre a esa ágora. Inexplicable que se ocultasen al pueblo, al turismo cultural.
Y cambiaría el secarral de la plaza de la Constitución, creando un jardín de similares características al de Zorrilla, también con una escultura de Baltasar Lobo y una fuente. No existe riesgo de que se filtre agua al aparcamiento subterráneo, consultado el que fuera mejor técnico de fuentes de nuestra provincia. Reforma de la plaza de la Marina, con menos cemento y más sombra.
Crear, a lo largo de la avenida de las Tres Cruces, una zona ajardinada de, al menos, dos metros y medio entre los carriles del tráfico, semejante a la avenida de Alemania de la hermana Salamanca.
Y, por último, jardines y plantaciones de árboles en el barrio de Vista Alegre, donde numerosas tierras, sin cuidado, dan lugar a la formación de secarrales. Negociar con la empresa propietaria para hacerse con esos terrenos. Tampoco les vendría mal para vender los pisos que todavía singue sin habitar después de décadas de su construcción.
Este artículo, con un toque impresionista, ofrece ideas para crear de la Zamora histórica y de la Zamora más moderna ciudades admirables y atractivas para disfrutar de su historia y naturaleza. Solo han sido toques de distinción de la ciudad del alma, la que nos alienta y nos acusa.
Eugenio-Jesús de Ávila
De acuerdo a mi concepción estética de Zamora y siempre que tuviera poder, y los burócratas y normas periclitadas no me lo impidieran, iniciaría una transformación de la ciudad del Romancero, basada en una reforma de los jardines de Baltasar Lobo, que incluyera un sistema de fontanas parecido a de los de la Alhambra; una restauración del Castillo que recuperará la torre del homenaje original y las interiores; instalar en todo el casco histórico baldosas de granito sayagués y arrancar la superficie ocupada por cantos; colocación en la plaza de Viriato de adoquines como los clásicos, más pegaditos, sin tanto espacio entre ellos, que convierten esa superficie en complicada para caminar. Y, por supuesto, una fuente también alegraría la sombra de Viriato y saciaría la sed de su carnero.
Ni un solar más en todo el casco antiguo. Si se puede, se expropia, sino es posible, se compra a un justiprecio lógico. Se dedicarían a construir viviendas públicas, con ayudas de Moncloa y Junta de Castilla y León.
Y no me olvidaré nunca de reconstruir las dos torres del Puente de Piedra. Guarido ya ha iniciado su transformación, importante, esencial. Pero ese viaducto medieval no adquirirá su auténtica belleza hasta que recupere su imagen del siglo XVI. Pero ya sabemos que juega en su contra Patrimonio de la Junta, tan purista, tan esclavos de la ley.
Cambiaría las márgenes del Duero, dándoles fuerza, sin permitir tanta anarquía de vegetación, de tierras que se desmoronan. La Confederación debería drenar el río. Por supuesto, las aceñas de Cabañales las restauraría, con un Centro de Interpretación de la Flora y la Fauna del Duero.
La Plaza Mayor, para mi gusto la más anárquica y grotesca de España, necesitaría un proyecto que la transformará en un espacio estético digno de la historia de Zamora. Como la de San Gil, que guarda importantes restos de la iglesia románica que da nombre a esa ágora. Inexplicable que se ocultasen al pueblo, al turismo cultural.
Y cambiaría el secarral de la plaza de la Constitución, creando un jardín de similares características al de Zorrilla, también con una escultura de Baltasar Lobo y una fuente. No existe riesgo de que se filtre agua al aparcamiento subterráneo, consultado el que fuera mejor técnico de fuentes de nuestra provincia. Reforma de la plaza de la Marina, con menos cemento y más sombra.
Crear, a lo largo de la avenida de las Tres Cruces, una zona ajardinada de, al menos, dos metros y medio entre los carriles del tráfico, semejante a la avenida de Alemania de la hermana Salamanca.
Y, por último, jardines y plantaciones de árboles en el barrio de Vista Alegre, donde numerosas tierras, sin cuidado, dan lugar a la formación de secarrales. Negociar con la empresa propietaria para hacerse con esos terrenos. Tampoco les vendría mal para vender los pisos que todavía singue sin habitar después de décadas de su construcción.
Este artículo, con un toque impresionista, ofrece ideas para crear de la Zamora histórica y de la Zamora más moderna ciudades admirables y atractivas para disfrutar de su historia y naturaleza. Solo han sido toques de distinción de la ciudad del alma, la que nos alienta y nos acusa.
Eugenio-Jesús de Ávila



















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