Jueves, 25 de Diciembre de 2025

Eugenio-Jesús de Ávila
Sábado, 19 de Octubre de 2024
RES PÚBLICA

Políticos profesionales

[Img #93050]Al político que puebla España, al profesional, al que quiere vivir, sea como sea, de la res pública, al que conocemos desde hace un siglo, como politicastro, le importa más el cargo que el pueblo, que la gente, en léxico propio ahora de los de ultraizquierda, personajes procedentes de una burguesía desclasada, nunca del proletariado.

El político español contemporáneo coloca en la jerarquía de sus querencias al partido. Después, lo restante: pueblo, gente, ciudadano, paisano o colega.

Para mantenerse en la cima de la política traicionará al amigo, mentirá a todo quisque, tanto al votante como a la propia familia. Todo por conservar el cargo: diputado, senador, procurador autonómico. El salario, superior, por lo general, tres o cuatro veces, al que recibiría por su currículum profesional, es lo único importante. El poder que otorga el cargo, más si eres de provincias, te conduce al éxtasis, cuando te dan coba los periodistas provincianos, el propietario de un restaurante, los lacayos del partido, etcétera.

Mientras la actual Ley Electoral otorgue la formación de las listas electorales a una pequeña casta, el político provinciano obedecerá, prioritariamente, a quien lo coloca, casi siempre con poder en Ferraz o Génova, que al ciudadano, ya solo una excusa electoral, necesario para refrendar el engaño democrático.

Cuando se cambie esta Ley Electoral, como quiso en su día Ciudadanos, y el votante elija, de verdad, a su representante, no se limite a rubricar la lista de una minoría dirigente, nuestra democracia merecerá tal nombre. Ahora solo es una partitocracia, que ha secuestrado al Estado, e hipnotizado al votante, al que suele malmeter para que odie al rival a muerte, al que se le inyecta un miedo absoluto a lo que acontecerá si no se vota en consecuencia.

Recuerde la frase que pronunció Zapatero, ni fuerza ni honor, a Gabilondo, al término de una entrevista cariñosa, en televisión: “Nos conviene que haya tensión”.

Hay que exigir una regeneración política, con un cambio drástico en la Ley Electoral, antes expresado, para que el diputado español lo sea a la inglesa, y una división tajante de los tres poderes. Los miembros del Consejo General del Poder Judicial, si fuera necesario, que lo dudo, los deberían elegir los propios jueces y magistrados.

Si no sucede tal como expreso, los españoles seguiremos siendo rehenes de políticos profesionales.

Mientras no se cambie la actual Ley Electoral, los jerarcas del partido correspondiente elijan a sus diputados y el poder judicial lo pastorean las formaciones políticas, nuestra democracia carecerá de fondo, solo será un sucedáneo.

Con una nueva Ley Electoral los partidos independentistas tendrían menor representación en el Congreso de los Diputados; a los diputados los elegiría el pueblo, usted y yo, como sucede en Inglaterra, porque aquí el votante solo refrenda la lista confeccionada por la jerarquía. De tal manera, el ejecutivo y el legislativo forman parte del mismo poder, y si el tercer poder del Estado cae en manos del ejecutivo, viviremos en una sutil dictadura.

 

Eugenio-Jesús de Ávila

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