DENUNCIAS
Nuevas jardineras, más jardines, pero algunos de los que ya había están desatendidos
Daremos tiempo para comprobar, si los nuevos jardines en breve están como el resto de desatendidos, y si las nuevas jardineras corren la misma suerte que los de la avenida de Reyes Católicos.
En los últimos días el consistorio se nos ha vuelto verde. Por un lado se han colocado, donde las había y donde no, unas nuevas jardineras que dejan bien claro, que son de la ciudad. Evidentemente un tiesto grande no dice nada, si no va acompañado de la consiguiente planta, que es la que decora esos puntos donde se han ubicado. No han faltado distintas variedades, que como no podía ser de otra manera, mejoran sustancialmente la imagen. Por otro lado, se han creado zonas verdes en algunas de esas islas de tierra que había ente las aceras, que de verdad estaban pidiendo que se ajardinaran para embellecer calles y plazas principalmente. No parecía tan difícil añadir una capa de tierra y su correspondiente sistema de riego, que parecía la mayor dificultad, para que se alimente lo plantado de ese agua necesaria. Cosa que se encarga de hacer un sistema automático de distribución, aun con todos sus fallos, como podemos ver a diario, en tantos sitios, como en el parque de León Felipe, donde se riega más las aceras de cardenal Cisneros que los propios jardines. Donde no llega el aspersor lo hace notar rápido el jardín amarilleando. Cuestión de regular los aspersores.
Mientras se amplían los jardines, cosa loable especialmente cuando esto se hace en barrios, otros los que ya teníamos se descuidan hasta el punto de dejarlos morir directamente. En algunos el sistema de goteo falla, con lo cual si no llega el alimento, la resistencia vegetal es limitada, pereciendo primero lo más débil y cuando el seto que es bastante resistente se seca, hace notar bien que el descuido del jardín es bastante grande. Sirva como ejemplo los macizos que separan la acera de la calzada en la calle entrepuentes, como su continuación en la avenida del Nazareno.
El máximo exponente de la dejadez de jardines esta para sorpresa de propios, que resulta un tónica de toda la ciudad, y de extraños, que se acercan desde cualquier punto de la provincia, por razones médicas al hospital Virgen de la Concha. A las puertas del conocido como clínico, ni se riegan debidamente los jardines, ni se cortan las malas hierbas siquiera. Lo de las jardineras, lo mismo, vacías de contenido. Daremos tiempo para comprobar, si los nuevos jardines en breve están como el resto de desatendidos, y si las jardineras nuevas corren la mima suerte que la de la avenida de Reyes católicos.
Manuel Herrero Alonso
En los últimos días el consistorio se nos ha vuelto verde. Por un lado se han colocado, donde las había y donde no, unas nuevas jardineras que dejan bien claro, que son de la ciudad. Evidentemente un tiesto grande no dice nada, si no va acompañado de la consiguiente planta, que es la que decora esos puntos donde se han ubicado. No han faltado distintas variedades, que como no podía ser de otra manera, mejoran sustancialmente la imagen. Por otro lado, se han creado zonas verdes en algunas de esas islas de tierra que había ente las aceras, que de verdad estaban pidiendo que se ajardinaran para embellecer calles y plazas principalmente. No parecía tan difícil añadir una capa de tierra y su correspondiente sistema de riego, que parecía la mayor dificultad, para que se alimente lo plantado de ese agua necesaria. Cosa que se encarga de hacer un sistema automático de distribución, aun con todos sus fallos, como podemos ver a diario, en tantos sitios, como en el parque de León Felipe, donde se riega más las aceras de cardenal Cisneros que los propios jardines. Donde no llega el aspersor lo hace notar rápido el jardín amarilleando. Cuestión de regular los aspersores.
Mientras se amplían los jardines, cosa loable especialmente cuando esto se hace en barrios, otros los que ya teníamos se descuidan hasta el punto de dejarlos morir directamente. En algunos el sistema de goteo falla, con lo cual si no llega el alimento, la resistencia vegetal es limitada, pereciendo primero lo más débil y cuando el seto que es bastante resistente se seca, hace notar bien que el descuido del jardín es bastante grande. Sirva como ejemplo los macizos que separan la acera de la calzada en la calle entrepuentes, como su continuación en la avenida del Nazareno.
El máximo exponente de la dejadez de jardines esta para sorpresa de propios, que resulta un tónica de toda la ciudad, y de extraños, que se acercan desde cualquier punto de la provincia, por razones médicas al hospital Virgen de la Concha. A las puertas del conocido como clínico, ni se riegan debidamente los jardines, ni se cortan las malas hierbas siquiera. Lo de las jardineras, lo mismo, vacías de contenido. Daremos tiempo para comprobar, si los nuevos jardines en breve están como el resto de desatendidos, y si las jardineras nuevas corren la mima suerte que la de la avenida de Reyes católicos.
Manuel Herrero Alonso

















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