Labios de mujer

Eugenio-Jesús de Ávila

El labio superior de una mujer es la letra alfa y el inferior, la omega; principio y fin, después…la nada. Si te besara, crearía entre ambos un alfabeto de pasión, deseo y sexo. Siempre la Hélade cuando creamos belleza, cuando pensamos, cuando nuestro dios es Zeus, rijoso, pendenciero, celoso, adúltero.

Un beso de amor siempre se graba en la memoria. Cuando el beso se roba, se pierde entre las costuras del tiempo. El hombre besa porque sacia su sed en la fontana de una boca femenina para atravesar este desierto de la vida, efímero, frustrante, felón.

Nuestros besos son los glóbulos rojos de los recuerdos. Y los besos que anhelamos y que nunca encontraron otros labios para escupirlos, nos acompañan en el camino que siempre emprendes y nunca concluye en la aldea que construimos entre el deseo y la realidad.

Entre las espadas como labios del profundo Aleixandre y los labios como memoria, te encuentras tú, dama del agua que nunca más beberé.