Miércoles, 29 de Octubre de 2025

Eugenio-Jesús de Ávila
Viernes, 01 de Noviembre de 2024
COSAS MÍAS

Polvo en el tiempo: Día de Todos los Santos

[Img #93437]Eugenio-Jesús de Ávila

 

La muerte siempre es ajena. La propia jamás la conoceré. La veré llegar, pero nunca la saludaré, ni la invitaré a entrar en la casa de mi vida. Todos los días, cuando me levanto y veo en el espejo el despojo que va quedando de mí, me miro, con los ojos fijos, a mí mismo para recordarme que soy un ser mortal. Después, hago por vivir, aunque sin demasiadas ganas de dar el primer paso por este camino sin mucho sentido que es la vida.

 

No sé, ni me importa, si se me llorará cuando, tal día como hoy, me recuerden los que me quisieron, ni sonreirán los que me odiaron o envidiaron. Yo ya lloré a los míos, una forma de terapia para arrancarte el dolor del alma. Sé que alguien dirá aquello de que “se ha muerto una gran persona” e incluso habrá gentes, con querencia por el verso y la rima, que escribirán obituarios sobre lo que fui. Cuando no esté, mi espacio se irá llenando con recuerdos, los mejores hijos de la memoria; anécdotas, muchas veces inventadas, y palabras de las que tanto abusé.

 

 

El Día de Todos los Santos festejamos la memoria, un instrumento que maneja nuestro cerebro para progresar y regresar. Y el 1 de noviembre volvemos al pretérito para encontrarnos con los seres que amamos, con los hombres y las mujeres que fueron, y ya solo son huesos, bajo una lápida; cenizas en una urna o polvo en el viento. Hoy no fue, ni es todavía, jornada para las lágrimas, ni para la tristeza; sino confirmación de lo que seremos algún día, nada, remembranzas, polvo en el tiempo. Solo morimos los que vivimos. No es Perogrullo. No he hallado la piedra filosofal. Otra cuestión sería realizar disquisiciones metafísicas sobre la existencia y su final.

 

Siendo muy joven, un mozalbete, me dio por pensar que no existimos, que yo solo soy un sueño de un dios dormido en la noche del tiempo, y que tú, aquel, ese, forman parte de esa pesadilla. Ahora bien, cuando fue madurando la fruta de mi árbol vital, renuncié a esa perspectiva metafórica de la vida, porque conocí el amor, amé, amo y amaré y comprendí que, cuando me muera y forma parte de Todos los Santos y mañana, 2 de noviembre, sea un ánima más, seguiré amando. Lo anunció Quevedo con su polvo enamorado. Amor más allá de la muerte, cuando no exista el tiempo y solo se conjugue en presente el verbo amar.

 

 

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