Martes, 04 de Noviembre de 2025

Eugenio-Jesús de Ávila
Miércoles, 04 de Septiembre de 2024
COSAS DE DE LA BIEN CERCADA

Ser optimista en Zamora

Se me sigue criticando por mi pesimismo. Pero la gente confunde estar bien informado, poseer la inteligencia de la experiencia, con el desánimo, la melancolía o el desaliento. Considero que ni un solo artículo que yo haya firmado se debería criticar por dar una visión amarga del estado general de Zamora y su provincia. Podrá aducirse que no sé escribir, que desconozco la sintaxis o que mi léxico resulta pobre. Lo admito todo. Pero solo son un zamorano que ama a su tierra y, por tanto, le duele su postración, el abandono de los gobiernos central y autonómico desde que nos dieron la democracia.

 

El propósito de cada una de mis palabras siempre radicó en analizar las razones que condujeron a nuestra tierra a ocupar las últimas posiciones nacionales en actividad económica y pérdida de población.

 

 Y hallé en la desconsideración de los distintos gobiernos, tanto los de La Moncloa como en los de la Junta de Castilla y León con nuestra provincia, la principal razón de nuestra decadencia. Pero añadí, sin temor a dudas, que nuestros políticos, los nacidos en Zamora, con poltrona en Congreso de los Diputados, Senado o Cortes autonómicas, sirvieron antes los intereses de sus respectivos partidos que los de los zamoranos como otra de las causas de nuestras cuitas. Y, además, la apatía antropológica propia, el conformismo natural y la cobardía generalizada de los zamoranos como argumentos de nuestro declive.

 

No podría, sin traicionarme, describir una Zamora de mentira, una ciudad pujante, una urbe con futuro. Si fuera un farsante, escribiría que todos los locales de Santa Clara y San Torcuato los ocupan tiendas de sectores como el textil, el calzado, electrodomésticos, informática. Si se me conociese por fabular diría que mi ciudad aumenta su población todos los años, se alquilan y venden viviendas, empresarios pueblan nuestros polígonos industriales, los jóvenes zamoranos concluyen sus carreras o formación profesional y encuentran trabajo en Zamora. No soy partidario de transformar las mentiras en cambio de opinión. 

 

Y, para concluir, he realizo innumerables propuestas para que Zamora se enganche al progreso, para que Zamora sea todavía más bella. Y he exigido a los gobiernos autonómicos y nacionales inversiones para nuestra tierra, una fiscalidad diferenciada, verbigracia, como la que le quieren otorgar a los ciudadanos que viven en Cataluña. Y pedido a los políticos, nacidos en Zamora, que forman parte de las dos cámaras legislativas del Estado, que defiendan a los zamoranos, que atiendan a sus necesidades más perentorias, más allá de su servidumbre a sus partidos. He dicho que antes que socialista, comunista, conservador o liberal hay que ser zamorano. Pero pasan lustros y décadas, y se inauguran nuevas legislaturas y todo sigue igual.

 

También me gustaría que el Ayuntamiento adquiriera los terrenos de la Estación del Ferrocarril para desarrollar un polígono tecnológico, tal y como quería Guarido en su programa electoral de 2023.

 

He escrito cientos de artículos pidiendo una restauración global, sin parches, de lo que queda de la Bien Cercada; de que el Puente Románico vuelva a lucir sus dos torres, derribadas, porque les dio la ganas a los políticos que ejercían el poder en 1905. Creo que la Plaza Mayor es un espacio urbano poco grato y que debería pedirse a arquitectos un proyecto para transformarla. No me gusta la plaza de la Constitución, un secarral para manifestaciones, que merecería su fuente y su jardín, como el de la plaza de Zorrilla. He criticado el parón empresarial de las obras del nuevo Museo de Semana Santa, que haya tantos solares en el casco histórico de la ciudad, que ofrecen el aspecto de una ciudad en ruinas.

 

Y he loado la labor de Guarido en sus decisiones relacionadas con el patrimonio monumental de Zamora, como liberar las murallas de la avenida de la Feria de casas, como también voy a pedir ahora mismo que los árboles de la zona de Trascastillo se lleven a Valorio para que luzcan los lienzos en todo su esplendor y se adecente el entorno.

 

A quienes realizamos propuestas para embellecer Zamora nunca se nos califique de pesimistas, sino de enamorados de nuestra ciudad. Porque los que amamos solo buscamos que nuestra amada luzca cada día más hermosa.

 

Eugenio-Jesús de Ávila

 

 

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