Jueves, 06 de Noviembre de 2025

Eugenio-Jesús de Ávila
Domingo, 08 de Septiembre de 2024
EMBELLECER ZAMORA

Fuentes en el parque de Baltasar Lobo o del Castillo

A todo político, a la diestra o a la siniestra, le exijo honradez e ideas. El poder corrompe y, además, envilece y atonta. Zamora necesita ideas para transformarse. Como periodista, pero más como ciudadano, aporto proyectos para que mi provincia y mi ciudad se ennoblezcan y reactiven económicamente. Llevo cientos de artículos escritos aportándolas. Hoy, me voy a centrar en el parque del Castillo y en Torre de la Catedral. No deseo esculpir más palabras que las debidas ni dibujar un texto cargado de barroquismo. Me pongo a explicarme.

 

Una ciudad sin agua no es nada, no existiría. Una ciudad bendecida por el agua, como Zamora, debería ponerla a trabajar, a sacarle rendimiento, a extraerle su néctar. Zamora tiene fuentes, pero, al decir de mi concepto estético, ninguna me apasiona. La que más se acerca al notable es la más antigua, la del siglo XVIII, ubicada, de momento, en San Martín de Abajo. La de la plaza de Alemania que yo pedí en numerosas ocasiones para embellecer un espacio caótico, formado por edificios de distintas alturas y estilos arquitectónicos, me parece una de las fuentes más horribles que he contemplado en mi vida, no obstante, haber sido ajardinada por Guarido. Cemento y un jardín de piedras; sí, no me errado, de cantos, no de flores. Habría que redactar un proyecto para que esa ágora gozase de una fuente digna.

 

No quiero desviarme de mi zona de trabajo. He escrito que el parque del Castillo o de la Catedral necesita el sonido del agua, su frescor, su belleza. Ofrezco una imagen de mi propuesta que ilustra este texto para que los zamoranos. Exijo que esa fontana conecte estéticamente con su entorno. No puede ser una fuente más, sino la más aristocrática de la ciudad. Durante los días y las noches de verano los zamoranos y los visitantes gozarían con la música del agua, aliviarían su calentura y se sentirían como en un oasis.

 

Y, por último, remodelaría los jardines. Verbigracia: como los que muestro en este artículo. Y no me olvido de la fortaleza defensiva. Me encantaría que recuperara su verdadera majestad la Torre del Homenaje, y el resto de las que se truncaron, adosadas al último recinto.

Y todo el parque, y los jardines y la fuente tendría que rodearse de obras de Baltasar Lobo.

 

Eugenio-Jesús de Ávila

 

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