Martes, 09 de Septiembre de 2025

BALBINO LOZANO
Lunes, 16 de Septiembre de 2024
NUESTRA HISTORIA

Antecesores de Puigdemont

El 6 de octubre de 1934, Lluis Companys apareció en el balcón de la Generalidad acompañado de sus consejeros y  proclamó la República Catalana.  Dijo que Cataluña enarbolaba su bandera y llamaba a todos al cumplimiento del deber y la obediencia absoluta al Gobierno de la Generalidad que desde aquel momento rompía toda relación con las instituciones falseadas. Continuó afirmando que en nombre del pueblo y del Parlamento, el Gobierno que presidía asumía todas las facultades del Poder en Cataluña,  proclamaba el Estado Catalán de la República Federal Española.


El Director del diario conservador La Vanguardia, Agustí Calvet, se mostró muy crítico con la decisión de Companys: "En estas circunstancias, la Generalidad declara la guerra, esto es, fuerza a la violencia al Gobierno de Madrid, cuando jamás el Gobierno de Madrid se habría atrevido a hacer lo mismo con ella."


El Capitán General de Cataluña parlamentó con el Jefe de los Mozos de Escuadra, para que se presentara en la Capitanía y se pusiera a sus órdenes. Éste le respondió que solo obedecía al Presidente de la Generalidad.  El Capitán General habló a continuación con el Presidente del Consejo de Ministros y, siguiendo sus órdenes, proclamó el estado de Guerra aplicando la Ley de Orden Público de 1933.


Al anochecer aparecieron las primeras barricadas.  La Generalidad se defendió con un centenar de Mozos de Escuadra dirigidos por su Jefe Pérez Farrás.  La Alianza Obrera ocupó el local de Fomento del Trabajo Nacional en la Vía Layetana con unos 400 hombres. Un número similar de partidarios del PSOE se concentraron en la Casa del Pueblo;  y en general, grupos con fusiles estaban preparados en los locales de la "FalÇ, Nosoltres Sols" y el  "Centre Autonomista de Dependents del Comerc i la Indrustria" , en la Rambla de Santa Mónica.


Cerca de la once de la noche , una compañía de Infantería y una batería del  Regimiento de Artillería llegaron a la Rambla de Santa Mónica y cuando el Capitán se dispuso a leer el bando de proclamación del estado de guerra, desde el local de la CADCI empezaron a disparar resultando muerto un sargento y heridos otros siete militares.   La respuesta fue el bombardeo de4 la artillería sobre el centro resultando muertos tres dirigentes del Partit Catalá Proletari.  El resto se rindieron a la una y media de la madrugada del 7 de octubre.


Una compañía de artillería ocupó, la Plaza de la República.  Tras un tiroteo, los Mozos de Escuadra se replegaron al Ayuntamiento.  El Capitán General, a pesar de tener órdenes estrictas del Ministro de la Guerra de atacar, y a sabiendas de que tenía la situación completamente controlada, dejó pasar el tiempo esperando reducir a los rebeldes.


A las seis de la mañana, Companys comunicaba al General Batet su rendición.  Sobre las siete de la mañana del 7 de octubre las tropas entraron en el palacio de la Generalidad y detuvieron a Companys y su Gobierno, a cinco diputados y al Presidente del Parlament Joan Casanovas.  Acto seguido detuvieron también en el Ayuntamiento al Alcalde Carles Pi i Suñer y a los concejales  de ERC que le seguían.  


Todos los apresados fueron trasladados al buque Uruguay anclado en el puerto de Barcelona y reconvertido en prisión.


Pese a la gravedad de los hechos, se consideró que el General Batet consiguió dominar la situación con el mínimo de destrucción y violencia.  En consecuencia, en la fracasada rebelión murieron cuarenta y seis personas y más de tres mil fueron encarceladas.


El Presidente Companys y el Gobierno de la Generalidad fueron juzgados por el Tribunal de Garantías Constitucionales y condenados por rebelión militar a treinta años de prisión.  El 23 de febrero de 1935 son dejados en libertad provisional el Alcalde de Barcelona y los concejales detenidos.


El Gobierno de la República desató una oleada represiva con la clausura de centros políticos y sindicales, la supresión de periódicos, destitución de ayuntamientos y miles de detenidos.  La autonomía catalana fue suspendida indefinidamente y la Generalidad de Cataluña fue sustituida por un Consejo designado por el Gobierno Central y con un Presidente denominado Gobernador General de Cataluña.


Cuando se levantó el estado de guerra, en abril de 1935, le fueron devueltas algunas competencias de la Generalidad, pero no las de Orden Público.


Balbino Lozano

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