DENUNCIA
Escombreras en las riberas del arroyo de Zape, como en tantos sitios poco transitados
En este lugar apartado, se pueden encontrar desechos de todo tipo, rompedores de la imagen y contaminantes del medio, que nadie procede a retirar
Todo es Zamora hasta llegar a Carrascal, así lo decidieron hace más de medio siglo y, aunque tenga la consideración de un barrio más de la ciudad, queda solo en el papel. Cuando la administración, y por ende el grupo gobernante, actúa como quien regenta un negocio enfocado a atender aquello que puede reportarle un mayor número de votos y, por tanto, asegurar su permanencia en el poder, queda claro que donde el censo no es grande no van a recibir atenciones como aquellas zonas que aportan menor número de papeletas. Política ni de izquierdas, ni de derechas, pura empresa de actividad política.
Junto al arroyo de Zape partiendo desde el puente que cruza la carretera de Carrascal, se encuentra un camino, que más adelante enlaza con otros. Una ruta apetecible para quienes gustan de hacer senderismo, que se puede recorrer en bici o andando, en completa unión con la naturaleza en un paisaje espectacular. Puro reencuentro con la tierra, que se rompe abruptamente con varios basureros y escombreras, unas con más acumulaciones que otras. Con el peligro de que por efecto dominó se conviertan en puntos donde dejar los desechos. Y, lo peor, ahí se perpetúan en el tiempo.
Los problemas comunes requieren actuaciones similares, pero no es así. Se atiende de distinta manera dependiendo del lugar en que se encuentren. Si, en la ciudad, eso que no debería de estar ahí resulta desagradable, cuando eso ocurre en medio del campo ya es patético. Nos referimos a las basuras y escombros. Aparte de su traslado al punto limpio, hay otros medios para deshacerse de objetos voluminosos. Tan sencillo como depositarlos martes o viernes en la calle, poco antes de las diez de la noche y avisar de ello al servicio de limpieza. Hay quien por comodidad realiza los depósitos en días no establecidos y a cualquier hora del día.
Pasará el tiempo, pero acaban siendo retirados. En parte es responsabilidad del consistorio, que no proporciona la suficiente información. Donde no se retiran o al menos, salvo actuación general en la zona, es junto a caminos y descampados poco frecuentados alejados de la propia urbe. Resulta demasiado fácil acudir de noche, dejar el material y alejarse del punto. Ahí queda eso, sufridlo.

Todo es Zamora hasta llegar a Carrascal, así lo decidieron hace más de medio siglo y, aunque tenga la consideración de un barrio más de la ciudad, queda solo en el papel. Cuando la administración, y por ende el grupo gobernante, actúa como quien regenta un negocio enfocado a atender aquello que puede reportarle un mayor número de votos y, por tanto, asegurar su permanencia en el poder, queda claro que donde el censo no es grande no van a recibir atenciones como aquellas zonas que aportan menor número de papeletas. Política ni de izquierdas, ni de derechas, pura empresa de actividad política.
Junto al arroyo de Zape partiendo desde el puente que cruza la carretera de Carrascal, se encuentra un camino, que más adelante enlaza con otros. Una ruta apetecible para quienes gustan de hacer senderismo, que se puede recorrer en bici o andando, en completa unión con la naturaleza en un paisaje espectacular. Puro reencuentro con la tierra, que se rompe abruptamente con varios basureros y escombreras, unas con más acumulaciones que otras. Con el peligro de que por efecto dominó se conviertan en puntos donde dejar los desechos. Y, lo peor, ahí se perpetúan en el tiempo.
Los problemas comunes requieren actuaciones similares, pero no es así. Se atiende de distinta manera dependiendo del lugar en que se encuentren. Si, en la ciudad, eso que no debería de estar ahí resulta desagradable, cuando eso ocurre en medio del campo ya es patético. Nos referimos a las basuras y escombros. Aparte de su traslado al punto limpio, hay otros medios para deshacerse de objetos voluminosos. Tan sencillo como depositarlos martes o viernes en la calle, poco antes de las diez de la noche y avisar de ello al servicio de limpieza. Hay quien por comodidad realiza los depósitos en días no establecidos y a cualquier hora del día.
Pasará el tiempo, pero acaban siendo retirados. En parte es responsabilidad del consistorio, que no proporciona la suficiente información. Donde no se retiran o al menos, salvo actuación general en la zona, es junto a caminos y descampados poco frecuentados alejados de la propia urbe. Resulta demasiado fácil acudir de noche, dejar el material y alejarse del punto. Ahí queda eso, sufridlo.


















Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.29