Miércoles, 29 de Octubre de 2025

Eugenio-Jesús de Ávila
Martes, 29 de Octubre de 2024
COSAS DE DE LA BIEN CERCADA

El legado de Francisco Guarido: embellecer Zamora

Eugenio-Jesús de Ávila

 

Confieso que pienso mucho en mi tierra, tanto en su presente como en su futuro. El pasado nunca vuelve, salvo que llegue en el tren de la memoria, siempre reñida con la Historia. Reflexionaba no ha mucho tiempo en la figura de Francisco Guarido, que, en la primavera de 2027, completará su tercer mandato como principal inquilino de la Casa de las Panaderas y su labor como líder del Ayuntamiento de la Bien Cercada. Y alcancé el siguiente aserto: si, durante estos dos años y medio que todavía le restan para administrar el municipio, ejecutase lo que, a no tardar, describiré, pasará al libro gordo de nuestra ciudad como el mejor regidor de la democracia, el que más embelleció la ciudad del Romancero. Ahora me explico, tras valorar lo ejecutado hasta la fecha, abundante y esencial, como las obras de restauracion del Puente Románico, liberación de muralla en la avenida de la  Feria, remodelación de San Martín, fuentes y ajardinamientos...

 

Guarido ha gobernado un mandato con mayoría absoluta y otros dos en coalición con el PSOE. Lo hecho hasta este otoño de 2024 lo valoro con un notable alto, casi un sobresaliente; pero la matricula de honor la recibiría si, por fin, cuando se vaya, cuando se jubile como político, los lienzos de la muralla de la avenida de la Feria quedan liberados y ajardinado su entorno, no obstante, reconocer que la participación del Ministerio de Cultura la juzgo esencial; si ejecuta un Segundo Plan del Casco Histórico, con el objetivo que desaparezcan solares y se arranquen piedras y cantos de la actual calzada y se sustituyan por baldosas de granito sayagués, que es nuestra, zamorano, no chino, como el que se colocó bajo el gobierno de Vázquez. Prosigo en el siguiente párrafo.

 

Como acabo de escribir sobre la zona noble de la ciudad, espero que el Castillo sufra una remodelación más profunda y reflexiva, gestionada sin prisas. Y, por supuesto, cuajar unos jardines de Baltasar Lobo más hermosos que los actuales y con fuentes que alegren, refresquen y añadan musicalidad al entorno.

 

He escrito, en numerosas ocasiones, que el descenso desde la Puerta de la Lealtad o su ascenso merece una escalinata de piedra, que evite los arrastres de tierra cuando llueve con fuerza, que convierten ese paseo en impracticable. No creo que fuese un proyecto muy oneroso.

 

Y si fuera posible todavía, abrir un gran paseo, un mirador colosal, sobre el Duero desde el actual hasta la Cuesta de los Pepinos, que fuera una idea del actual regidor cuando era concejal de la oposición.

 

También desearía que la plaza de Viriato pierda ese sistema de adoquines abiertos que la convierten en poco paseable para cualquier peatón, siendo una de las más visitadas por los zamoranos y los turistas de la cultura. Y añadiría uno de mis sueños que me gustaría se convirtiesen en realidad: un proyecto para que la Plaza Mayor más caótica de España adquiere otro rostro más hermoso. Hay un proyecto desde el primer mandato de Andrés Luis Calvo que nadie se ha atrevido a ejecutar.

 

Y otras dos cuestiones en cuenta al embellecimiento urbano: plaza de Sagasta, para la que reclamo una fuente, si pudiera ser en ese jardín de árboles y flores, y la plaza de la Constitución, un secarral que da miedo por su sobriedad impertinente: jardín y fuente. El agua no se filtraría al aparcamiento subterráneo. Hay estudios que así lo consideran.

 

Y, por último, ya lejos de la importancia que tiene embellecer la ciudad para el turismo de la cultura, me encantaría que el regidor de IU abordase la construcción de un gran pabellón multifuncional, con protagonismo para el deporte, con una capacidad entre 4.000 y 5.000 espectadores, donde se celebrasen partidos de baloncesto, balonmano y otros deportes bajo techado, y también conciertos de música. Guarido merecería firmar su adiós con este proyecto elaborado y preparado para su creación. Ubicaría esa instalación, bien en Vista Alegre o en los terrenos de La Josa.

 

Supongo que, antes de cubrirse este su tercer mandato, se mejoren las instalaciones del Ruta de la Plata, estadio que se construyó con numerosas carencias y que, con el paso del tiempo, va mostrando numerosas arrugas en su epidermis.

 

No me olvido tampoco de Rosa Valdeón, la alcaldesa, tan agredida por su propio partido, a la que le deberemos siempre el renacimiento de una veintena de templos románicos, tantas décadas olvidados de políticos y pueblo.

 

Me encantaría que Francisco Guarido saliese por la puerta grande de la política cuando allá, en la primavera de 2027, se corte la coleta de la res pública después de 12 años de gestión, en los que evidenció su querencia por embellecer su ciudad del alma. A este regidor no se le podrán dedicar aquellos versos de JRJ: “¡Qué triste es amarlo todo sin saber lo que se ama!” Él siempre supo lo que amaba su ciudad y qué legado quería dejar a los zamoranos.

 

 

 

 

 

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