El Zamora CF regala tres goles y marca otros tres para sumar su primer punto ante Bilbao Ath

Qué se puede escribir de esta locura de partido entre Bilbao Ath y Zamora CF, concluido con un empate a tres tanto; con dos goles, repartidos, en el descuento; un error grosero de Carlos Gutiérrez, dos más en rechaces por falta de contundencia, y un tanto, el del empate, una obra de arte de Kike Márquez, un futbolista con duende!

El equipo de Sabas volvió a demostrar su calidad, pero evidenció, de nuevo, su fragilidad en el centro de la defensa. El primer tanto del filial vasco se debió a fallo técnico de Carlos Gutiérrez, al que le robó la “cartera” Hierro, un chaval, para ceder a Buján, otro chico muy joven, para adelantar a los vascos.

El técnico madrileño realizó un par de cambios en su once titular, pero no en portería, zaga y medular, sino en ataque, donde titulares en esas primeras jornadas, como Tresaco y Luis Rivas, se quedaron en el banquillo, para dar la alternativa a Roni, como ariete,  y jugar con Sergio Nieto, lateral zurdo, como exterior, mientras Castañeda volvía a la titularidad. Aleix Gorjón ocupó la banda derecha de la defensa, por el lesionado Campabadal. Macho y Clavería se encargaron de administrar el juego en la medular.

Comenzó muy bien el Zamora CF, que lanzó tres saques de esquina de consecutivo, uno casi fue gol olímpico, pero Gastesi realizó una gran intervención.

Replicaron los cachorros, pero sin graves consecuencias para la portería verdirroja. El partido entraría hasta la primera media hora sin dominador claro. Canales y Rego demostraban su calidad en el Bilbao Ath, mientras el Zamora CF apenas pasaba apuros, salvo un desvió extraordinario de Altube a Jon de Luis, en un cabezazo del central diestro bilbaino a la salida de un córner.

Pero sería en el último cuarto de hora de la primera entrega cuando el Zamora CF demostró superioridad sobre su rival, ofreciendo los mejores momentos del partido. Márquez gozó de dos grandes oportunidades de marcar, la primera se le fue al lateral y la segunda encontró la rúbrica del joven cancerbero vasco.

Envalentonada, la escuadra verdirroja olió el gol. Otro saque de esquina magistral de Márquez, un disparo de Joel que se fue por encima de la escuadra y un centro, desde la izquierda, al que Roni no supo sacar partido demostraron la querencia de la victoria del Zamora.

Con ese empate sin goles, sin errores groseros en defensa por parte de los hombres de Sabas, concluiría la primera mitad.

No variaron los dibujos y las ambiciones de ambas escuadras en los cinco primeros minutos de la segunda entrega. Pero llegó el desatino del centro diestro verdirrojo. No acierto todavía a explicarme que le sucedió, pero la pelota se le fue de los pies para que Hierro se la arrebatase y cediese a Buján que ejecutó a Altube. Gol en contra de esos que desmoralizan a todo un equipo, no solo al protagonista del yerro.

Seis minutos después, en el 56, un disparo sin fuerza, raso, de los locales, acaba en poder del lateral Irurita, que pasaba por el interior de área grande zamorana, que apenas tuvo dificultad para colocar el 2-0.

El partido sabía a sentencia. Pero Juan Sabas todavía imaginaba otro final. Por eso, ante el desastre, decidió dos cambios un minuto después de la tragicomedia defensiva del Zamora. Ramos entraba por Guille Macho y Tresaco por Gorjón. De tal manera, Castañeda se fue al lateral derecho y Sergio retraso su posición al izquierdo.

Y tres minutos después, un Zamora necesitado, sin riendas, marcaba su primer gol, obra de Roni, que remachó, en el área chica, un centro chut de Sergio Nieto.

Los del Ruta de la Plata enloquecieron cuando olieron el empate. En otro ataque a la desesperada del Zamora CF, el balón llegaba a Kike Márquez que hizo magia con un toque inefable para batir a Gastesi desde el borde del área. Eso es duende, una virtud propia de torero de arte, de un futbolista diferente.

Como el técnico rojiblanco también creía en la victoria tras el empate, sacó al césped a Luis Rivas, que sustituyó a Joel. En principio, se colocó en la banda derecha, pero poco después, Tresaco pasaba a la banda derecha y el colombiano a la izquierda.

Con igualada en el marcador, Bilbao Ath. También quiso disputar el cuero al Zamora, entrando el partido en una ansiedad futbolística tremenda. Cambios de Arambarri, que dio entrada a chavales aún más jóvenes: Elías, Sola y Sanz entraron en el campo de batalla. Los verdirrojos pudieron anotar el tercer gol, en acción de Tresaco que cruzó sobre el marco local, sin ver, solo, en el área, a Roni, sin marcador.

Ninguna de las dos escuadras se conformaba con el reparto de puntos. El colegiado navarro, que realizó un arbitraje correcto, añadió seis minutos. Y en ese tramo definitivo, marcó su tercer gol el  Bilbao Ath, en otro rechace de la defensa que aprovechó Sanz. Quedaban tres minutos, 180 segundos, para suturar esa herida. El orgullo de los verdirrojos permitió a Tresaco cuajar una enorme acción individual por la banda izquierda, superando, por velocidad a su marcador, Irutita, para centrar al área chica sobre la llegada en tromba de Clavería que marcó, con rabia, el gol del empate del Zamora, ante un rival de muchísima calidad, que aprovechó tres errores, uno inexplicable.

El cuadro de Juan Sabas evidencia muchísima calidad, con futbolistas que conocen el oficio, pero concede, todavía, al adversario tantos propios de neófitos. De los cinco goles encajados en estas tres jornadas de competición, todos se deben a concesiones groseras de la zaga. Habrá que corregirlos, porque me resulta injusto estropear un gran trabajo por falta de concentración en defensa.

Fotografías: Zamora  Club de Fútbol