ZAMORANA
De Zamora, ciudad y provincia
Mª Soledad Martín Turiño
Estamos de enhorabuena. Parece que Zamora está despertando y recuperando el tiempo de somnolencia y desidia en que estuvo sumida durante años. Cierto que le debemos una gran parte de esa transformación al sr Guarido, el alcalde, que se ha empeñado en embellecer la urbe y la muralla que la circunda, apartando todos aquellos elementos antiestéticos que tanto la afeaban. Desde que este regidor está al frente del ayuntamiento (por supuesto, ayudado por todo el equipo municipal), y de la mano del primer teniente de alcalde, David Gago, hombre comprometido donde los haya en pro de dotar a Zamora de las mejores condiciones de habitabilidad y belleza, las mejoras en la ciudad se han hecho evidentes. Este es un buen ejemplo de que cuando el objetivo a perseguir es el progreso, las consignas políticas no son importantes.
El sr. Guarido, una de las dos únicas personas de Izquierda Unida que tienen la vara de mando en una alcaldía en España (el otro es el de Rivas Vaciamadrid), ha sido reelegido, en contra de lo que esta ciudad, de marcado signo conservador, hubiera hecho ateniéndose tan solo a las siglas que profesa; pero le han votado porque la gente ve resultados; y cuando eso ocurre se elige al que lo hace mejor. Por otra parte, la coalición Izquierda Unida PSOE, partiendo de posiciones antagónicas, ha sabido converger en lo importante, y eso se nota.
Y sin pretender adular ni nada parecido, porque se suele confundir el agradecimiento con el halago fácil, quiero hacer una mención especial en este artículo a Eugenio Jesús de Ávila, periodista y fundador de este periódico, al que hemos de agradecerle las muchas reivindicaciones, sugerencias, denuncias, estudios y propuestas que lleva haciendo desde esta tribuna durante años en favor de que Zamora, esa “venerable ancianita”, como él la llama, luzca cada vez mejor. Sus proyectos, siempre fundados, por fin van teniendo eco y se empiezan a notar los resultados; y es que si los planteamientos son válidos, es preciso tenerlos en cuenta, y creo que todos los que amamos Zamora nos alegramos cuando vemos que las mejoras que se han ido demandando, toman forma: la restauración de las Aceñas de Gijón, el puente de piedra (ya llegarán las dos torres, no me cabe duda), la remodelación del mercado de abastos, renovación y mejora de parques infantiles, así como de fuentes ornamentales y futuro ajardinamiento de espacios públicos, limpieza de la muralla… etc.
No me olvido de instituciones y organismos que llevan tiempo peleando
por la ciudad y provincia: Zamora 10, Ahora Decide, Zamora Sí, la Diputación con su presidente Javier Faúndez a la cabeza, el Patronato Provincial de Turismo, o la Caja Rural que siempre está dispuesta a colaborar en buenos proyectos, por poner solo algunos ejemplos.
Quedan cosas por hacer, por supuesto, pero confío en que el consistorio continuará con su plan de regeneración de la ciudad, y las demás instituciones seguirán en la senda de proyectar una Zamora como se merece, solicitando ayudas del gobierno central cuando sea menester y reclamando todo aquello que perdió un día y nunca fue recuperado.
Mención aparte merecen los pueblos vacíos y a aquellos otros en los que todavía permanecen unos pocos habitantes; los llamados “pueblos fantasma” algunos con menos de diez habitantes; pueblos que se están desmoronando, arquitectura autóctona que se arruina por días y muchos pasan a engrosar la Lista Roja de Patrimonio, perdidos definitivamente. Poco se hace por revitalizarlos, por crear programas de reconversión, por cuidar a sus habitantes que carecen de los servicios básicos: médico, bar, comercio, banco…. y han de desplazarse a localidades vecinas para proveerse de ellos.
Este gobierno creó el ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, con Teresa Ribera al frente. ¿Qué ha hecho en beneficio de los muchos pueblos vacíos? El mundo rural necesita un plan de desarrollo potente e imaginativo, porque carecen de industria, y la agricultura y ganadería, que fueron los motores de su desarrollo, ya apenas existen. Al recorrer algunos de estos pueblos aparecen tesoros del pasado a los que nadie parece prestar atención: las antiguas escuelas nacionales de niños y niñas de Pozoantiguo, o las de Alcañices, ya rehabilitadas, son construcciones que datan de 1900; la antigua cárcel de Zamora (única cárcel de curas del mundo), la dispersión de elementos únicos por Tierra de Campos y otras localidades como palomares o silos que acabarán degradándose con el tiempo sin darles otra vida… etc.
Zamora, ciudad y pueblos, necesitan una atención urgente y una apuesta económica poderosa para frenar su declive. Los pueblos son ahora los grandes olvidados, pero no por ello vamos a eludir sus necesidades; así que seguiremos en la senda de aplaudir las buenas actuaciones y denunciar o promover otras que aún permanecen sin resolver, recordando al gobierno de turno su implicación para con esta provincia que ostenta el penoso título de ser de las que pierden mayor número de habitantes.
Victoria Tortosa, fundadora, de La Exclusiva, empresa social centrada en cubrir los servicios que el medio rural necesita a través de la distribución a domicilio de todo tipo de productos y servicios sin ningún coste añadido, dijo un día con acierto: “Cuando los pueblos desaparecen, el individuo pierde su identidad”. Nada que añadir a tan certero aserto.
Mª Soledad Martín Turiño
Estamos de enhorabuena. Parece que Zamora está despertando y recuperando el tiempo de somnolencia y desidia en que estuvo sumida durante años. Cierto que le debemos una gran parte de esa transformación al sr Guarido, el alcalde, que se ha empeñado en embellecer la urbe y la muralla que la circunda, apartando todos aquellos elementos antiestéticos que tanto la afeaban. Desde que este regidor está al frente del ayuntamiento (por supuesto, ayudado por todo el equipo municipal), y de la mano del primer teniente de alcalde, David Gago, hombre comprometido donde los haya en pro de dotar a Zamora de las mejores condiciones de habitabilidad y belleza, las mejoras en la ciudad se han hecho evidentes. Este es un buen ejemplo de que cuando el objetivo a perseguir es el progreso, las consignas políticas no son importantes.
El sr. Guarido, una de las dos únicas personas de Izquierda Unida que tienen la vara de mando en una alcaldía en España (el otro es el de Rivas Vaciamadrid), ha sido reelegido, en contra de lo que esta ciudad, de marcado signo conservador, hubiera hecho ateniéndose tan solo a las siglas que profesa; pero le han votado porque la gente ve resultados; y cuando eso ocurre se elige al que lo hace mejor. Por otra parte, la coalición Izquierda Unida PSOE, partiendo de posiciones antagónicas, ha sabido converger en lo importante, y eso se nota.
Y sin pretender adular ni nada parecido, porque se suele confundir el agradecimiento con el halago fácil, quiero hacer una mención especial en este artículo a Eugenio Jesús de Ávila, periodista y fundador de este periódico, al que hemos de agradecerle las muchas reivindicaciones, sugerencias, denuncias, estudios y propuestas que lleva haciendo desde esta tribuna durante años en favor de que Zamora, esa “venerable ancianita”, como él la llama, luzca cada vez mejor. Sus proyectos, siempre fundados, por fin van teniendo eco y se empiezan a notar los resultados; y es que si los planteamientos son válidos, es preciso tenerlos en cuenta, y creo que todos los que amamos Zamora nos alegramos cuando vemos que las mejoras que se han ido demandando, toman forma: la restauración de las Aceñas de Gijón, el puente de piedra (ya llegarán las dos torres, no me cabe duda), la remodelación del mercado de abastos, renovación y mejora de parques infantiles, así como de fuentes ornamentales y futuro ajardinamiento de espacios públicos, limpieza de la muralla… etc.
No me olvido de instituciones y organismos que llevan tiempo peleando
por la ciudad y provincia: Zamora 10, Ahora Decide, Zamora Sí, la Diputación con su presidente Javier Faúndez a la cabeza, el Patronato Provincial de Turismo, o la Caja Rural que siempre está dispuesta a colaborar en buenos proyectos, por poner solo algunos ejemplos.
Quedan cosas por hacer, por supuesto, pero confío en que el consistorio continuará con su plan de regeneración de la ciudad, y las demás instituciones seguirán en la senda de proyectar una Zamora como se merece, solicitando ayudas del gobierno central cuando sea menester y reclamando todo aquello que perdió un día y nunca fue recuperado.
Mención aparte merecen los pueblos vacíos y a aquellos otros en los que todavía permanecen unos pocos habitantes; los llamados “pueblos fantasma” algunos con menos de diez habitantes; pueblos que se están desmoronando, arquitectura autóctona que se arruina por días y muchos pasan a engrosar la Lista Roja de Patrimonio, perdidos definitivamente. Poco se hace por revitalizarlos, por crear programas de reconversión, por cuidar a sus habitantes que carecen de los servicios básicos: médico, bar, comercio, banco…. y han de desplazarse a localidades vecinas para proveerse de ellos.
Este gobierno creó el ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, con Teresa Ribera al frente. ¿Qué ha hecho en beneficio de los muchos pueblos vacíos? El mundo rural necesita un plan de desarrollo potente e imaginativo, porque carecen de industria, y la agricultura y ganadería, que fueron los motores de su desarrollo, ya apenas existen. Al recorrer algunos de estos pueblos aparecen tesoros del pasado a los que nadie parece prestar atención: las antiguas escuelas nacionales de niños y niñas de Pozoantiguo, o las de Alcañices, ya rehabilitadas, son construcciones que datan de 1900; la antigua cárcel de Zamora (única cárcel de curas del mundo), la dispersión de elementos únicos por Tierra de Campos y otras localidades como palomares o silos que acabarán degradándose con el tiempo sin darles otra vida… etc.
Zamora, ciudad y pueblos, necesitan una atención urgente y una apuesta económica poderosa para frenar su declive. Los pueblos son ahora los grandes olvidados, pero no por ello vamos a eludir sus necesidades; así que seguiremos en la senda de aplaudir las buenas actuaciones y denunciar o promover otras que aún permanecen sin resolver, recordando al gobierno de turno su implicación para con esta provincia que ostenta el penoso título de ser de las que pierden mayor número de habitantes.
Victoria Tortosa, fundadora, de La Exclusiva, empresa social centrada en cubrir los servicios que el medio rural necesita a través de la distribución a domicilio de todo tipo de productos y servicios sin ningún coste añadido, dijo un día con acierto: “Cuando los pueblos desaparecen, el individuo pierde su identidad”. Nada que añadir a tan certero aserto.
Mª Soledad Martín Turiño





















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