Alfonso IX, monarca nacido en Zamora un 15 de agosto de 1171

El rey Alfonso IX demostró siempre tener una marcada predilección por Zamora, pasó la mayor parte de su vida en nuestro territorio, dio nuevos FUEROS  a la ciudad, labró casa para sus hijas las infantas doña Sancha y doña Dulce,  reedificó el claustro de la Catedral; preparó las gloriosas expediciones a Portugal y Extremadura  que dieron por resultado la conquista de Cáceres, Montánchez, Mérida y Badajoz venciendo al rey moro Aben-Hut, llevando siempre en vanguardia la Seña Bermeja. Todo  esto consta en la inscripción que hay en la Puerta del Obispo (o de Olivares) donde se alaban las hazañas de los zamoranos.

Viniendo a la ciudad su esposa doña Berenguela, dio a luz a corta distancia, en el monte  de Valparaiso, al niño que, andando los tiempos,   sería el monarca que, por sus virtudes, alcanzaría un lugar en los altares:  Fernando III El Santo.

Otra razón del interés  por  Zamora, fue que Alfonso IX nació aquí y fue bautizado en la Catedral  en los momentos en que su padre el rey don Fernando la terminaba coronando la obra que había comenzado Alfonso VII.  La inscripción se halla en el cancel de la puerta Norte, donde se dice que el templo se acabó el año del Señor de 1174. Don Alfonso IX dejó testimonio fehaciente en un  PRIVILEGIO firmado el 15 de julio de 1231.

“En el nombre de Dios, yo Alfonso, por la gracia de Dios rey de León y Galicia, por este escrito a todos los presentes y futuros hago notorio, como ha nacido contienda entre el Cabildo de Zamora y doña María Vélez y sus hermanos sobre la villa que llaman  Avedillo alegando dicho Cabildo que esa villa le fue concedida y ofrecida a la Iglesia de Zamora por mi padre el rey don Fernando y por mi madre doña Urraca en consideración a mi que en la misma iglesia recibí la gracia del bautismo.  Y por su parte doña María Vélez y sus hermanos oponían a esto que a ellos le fue concedida  por mi padre el rey don Fernando la dicha villa en cambio de la de San Cipriano de Mazote.  Y habiendo la doña María Vélez y sus hermanos renunciado ante mí el derecho que creían tener sobre dicha villa, salvas y reservadas las condiciones que la doña María y sus hermanos habían con  el Cabildo establecido, y hecho carta de ello autorizada y firmada por aquellos cuyo contenido nos aceptamos y confirmamos, teniendo en cuenta hallarse ya hecha por mi padre la dicha donación a la Iglesia de Zamora, la concedemos y confirmamos.  Y para que nunca pueda surgir otra duda estampamos de aquí para siempre en esta carta nuestro sello.   Si en algún tiempo alguien quisiera venir contra lo pactado y esta carta presente diese en algo quebrantar tenga contra él la ira de Dios e incurra en la indignación del Rey y si reincidiese pague mil maravedises para la cámara del Rey.”

Zamora no olvida a este Rey y entre otros recuerdos le dedica la AVENIDA DE ALFONSO IX, una céntrica vía pública, por todos conocida y que se encuentra entre “La Farola”  y la Plaza de Alemania.                                

Balbino Lozano