ENTREVISTA
Angélica Marcos: “En el Ramos, trabajamos para que las propuestas que quiere el gran público estén en Zamora”
Charlamos con Angélica Marcos, directora del Teatro Ramos Carrión de Zamora, sinónimo de compromiso
Angélica Marcos, directora del Ramos Carrión de Zamora, nos recibe en su liceo para charlar con nosotros sobre el teatro, su programación y su compromiso con Zamora, así como de la importancia que tiene este espacio en la cultura y el entretenimiento de la ciudad. El Ramos Carrión acoge muchas de las obras más comerciales que demanda la sociedad, y que hace apenas unos años íbamos a ver a otras ciudades como Valladolid, Salamanca o Madrid.
¿Cómo definiría el teatro Ramos Carrión?
Un espacio muy polivalente y con muchas posibilidades a la hora de desarrollar un montón de actividades, tanto culturales como de entretenimiento. El teatro tiene un compendio de diferentes espacios que se pueden utilizar tanto simultáneamente, como de forma más independiente, y eso le da mucha polivalencia.
¿Qué tipo de programación tiene cabida en este teatro?
El teatro Ramos Carrión es un espacio de titularidad pública, pero con una gestión externalizada, durante estos años de gestión hemos ido aprendiendo de todo el proceso y el tipo de programación que más éxito ha tenido es programación comercial. Esto también es por el tipo de licitación y de gestión que tiene. Zamora tiene la suerte de tener dos espacios, uno de titularidad 100% pública como es el Teatro Principal, y otro de gestión externalizada, que es el Ramos Carrión. Y esa particularidad de ser de gestión externalizada hace que también tenga que sostenerse económicamente con la venta de las entradas, lo que va un poco derivando a que sean espectáculos del gran público los que más aceptación tiene, y esos siempre son humor, musicales y muchos espectáculos de entretenimiento.
¿Cómo ha ido evolucionando el Ramos Carrión desde su reapertura en el año 2016, y bajo su dirección?
Yo he llegado en el 2018, y los primeros años han ido siendo un poco “prueba error”. A medida que han ido pasando los años se ha ido un poco equilibrando y viendo un poco lo que quería ver el público zamorano. Y es donde nos hemos dado cuenta de ese equilibrio que a día de hoy existe, que es que al Teatro Principal el público asiste a ver espectáculos de carácter cultural muy relacionado con las cuatro disciplinas de las artes escénicas (teatro, circo, danza y música), y al Ramos Carrión, por sus características intrínsecas de la gestión, el público ha optado por acudir a espectáculos más comerciales. A día de hoy creemos que existe un equilibrio y que tenemos el pulso cogido a la población.
En que consiste el día a día de la dirección del teatro. ¿A qué retos se enfrenta?
En gestionar a nivel global todo. En ver qué posibilidades vemos de programar determinadas propuestas, valorar como lo va a recibir el público, como se puede engranar, tanto económico, como de tramitación… existen muchos factores a la hora de desarrollar una función que el público no ve, pero tienen que estar perfectamente coordinadas. Igualmente tenemos que coordinar la parte de comunicación del teatro, la parte técnica… Hay que decir que las personas que estamos en el equipo formamos equipo y trabajamos muy bien juntas. Existe mucho compromiso con el espacio y eso hace que los imprevistos que suelen surgir puedan ser solventados y solucionados con agilidad.
¿Cómo de importante es la cultura en Zamora? ¿Tiene el apoyo suficiente por parte de las administraciones?
Para mí la cultura es fundamental. Hay una frase que dice que la cultura es lo que hace que el hombre tenga la capacidad de pensar. Para mi cultura y educación son pilares fundamentales de la sociedad y lo que he aprendido durante este tiempo es que las instituciones tienen que estar ahí, y también que existe un sector que son las industrias culturales que también tienen que encontrar su espacio. Nosotros vemos como algo muy positivo que una ciudad como Zamora, con 58.000 habitantes, consiga tener dos espacios escénicos con programación regular consiguen tener aceptación de sus propuestas en diferentes disciplinas. Que el Ramos Carrión tenga mucha demanda de monólogos, musicales, y conciertos, es positivo porque a la sociedad le estas dando cosas que no pueden ver en el Teatro Principal, y por otro lado el Principal tiene la otra parte, porque su gestión es distinta y tiene la capacidad económica de poder desarrollar propuestas que aquí no son tan apetecibles para el público. De todas maneras, en nuestra obligación está proponer otro tipo de programaciones para que el público vaya un poco saltando de una a otra.
Actualmente en el edificio se están realizando obras de reparación por diferentes desperfectos, pero ¿son suficientes o se necesita más inversión por parte de la Diputación?
Ese tipo de cuestiones cuando han ido surgiendo problemas, antes o después, se han solventado. Por ejemplo, el tema del mirador ya por fin estamos teniendo las obras, unas obras que van muy bien de ritmo, y que creemos que en septiembre ya estén disponibles para Fromago. Por lo tanto, se van acometiendo.
Alguna obra de teatro o espectáculo del que se sienta especialmente orgullosa por haberla traído a Zamora
A nivel comercial, no se nos puede olvidar tampoco que hemos vivido una pandemia y se frustraron muchas programaciones que ya estaban prácticamente cerradas, pero hubo que echar el cerrojo. Ahí la empresa que gestiona el espacio apostó por seguir adelante y apoyar a las compañías y seguir y conseguimos tener muchas propuestas que estábamos trabajando anteriormente como “La llamada”, que es un gran musical con una gran trayectoria y tenerlo en Zamora fue un logro.
Hay que tener en cuenta que en el Ramos tenemos 579 localidades, somos un teatro de tamaño medio, y hay determinados espectáculos que con menos de 1.000 localidades no pueden venir. Trabajamos aprovechando mucho las giras de compañías, con mucho cariño para poder ofrecer lo mejor, con una programación muy dinámica, con novedades y cosas de última hora. Aporta a la ciudad esa pata que no tenía hace 6 años, la parte de entretenimiento.
El Ramos ha venido para quedarse para llevar a la población zamorana este tipo de propuestas que hasta no hace mucho tiempo acudíamos a verlas a Valladolid, a Salamanca o a Madrid.
¿Cuál sería su sueño a realizar en el Ramos Carrión?
Yo creo que el sueño de cualquier programador es que el público acoja todas sus propuestas con cariño. No quiere decir con esto que todos los espectáculos estén llenos, sino generar esa fidelidad y esa confianza, en la que con el trabajo que se desarrolla el público confíe y que vengan al teatro como su segunda casa. Que se sientan acogidos. Buscar esas buenas sinergias y conexiones entre el público y la empresa y los trabajadores que hacen que todo esto sea posible.
¿Cómo responde la sociedad zamorana?, ¿se viene al teatro?
Ha habido una evolución. Por la propia naturaleza de la gestión, el precio de la entrada de los espectáculos del Ramos es un poco más elevada que en el Teatro Principal. Es debido a que el Principal es una gestión 100% pública que tiene ese carácter social y cultural de llegar a todos los públicos. El Ramos Carrión, al ser una gestión externalizada, no tiene ese pulmón económico para poder ofrecer determinados espectáculos a precios más bajos. Pero es verdad que desde la gestión siempre intentamos que sea el mínimo viable para que se pueda desarrollar y el público lo acoja mejor.
¿Es el Ramos Carrión un espacio abierto para los pequeños artistas locales?
Sí, este año se nos ha frustrado, pero hace dos años tuvimos ya dos jornadas de jóvenes artistas zamoranos que lo celebramos en el mirador. A nosotros el verano es un momento en el que nos parece muy apropiado para fomentar determinadas cosas, y una de ellas es los jóvenes artistas. Yo siempre he sido una muy forofa de todo lo local y lo provincial e intentamos acogerles. Aquellos conciertos de jóvenes artistas fueron maravillosos y quiero pensar que el año que viene o el siguiente lo volvamos a tener. Otro de los proyectos que nos funciona muy bien fue el de “Las noches del Ramos”, que son los conciertos que desarrollamos los jueves en el mirador, y que habitualmente son agrupaciones locales o de la provincia y que, además se disfrutan con vino y queso de la tierra. También hemos sido siempre muy partidarios de generar buenas sinergias con todas las bondades y virtudes que tiene Zamora. Creemos que redondear productos para que saquemos a la luz un montón de cosas en un mismo evento es muy positivo. Otro proyecto que funcionó también muy bien fue el de “Las catas del Ramos”, que comenzaron en 2020 cuando estábamos en pandemia y que no ha dejado de crecer.
¿Qué se viene para la próxima temporada?
Muchas cosas. Siempre hay novedades, pero ya tenemos a Antonia San Juan, tendremos a Histrión Teatro, los Brincos ya están programados y en venta. Ahora se anticipa mucho la venta porque la gente hace planes a largo plazo e intentamos sacar a la venta cuanto antes. De hecho, ya tenemos a la venta espectáculos para el año que viene. Intentamos siempre tener atendidos a todos los públicos, y las diferentes disciplinas. En septiembre inauguramos con Goyo Giménez, que está ya prácticamente todas las butacas vendidas, y tendremos también un tributo al Señor de los Anillos con una propuesta muy interesante. También el público familiar estará cobijado en septiembre con un espectáculo del Teatro de Sanpol, de espectáculo de madera de Pinocho, de La Bicicleta, que es una compañía que acoge anualmente a todos los colegios de Madrid. Otro tipo de espectáculos muy en auge son la grabación de podcast en directo, y tenemos La Ruina, que también está prácticamente lleno ya. Esa es un poco la idea. Que esas propuestas que quiere el gran público estén en Zamora, y trabajamos incansablemente para poder acoger las máximas posibles.

Angélica Marcos, directora del Ramos Carrión de Zamora, nos recibe en su liceo para charlar con nosotros sobre el teatro, su programación y su compromiso con Zamora, así como de la importancia que tiene este espacio en la cultura y el entretenimiento de la ciudad. El Ramos Carrión acoge muchas de las obras más comerciales que demanda la sociedad, y que hace apenas unos años íbamos a ver a otras ciudades como Valladolid, Salamanca o Madrid.
¿Cómo definiría el teatro Ramos Carrión?
Un espacio muy polivalente y con muchas posibilidades a la hora de desarrollar un montón de actividades, tanto culturales como de entretenimiento. El teatro tiene un compendio de diferentes espacios que se pueden utilizar tanto simultáneamente, como de forma más independiente, y eso le da mucha polivalencia.
¿Qué tipo de programación tiene cabida en este teatro?
El teatro Ramos Carrión es un espacio de titularidad pública, pero con una gestión externalizada, durante estos años de gestión hemos ido aprendiendo de todo el proceso y el tipo de programación que más éxito ha tenido es programación comercial. Esto también es por el tipo de licitación y de gestión que tiene. Zamora tiene la suerte de tener dos espacios, uno de titularidad 100% pública como es el Teatro Principal, y otro de gestión externalizada, que es el Ramos Carrión. Y esa particularidad de ser de gestión externalizada hace que también tenga que sostenerse económicamente con la venta de las entradas, lo que va un poco derivando a que sean espectáculos del gran público los que más aceptación tiene, y esos siempre son humor, musicales y muchos espectáculos de entretenimiento.
¿Cómo ha ido evolucionando el Ramos Carrión desde su reapertura en el año 2016, y bajo su dirección?
Yo he llegado en el 2018, y los primeros años han ido siendo un poco “prueba error”. A medida que han ido pasando los años se ha ido un poco equilibrando y viendo un poco lo que quería ver el público zamorano. Y es donde nos hemos dado cuenta de ese equilibrio que a día de hoy existe, que es que al Teatro Principal el público asiste a ver espectáculos de carácter cultural muy relacionado con las cuatro disciplinas de las artes escénicas (teatro, circo, danza y música), y al Ramos Carrión, por sus características intrínsecas de la gestión, el público ha optado por acudir a espectáculos más comerciales. A día de hoy creemos que existe un equilibrio y que tenemos el pulso cogido a la población.
En que consiste el día a día de la dirección del teatro. ¿A qué retos se enfrenta?
En gestionar a nivel global todo. En ver qué posibilidades vemos de programar determinadas propuestas, valorar como lo va a recibir el público, como se puede engranar, tanto económico, como de tramitación… existen muchos factores a la hora de desarrollar una función que el público no ve, pero tienen que estar perfectamente coordinadas. Igualmente tenemos que coordinar la parte de comunicación del teatro, la parte técnica… Hay que decir que las personas que estamos en el equipo formamos equipo y trabajamos muy bien juntas. Existe mucho compromiso con el espacio y eso hace que los imprevistos que suelen surgir puedan ser solventados y solucionados con agilidad.
¿Cómo de importante es la cultura en Zamora? ¿Tiene el apoyo suficiente por parte de las administraciones?
Para mí la cultura es fundamental. Hay una frase que dice que la cultura es lo que hace que el hombre tenga la capacidad de pensar. Para mi cultura y educación son pilares fundamentales de la sociedad y lo que he aprendido durante este tiempo es que las instituciones tienen que estar ahí, y también que existe un sector que son las industrias culturales que también tienen que encontrar su espacio. Nosotros vemos como algo muy positivo que una ciudad como Zamora, con 58.000 habitantes, consiga tener dos espacios escénicos con programación regular consiguen tener aceptación de sus propuestas en diferentes disciplinas. Que el Ramos Carrión tenga mucha demanda de monólogos, musicales, y conciertos, es positivo porque a la sociedad le estas dando cosas que no pueden ver en el Teatro Principal, y por otro lado el Principal tiene la otra parte, porque su gestión es distinta y tiene la capacidad económica de poder desarrollar propuestas que aquí no son tan apetecibles para el público. De todas maneras, en nuestra obligación está proponer otro tipo de programaciones para que el público vaya un poco saltando de una a otra.
Actualmente en el edificio se están realizando obras de reparación por diferentes desperfectos, pero ¿son suficientes o se necesita más inversión por parte de la Diputación?
Ese tipo de cuestiones cuando han ido surgiendo problemas, antes o después, se han solventado. Por ejemplo, el tema del mirador ya por fin estamos teniendo las obras, unas obras que van muy bien de ritmo, y que creemos que en septiembre ya estén disponibles para Fromago. Por lo tanto, se van acometiendo.
Alguna obra de teatro o espectáculo del que se sienta especialmente orgullosa por haberla traído a Zamora
A nivel comercial, no se nos puede olvidar tampoco que hemos vivido una pandemia y se frustraron muchas programaciones que ya estaban prácticamente cerradas, pero hubo que echar el cerrojo. Ahí la empresa que gestiona el espacio apostó por seguir adelante y apoyar a las compañías y seguir y conseguimos tener muchas propuestas que estábamos trabajando anteriormente como “La llamada”, que es un gran musical con una gran trayectoria y tenerlo en Zamora fue un logro.
Hay que tener en cuenta que en el Ramos tenemos 579 localidades, somos un teatro de tamaño medio, y hay determinados espectáculos que con menos de 1.000 localidades no pueden venir. Trabajamos aprovechando mucho las giras de compañías, con mucho cariño para poder ofrecer lo mejor, con una programación muy dinámica, con novedades y cosas de última hora. Aporta a la ciudad esa pata que no tenía hace 6 años, la parte de entretenimiento.
El Ramos ha venido para quedarse para llevar a la población zamorana este tipo de propuestas que hasta no hace mucho tiempo acudíamos a verlas a Valladolid, a Salamanca o a Madrid.
¿Cuál sería su sueño a realizar en el Ramos Carrión?
Yo creo que el sueño de cualquier programador es que el público acoja todas sus propuestas con cariño. No quiere decir con esto que todos los espectáculos estén llenos, sino generar esa fidelidad y esa confianza, en la que con el trabajo que se desarrolla el público confíe y que vengan al teatro como su segunda casa. Que se sientan acogidos. Buscar esas buenas sinergias y conexiones entre el público y la empresa y los trabajadores que hacen que todo esto sea posible.
¿Cómo responde la sociedad zamorana?, ¿se viene al teatro?
Ha habido una evolución. Por la propia naturaleza de la gestión, el precio de la entrada de los espectáculos del Ramos es un poco más elevada que en el Teatro Principal. Es debido a que el Principal es una gestión 100% pública que tiene ese carácter social y cultural de llegar a todos los públicos. El Ramos Carrión, al ser una gestión externalizada, no tiene ese pulmón económico para poder ofrecer determinados espectáculos a precios más bajos. Pero es verdad que desde la gestión siempre intentamos que sea el mínimo viable para que se pueda desarrollar y el público lo acoja mejor.
¿Es el Ramos Carrión un espacio abierto para los pequeños artistas locales?
Sí, este año se nos ha frustrado, pero hace dos años tuvimos ya dos jornadas de jóvenes artistas zamoranos que lo celebramos en el mirador. A nosotros el verano es un momento en el que nos parece muy apropiado para fomentar determinadas cosas, y una de ellas es los jóvenes artistas. Yo siempre he sido una muy forofa de todo lo local y lo provincial e intentamos acogerles. Aquellos conciertos de jóvenes artistas fueron maravillosos y quiero pensar que el año que viene o el siguiente lo volvamos a tener. Otro de los proyectos que nos funciona muy bien fue el de “Las noches del Ramos”, que son los conciertos que desarrollamos los jueves en el mirador, y que habitualmente son agrupaciones locales o de la provincia y que, además se disfrutan con vino y queso de la tierra. También hemos sido siempre muy partidarios de generar buenas sinergias con todas las bondades y virtudes que tiene Zamora. Creemos que redondear productos para que saquemos a la luz un montón de cosas en un mismo evento es muy positivo. Otro proyecto que funcionó también muy bien fue el de “Las catas del Ramos”, que comenzaron en 2020 cuando estábamos en pandemia y que no ha dejado de crecer.
¿Qué se viene para la próxima temporada?
Muchas cosas. Siempre hay novedades, pero ya tenemos a Antonia San Juan, tendremos a Histrión Teatro, los Brincos ya están programados y en venta. Ahora se anticipa mucho la venta porque la gente hace planes a largo plazo e intentamos sacar a la venta cuanto antes. De hecho, ya tenemos a la venta espectáculos para el año que viene. Intentamos siempre tener atendidos a todos los públicos, y las diferentes disciplinas. En septiembre inauguramos con Goyo Giménez, que está ya prácticamente todas las butacas vendidas, y tendremos también un tributo al Señor de los Anillos con una propuesta muy interesante. También el público familiar estará cobijado en septiembre con un espectáculo del Teatro de Sanpol, de espectáculo de madera de Pinocho, de La Bicicleta, que es una compañía que acoge anualmente a todos los colegios de Madrid. Otro tipo de espectáculos muy en auge son la grabación de podcast en directo, y tenemos La Ruina, que también está prácticamente lleno ya. Esa es un poco la idea. Que esas propuestas que quiere el gran público estén en Zamora, y trabajamos incansablemente para poder acoger las máximas posibles.
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