Presidente: este viaje no tiene retorno

Gonzalo Julián

Me estoy refiriendo, a qué si no, a la intención del señor Sánchez de CONTROLAR LA PRENSA, LA RADIO... pudiendo llegar a CENSURAR a los medios.

El Presidente, por ende el Gobierno, nos tienen acostumbrados a decisiones maximalistas, desmesuradas, absurdas en muchos casos... cuando no equivocadas en su promulgación, consiguiendo exactamente lo contrario a lo que se buscaba, como en la “Ley del sólo Sí es Sí”. Pero eran actos-acuerdos de prepotencia –unos– y de concesión obligada, como contraprestación de la compra de algunos de los votos necesarios –muchos otros–.

Pero ahora la “Ley-Plan de Regeneración Democrática”,  aprobada por el Consejo de Ministros es otra cosa. Y ésta no la va a poder aprobar en el Congreso: nadie querrá correr con la carga de haber suscrito una “Censura” aunque sus apellidos sean ”Regeneración y Democrática”. Pero para el caso de que yo esté equivocado, y la aprueben, NO SERÁ MATERIALMENTE POSIBLE LLEVARLA A LA PRÁCTICA (aplicarla). Me explico: sin adoptar criterios, medios y/o mecanismos  habituales en los regímenes dictatoriales y/o bananeros... esta Ley es inaplicable e inoperativa. Y está bien que sea así: somos una Democracia, con defectos, pero donde las garantías a la “libre expresión” y “libertad de prensa” están y prevalecen. Y queremos seguir teniéndolas. No quiere decir, por supuesto, que yo defienda a las FAKE NEWS... ni tampoco las MENTIRAS en los diarios de papel o digitales, en las ondas... Por ende no admito las mentiras del gobierno ni de su presidente: y han sido muchas las dichas... hasta el punto de “haber hecho desaparecer LA VERDAD oficialmente”. Ahora sólo existe SU VERDAD.

Señor Sánchez, tal vez su mujer se pueda haber extrapolado, sin usted saberlo (aunque lo dudo); pero está claro que algunas de las actuaciones que ella ha llevado a cabo no son éticamente correctas, cuanto menos. Y la defensa que usted hace de su esposa, (loable en otro contesto), lejos de alejar la duda, la hace más creíble para el común de los ciudadanos, (oposición aparte).

Que usted quiera combatir lo que considera como un ataque personal, incluyendo a los jueces, con una iniciativa, un proyecto de ley como esta con la que nos “amenaza”, no hará más que corroborarnos a los ciudadanos que nuestras dudas estaban fundadas. Mientras tanto, –sea en semanas, sea en meses– cuando se tenga que seguir votando en las Cortes y sus “interesados amigos” empiecen a cambiar el sentido de sus votos... usted estará abocado a disolver las Cámaras. En ese momento ya no tendrá el respaldo ni de los “extraños”, ni de los “propios”. Y nadie lo sentirá.