Relatar la historia
José Antonio Ávila López
![[Img #92391]](https://eldiadezamora.es/upload/images/10_2024/5561_jose-antonio-avila-lopez.jpg)
Relatar la historia -sobre todo cuando se hace referencia a acontecimientos y situaciones relativamente recientes o contemporáneas- es siempre una tarea ardua y que abre necesariamente el debate. Por este mismo motivo, hacerlo entraña riesgos que se amortiguan cuando lo que se plasma en la escritura son datos, documentos, hechos y situaciones que contribuyen al discernimiento de quienes se acercan a ese trabajo como lectores, estudiosos o interesados en el tema. Precisamente ese esfuerzo de poner en evidencia hechos y circunstancias en torno a la historia tiene un propósito: poner en valor la realidad de los hechos acontecidos. Ofrecer información acerca de un contexto histórico es ser protagonista indirecto de lo contado, de lo escrito, de lo relatado. Pero más allá del valor histórico del libro que se escribe, éste se convierte en un pretexto para actualizar la importancia de la historia y para reflexionar sobre las dificultades que atraviesa hoy el periodismo histórico. La gestión de las disputas históricas entre historiadores pone en discusión derechos y principios éticos que parecían ya consagrados. En síntesis, los libros históricos abren una mirada abierta a la política, y eso es un arma de doble filo que muchas veces trunca la relación entre historia, política y periodismo... ¡Ahí se intuye muchísimas veces la profesionalidad o no del periodismo! Creo que los “gremios” de prensa deben jugar un papel importante en la no tergiversación histórica y periodística : deben crear e implantar un hoja de ruta con cara y ojos.
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Relatar la historia -sobre todo cuando se hace referencia a acontecimientos y situaciones relativamente recientes o contemporáneas- es siempre una tarea ardua y que abre necesariamente el debate. Por este mismo motivo, hacerlo entraña riesgos que se amortiguan cuando lo que se plasma en la escritura son datos, documentos, hechos y situaciones que contribuyen al discernimiento de quienes se acercan a ese trabajo como lectores, estudiosos o interesados en el tema. Precisamente ese esfuerzo de poner en evidencia hechos y circunstancias en torno a la historia tiene un propósito: poner en valor la realidad de los hechos acontecidos. Ofrecer información acerca de un contexto histórico es ser protagonista indirecto de lo contado, de lo escrito, de lo relatado. Pero más allá del valor histórico del libro que se escribe, éste se convierte en un pretexto para actualizar la importancia de la historia y para reflexionar sobre las dificultades que atraviesa hoy el periodismo histórico. La gestión de las disputas históricas entre historiadores pone en discusión derechos y principios éticos que parecían ya consagrados. En síntesis, los libros históricos abren una mirada abierta a la política, y eso es un arma de doble filo que muchas veces trunca la relación entre historia, política y periodismo... ¡Ahí se intuye muchísimas veces la profesionalidad o no del periodismo! Creo que los “gremios” de prensa deben jugar un papel importante en la no tergiversación histórica y periodística : deben crear e implantar un hoja de ruta con cara y ojos.


















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