La visibilidad y las redes sociales, el trabajo de un "influencer facha" tras la dana

La dana sufrida en Valencia (pero no solo, no nos olvidemos del resto de comunidades donde se han perdido proyectos y vidas) ha sido las más cruel y la más mediática. Hemos visto personas, coches y puentes, arrastrados por esa mezcla de agua, troncos y fango, en esa obsesión de nuestros días de compartir nuestros ojos con el móvil.

Ser mediático equivale a ganancias: a más visitas, “megusta” y visionados, más dinero, ese poderoso caballero. Y una dana que ocupa las 24 horas de las emisiones en radios, televisiones y redes sociales es muy golosa. Si la sumamos a la solidaridad de la que los españoles podemos presumir, tenemos la mezcla perfecta para los aprovechados.

No digo que uno vaya a embarrarse y ver penas para hacerse la foto, porque los voluntarios que han acudido a las poblaciones más perjudicadas representan lo mejor de este país y una siente, gracias a ellos, un gran orgullo de ser de donde es.

El mismo orgullo que sentí cuando en televisiones y redes sociales nos mostraron vídeos de la primera noche, de madrugada, de la mañana siguiente, con bomberos, guardia civil, militares de la UME… salvando a gente de la muerte en el agua, con helicópteros, lanchas, vehículos especiales y la fuerza de su determinación y formación. España es un gran país, porque este país lo hace su gente y los servicios públicos que compartimos.

Desde el mismo martes 29 de octubre, Cáritas y Cruz Roja pusieron en marcha sus recursos, preparados para catástrofes de este tipo. Es tanta su preparación que Cruz Roja dispone de Equipos de Respuesta Inmediata ante Emergencias (ERIE), movilizados, antes de la gran riada, para montar albergues provisionales en Requena y Utiel.

A Vicente Calatrava, responsable de Emergencias de Cruz Roja en la provincia de Valencia, y a otros seis compañeros, el desbordamiento del barranco los sorprendió en el centro logístico de Cruz Roja ubicado en Picanya, mientras cogían material para instalar estos albergues.

Abrieron la sede a más personas y, cuando la corriente se llevó el puente (todos hemos visto el vídeo), con el agua ya por la cintura, escaparon al primer piso de un almacén cercano, gracias a la hospitalidad de su dueño.

Ya refugiados, descubrieron las luces de móviles de algunas personas que se habían quedado atrapadas en la riada. No se lo pensaron (su vocación y formación están basadas en la ayuda). Bajaron, se ataron a una farola e hicieron una cadena humana. Ayudándose con palos de cortinas que había en la nave (son profesionales), rescataron a cinco personas. Cinco personas que les deben sus vidas.

Pues bien, volvamos a los influencer. Confieso que yo no sabía quién era Ángel Gaitán, más allá de algún vídeo y una foto con su lema de “soy facha”, hecha en un programa de Iker Jiménez (un presentador de Cuatro que sabe de apariciones y de todo todo todo). No sé por qué me tiene que importar lo que sienta este señor. Allá él con sus cosas y sus coches.

Ángel Gaitán tiene tres millones de seguidores en TikTok porque es muy bueno denunciando y revisando coches. Y son las redes sociales y el altavoz de Iker Jiménez las que usa para contar que ha reunido toneladas de suministros para llevar desde Aranjuez a Valencia. Toneladas de todo, incluso ropa y medicinas (sin receta, espero). ¿No podía este señor ir a Valencia, comprar en negocios locales lo necesario y repartirlo? No, tenía que ir con sus 20 vehículos y hacer lo que hace un influencer profesional: dejarse ver, compartir vídeos y crear contenido (si puede ser enfadado, mejor). TikTok le paga por esto.

Un profesional de TikTok que se precie sabe que “lo que se hace se cuenta”. Es su trabajo. Contó su viaje a Valencia con cientos de personas y contó que no había sitio para sus toneladas solidarias (¡quién lo iba a decir!). Apuesto a que, entre la ropa, había algún jersey de lana gorda, lo propio de quien cree que sabe gestionar este tipo de ayudas, sin formación, porque él lo vale. ¡Di que sí!  

¡Todo desorganizado! ¡Sin sitio! ¡No les han preparado un hotel para dormir calentitos! Por suerte, llevaban ropa de abrigo en sus camiones.

El caso es que ninguna organización ni institución quiere lo que lleva, dice, pero luego acusa a ayuntamientos, Cáritas, Cruz Roja, Protección Civil y al Gobierno de desorganización y de querer robar a los damnificados ese cargamento dorado. “Alguien se va a hacer rico con esto”, afirma, sin más prueba que un vídeo y sus palabras.

Aunque él no quería, se ve obligado a repartir personalmente, cámara en mano, familia a familia, calle a calle, el cargamento. Recuerden: es un profesional y necesita contenido.

Del concurso que publicó para elegir el pueblo al que iba a llegar su ayuda, mejor no digo nada. Es su trabajo y yo eso lo respeto. Igual que respeto a todos los profesionales de Cruz Roja y Cáritas, igual que respeto y admiro a los políticos que están gestionando este desastre desde sus ayuntamientos. ¡No tienen nada mejor que hacer que contestar los bulos de Ángel Gaitán!

¿Imaginan cómo tienen que sentirse Vicente Calatrava y sus compañeros de Cruz Roja siendo atacados por los seguidores de un influencer?

A pesar de todo, ellos siempre serán unos héroes, aunque algunos presuman de no comprar su lotería esta Navidad. Ángel Gaitán será su héroe y yo no entiendo por qué.