COSAS DE DE LA BIEN CERCADA
El monocultivo turístico no es la única solución para Zamora
Casi ya en la cuarta década de la actual centuria, no hay posibilidad de industrialización sin infraestructura. La Junta de Castilla y León parece decidida en dotar a Zamora -Monfarracinos, alfoz de la capital- de un nuevo polígono industrial. No solo es necesaria su creación, sino también facilitar, con una fiscalidad especial, la implantación de empresas. Ahora bien, si las industrias que asienten en ese espacio quieren exportar al norte de Portugal, mantener relaciones empresariales con Tras os Montes y Oporto, se encontrarán con un problema grave: la N-122 entre la capital de la provincia y la frontera lusa sigue siendo una carretera muy complicada. Mientras no se transforme en autovía, y ya se lleva exigiendo desde Zapatero, después Rajoy y ahora, desde hace seis años, Sánchez. Alcanzaremos el 31 de diciembre de 2030, y todo seguirá igual. Y Zamora, más vieja.
Por lo tanto, las empresas de Monfarracinos y los otros polígonos zamoranos encontrarán la salida a sus productos, hacía oriente, el sur y el norte. Pero creo que Portugal debería ser la nación adecuada para que Zamora adquiera potencial industrial.
Desconozco cuándo ese polígono entrará en funcionamiento. Y tampoco sé cuándo los terrenos de la Estación del Ferrocarril los comprará el Ayuntamiento o los cederá Adif. Fue la idea estrella de Guarido durante la última campaña a los comicios municipales. Unos años antes, cuando el actual diputado del PSOE Antidio Fagúndez, siendo teniente alcalde del Ayuntamiento de la capital, ya hubo reunión con los responsables de Adif en Madrid en torno a ese asunto. Desde entonces, nunca más se supo.
Porque insisto en que embellecer Zamora, un objetivo de la actual Alcaldía, restaurar el patrimonio histórico, aunque Iglesias y Ministerio de Cultura también son protagonistas de ese renacimiento, lo juzgo como esencial para el desarrollo del turismo cultural, no solo se puede vivir de ese sector. De ahí, la importancia de ofrecer polígonos modernos a empresas foráneas. Por supuesto, la Patronal zamorana debería trabajar en la atracción de industrias, acudiendo a las capitales más industriales de España para “vender” los beneficios que recogerían si invirtieran en nuestra tierra. Pero se desconoce una labor en ese sentido de la CEOE-Cepyme local. Y no sé si Zamora 10 ha creado ya un equipo que busqué lejos lo que no se encuentra aquí. El anterior presidente de la Diputación, Francisco Requejo me comentó algo sobre una colaboración con ese organismo de empresarios e intelectuales para trabajar conjuntamente en la busca de las empresas perdidas allende de nuestras fronteras.
Vivir de un pasado, en la histórico y monumental, me parece importante, tanto para la hostelería como para el comercio local, pero hay que traer a Zamora empresas que creen más puestos de trabajo y transformen la economía de nuestra tierra. De no ser así, de dedicarnos solo al monocultivo turístico, la decadencia de la ciudad, alfoz y resto de la provincia mantendrá su decadencia económica y, por ende, demográfica. Y no pensemos que Monte la Reina convulsiones el futuro de nuestra tierra.
Eugenio-Jesús de Ávila
Casi ya en la cuarta década de la actual centuria, no hay posibilidad de industrialización sin infraestructura. La Junta de Castilla y León parece decidida en dotar a Zamora -Monfarracinos, alfoz de la capital- de un nuevo polígono industrial. No solo es necesaria su creación, sino también facilitar, con una fiscalidad especial, la implantación de empresas. Ahora bien, si las industrias que asienten en ese espacio quieren exportar al norte de Portugal, mantener relaciones empresariales con Tras os Montes y Oporto, se encontrarán con un problema grave: la N-122 entre la capital de la provincia y la frontera lusa sigue siendo una carretera muy complicada. Mientras no se transforme en autovía, y ya se lleva exigiendo desde Zapatero, después Rajoy y ahora, desde hace seis años, Sánchez. Alcanzaremos el 31 de diciembre de 2030, y todo seguirá igual. Y Zamora, más vieja.
Por lo tanto, las empresas de Monfarracinos y los otros polígonos zamoranos encontrarán la salida a sus productos, hacía oriente, el sur y el norte. Pero creo que Portugal debería ser la nación adecuada para que Zamora adquiera potencial industrial.
Desconozco cuándo ese polígono entrará en funcionamiento. Y tampoco sé cuándo los terrenos de la Estación del Ferrocarril los comprará el Ayuntamiento o los cederá Adif. Fue la idea estrella de Guarido durante la última campaña a los comicios municipales. Unos años antes, cuando el actual diputado del PSOE Antidio Fagúndez, siendo teniente alcalde del Ayuntamiento de la capital, ya hubo reunión con los responsables de Adif en Madrid en torno a ese asunto. Desde entonces, nunca más se supo.
Porque insisto en que embellecer Zamora, un objetivo de la actual Alcaldía, restaurar el patrimonio histórico, aunque Iglesias y Ministerio de Cultura también son protagonistas de ese renacimiento, lo juzgo como esencial para el desarrollo del turismo cultural, no solo se puede vivir de ese sector. De ahí, la importancia de ofrecer polígonos modernos a empresas foráneas. Por supuesto, la Patronal zamorana debería trabajar en la atracción de industrias, acudiendo a las capitales más industriales de España para “vender” los beneficios que recogerían si invirtieran en nuestra tierra. Pero se desconoce una labor en ese sentido de la CEOE-Cepyme local. Y no sé si Zamora 10 ha creado ya un equipo que busqué lejos lo que no se encuentra aquí. El anterior presidente de la Diputación, Francisco Requejo me comentó algo sobre una colaboración con ese organismo de empresarios e intelectuales para trabajar conjuntamente en la busca de las empresas perdidas allende de nuestras fronteras.
Vivir de un pasado, en la histórico y monumental, me parece importante, tanto para la hostelería como para el comercio local, pero hay que traer a Zamora empresas que creen más puestos de trabajo y transformen la economía de nuestra tierra. De no ser así, de dedicarnos solo al monocultivo turístico, la decadencia de la ciudad, alfoz y resto de la provincia mantendrá su decadencia económica y, por ende, demográfica. Y no pensemos que Monte la Reina convulsiones el futuro de nuestra tierra.
Eugenio-Jesús de Ávila


















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