
1ª RFEF
¿Por qué perdió el Zamora CF con el Sestao?
Perdóneme el lector por empezar este artículo con una pregunta: ¿Por qué perdió el Zamora CF ayer domingo? Primera respuesta contundente y sencilla: Porque, a falta de tres minutos para el finiquito del partido quiso los tres puntos y pecó de inconformismo. Los rojiblancos lo querían todo. Y, además, falló el centro del campo, porque ni Ramos ni Clavería, ni sus sustitutos en la última media hora del encuentro Gorjón y Macho se hicieron con el mando, el ritmo y la proyección hacia sus hombres más avanzados. Ayer desapareció el talento en la medular, tanto que, una vez comprobada la impotencia para enlazar con bandas, media punta, Márquez, y Pito Camacho, el equipo eligió a Fermín Sobrón para evitar a la primera barrera de los vizcaínos. Cuando es el portero el gestor del fútbol de ataque significa que faltan ideas en otros estamentos del equipo.
El Zamora cargó demasiado el juego por la banda izquierda, porque Tresaco desbordaba y ponía en peligro al Sestao. Pero se olvidó de la ofensiva por la diestra. Convengamos que Rufo no es un exterior, sino un lateral que colabora en ataque y ayuda a Campabadal, futbolista de buen regate y gusto por el ataque. Pero el argentino carece de velocidad para ejercer esa función. Si no están ni Joel ni Mancebo, no le queda otra a Juan Sabas.
De hecho, el ariete rojiblanco, Pito Camacho, no recibió ni un pase como es menester para hacer rematarlo. El envío más claro cayó, dentro del área, en las botas de Ramos, pero su disparo se fue por encima del larguero.
Cuando perdió poderío físico el exterior oscense, el Zamora se quedó frenado en su capacidad atacante. El cuadro vizcaíno, que no quiso enrocarse en su área, pese a los diez minutos primorosos de los rojiblancos, que lanzó cinco saques de esquina en ese espacio de tiempo, se proyectó en ataque, al atravesar sin graves problemas la línea del centro del campo. De tal manera, los verdinegros jugaron cómodos durante casi todo el choque, excepción del abordaje rojiblanco, con más fe que inteligencia en la fase definitiva, cuando buscaba los tres puntos.
El gol del triunfo vasco aconteció, como estaba cantado, en un centro al área, controlado por sus atacantes. La defensa rojiblanca fue incapaz de alejar la pelota de su zona de peligro, hasta que, después de varios rebotes sin mucho sentido, llegó a las botas de Etxaniz que batió a Fermín.
La plantilla rojiblanca, desde hace varias temporadas, carece de un medio centro director, que marque los ritmos del partido, que decida cómo controlar el juego, deteniéndolo, tomando el balón, para acelerar o poner pausa al juego. El único jugador, muy joven aún, con cualidades para ejercer esa labor sería Macho, que empezó como titular pero que ha perdido esa jerarquía con el paso de las jornadas.
Confieso que salí muy decepcionado del Ruta de la Plata, porque esperaba una bonita victoria rojiblanca ante un Sestao que juzgué con dureza después de ver su derrota ante el Bilbao Athletic, pero que ayer, además de sus virtudes en el fútbol aéreo, demostró inteligencia para frenar al Zamora y valentía para buscar la victoria.
E.Navascués de Zubiría
Fotografía: Tresaco, durante una acción de ataque de los rojiblancos (Esteban Pedrosa)
Perdóneme el lector por empezar este artículo con una pregunta: ¿Por qué perdió el Zamora CF ayer domingo? Primera respuesta contundente y sencilla: Porque, a falta de tres minutos para el finiquito del partido quiso los tres puntos y pecó de inconformismo. Los rojiblancos lo querían todo. Y, además, falló el centro del campo, porque ni Ramos ni Clavería, ni sus sustitutos en la última media hora del encuentro Gorjón y Macho se hicieron con el mando, el ritmo y la proyección hacia sus hombres más avanzados. Ayer desapareció el talento en la medular, tanto que, una vez comprobada la impotencia para enlazar con bandas, media punta, Márquez, y Pito Camacho, el equipo eligió a Fermín Sobrón para evitar a la primera barrera de los vizcaínos. Cuando es el portero el gestor del fútbol de ataque significa que faltan ideas en otros estamentos del equipo.
El Zamora cargó demasiado el juego por la banda izquierda, porque Tresaco desbordaba y ponía en peligro al Sestao. Pero se olvidó de la ofensiva por la diestra. Convengamos que Rufo no es un exterior, sino un lateral que colabora en ataque y ayuda a Campabadal, futbolista de buen regate y gusto por el ataque. Pero el argentino carece de velocidad para ejercer esa función. Si no están ni Joel ni Mancebo, no le queda otra a Juan Sabas.
De hecho, el ariete rojiblanco, Pito Camacho, no recibió ni un pase como es menester para hacer rematarlo. El envío más claro cayó, dentro del área, en las botas de Ramos, pero su disparo se fue por encima del larguero.
Cuando perdió poderío físico el exterior oscense, el Zamora se quedó frenado en su capacidad atacante. El cuadro vizcaíno, que no quiso enrocarse en su área, pese a los diez minutos primorosos de los rojiblancos, que lanzó cinco saques de esquina en ese espacio de tiempo, se proyectó en ataque, al atravesar sin graves problemas la línea del centro del campo. De tal manera, los verdinegros jugaron cómodos durante casi todo el choque, excepción del abordaje rojiblanco, con más fe que inteligencia en la fase definitiva, cuando buscaba los tres puntos.
El gol del triunfo vasco aconteció, como estaba cantado, en un centro al área, controlado por sus atacantes. La defensa rojiblanca fue incapaz de alejar la pelota de su zona de peligro, hasta que, después de varios rebotes sin mucho sentido, llegó a las botas de Etxaniz que batió a Fermín.
La plantilla rojiblanca, desde hace varias temporadas, carece de un medio centro director, que marque los ritmos del partido, que decida cómo controlar el juego, deteniéndolo, tomando el balón, para acelerar o poner pausa al juego. El único jugador, muy joven aún, con cualidades para ejercer esa labor sería Macho, que empezó como titular pero que ha perdido esa jerarquía con el paso de las jornadas.
Confieso que salí muy decepcionado del Ruta de la Plata, porque esperaba una bonita victoria rojiblanca ante un Sestao que juzgué con dureza después de ver su derrota ante el Bilbao Athletic, pero que ayer, además de sus virtudes en el fútbol aéreo, demostró inteligencia para frenar al Zamora y valentía para buscar la victoria.
E.Navascués de Zubiría
Fotografía: Tresaco, durante una acción de ataque de los rojiblancos (Esteban Pedrosa)
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