HABLEMOS
El turismo no hace ciudad ni país
Desde Zamora
En el terreno económico, la alternativa del sector terciario a través del turismo crea riqueza y trabajo, resultando legítima de atender a las características naturales y económicas de los diferentes países. Para nosotros, se trata de una verdad incontestable.
Aun así, como todo en la vida, es cuestión de equilibrio. Yendo a cualquier sociedad bien articulada bajo un punto de vista demográfico y productivo, el turismo representa un importante suplemento. Pero es dudoso que ocurra cuando una sociedad, caso actual de la española, afronta un auténtico seísmo debido a graves problemas, entre ellos la ruina del sector primario hasta ahora fundamental, y la de un sector secundario, clave del desarrollo tecnológico, en franco retroceso si no desmantelamiento a causa de la globalización. Y seísmo en momentos que exigen encarar el desafío inmigratorio, con las dificultades que acarrea en cuanto a una pacífica asimilación.
El turismo equivale a presencia masiva y ocasional de población foránea, sin arraigo en el país de destino. Los visitantes gastan, incluso derrochan a manos llenas en beneficio del sector. Pero igual que vienen se van, sin contribuir a un verdadero progreso tanto en el aspecto económico como en el social. Más allá de vandalismos puntuales, el turismo provoca una pérdida de identidad humana y cultural, desarraigo traducido en conflicto y desequilibrios, como sucede con los pisos turísticos deshaciendo el tejido social y habitacional, para convertir barrios si no núcleos enteros en guetos donde no es posible la convivencia, a falta de familiaridad y vecindad.
Con independencia de las recetas intervencionistas a que acostumbra la burocracia, problema añadido si no mayor en perjuicio de la libertad individual, es claro que el turismo no hace país ni ciudad. En el fondo todo lo contrario, a diferencia de una agricultura y una industria que, como es bien sabido, hicieron en tiempos de nuestros padres pueblo, ciudad y país. Zamora incluida.
En el terreno económico, la alternativa del sector terciario a través del turismo crea riqueza y trabajo, resultando legítima de atender a las características naturales y económicas de los diferentes países. Para nosotros, se trata de una verdad incontestable.
Aun así, como todo en la vida, es cuestión de equilibrio. Yendo a cualquier sociedad bien articulada bajo un punto de vista demográfico y productivo, el turismo representa un importante suplemento. Pero es dudoso que ocurra cuando una sociedad, caso actual de la española, afronta un auténtico seísmo debido a graves problemas, entre ellos la ruina del sector primario hasta ahora fundamental, y la de un sector secundario, clave del desarrollo tecnológico, en franco retroceso si no desmantelamiento a causa de la globalización. Y seísmo en momentos que exigen encarar el desafío inmigratorio, con las dificultades que acarrea en cuanto a una pacífica asimilación.
El turismo equivale a presencia masiva y ocasional de población foránea, sin arraigo en el país de destino. Los visitantes gastan, incluso derrochan a manos llenas en beneficio del sector. Pero igual que vienen se van, sin contribuir a un verdadero progreso tanto en el aspecto económico como en el social. Más allá de vandalismos puntuales, el turismo provoca una pérdida de identidad humana y cultural, desarraigo traducido en conflicto y desequilibrios, como sucede con los pisos turísticos deshaciendo el tejido social y habitacional, para convertir barrios si no núcleos enteros en guetos donde no es posible la convivencia, a falta de familiaridad y vecindad.
Con independencia de las recetas intervencionistas a que acostumbra la burocracia, problema añadido si no mayor en perjuicio de la libertad individual, es claro que el turismo no hace país ni ciudad. En el fondo todo lo contrario, a diferencia de una agricultura y una industria que, como es bien sabido, hicieron en tiempos de nuestros padres pueblo, ciudad y país. Zamora incluida.


















Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.122