Miércoles, 29 de Octubre de 2025

Redacción
Domingo, 10 de Noviembre de 2024
CREAF (Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales)

La canalización del Turia ha salvado Valencia, pero ha perjudicado a los pueblos del sur

las canalizaciones aumentan la velocidad del agua, al reducir la fricción natural del cauce y mantener el flujo en una trayectoria cerrada

Hay que repensar la gestión fluvial para mitigar el impacto de las riadas: la clave está en devolver espacio y vegetación a los ríos.

Ante el aumento de fenómenos meteorológicos extremos, el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF) subraya la importancia de replantar cómo gestionamos los ríos para reducir el impacto de las riadas. Aunque no es posible eliminar el riesgo de inundaciones, dejar espacio suficiente a las cauces y permitir la recuperación de la vegetación autóctona en sus márgenes podría marcar la diferencia en la magnitud.

 

Por otra parte, han querido desmentir uno de los bulos más comentados desde la dana sobre los beneficios de la canalización del río Turia. Es cierto que la canalización del río Turia ha contribuido a que Valencia ciudad no experimente inundaciones graves, ya que el agua no discurre por su cauce natural en áreas urbanas. Sin embargo, esta reducción también ha intensificado el problema al sur de la ciudad, donde se han dirigido volúmenes de agua de otros arroyos y barrancos que, sumados a la fuerza del Turia, se han convertido a la Ribera Baixa en la zona más afectada. Según el CREAF, afirmar que la canalización ha “salvado” a Valencia es inexacto, pues esta intervención no elimina el riesgo de inundación, sino que lo desplaza.

 

El aumento de la fuerza destructiva: el efecto indeseado de las canalizaciones

 

Un aspecto clave que destaca el CREAF es que las canalizaciones aumentan la velocidad del agua al reducir la fricción natural del cauce y mantener el flujo en una trayectoria cerrada. Este aumento de velocidad incrementa la fuerza destructiva del agua, especialmente cuando busca salida en áreas menos protegidas. En el caso de la dana reciente, el agua del Turia buscó liberarse hacia el sur, provocando estragos en las zonas menos preparadas y con infraestructuras insuficientes.

 

Espacio para el agua: cauces amplios y sin construcciones

 

 

 

Una medida clave que propone el CREAF es evitar la ocupación de los cauces con construcciones, muros de contención o canalizaciones, y garantizar que los márgenes sean lo suficientemente amplios para que los ríos puedan expandirse y contraerse naturalmente, especialmente durante épocas de crecida. En la Comunidad Valenciana, esta falta de espacio natural para el agua es un problema especialmente grave. Según el CREAF, en esta región los ríos y rieras han sido canalizados y estrechados, con edificaciones y carreteras cercanas a los cauces, lo que ha intensificado el impacto de las riadas. “La suma de unas rieras estrechas, edificadas en los alrededores, canalizadas, con vías de comunicación transversales y sin vegetación ha sido uno de los motivos de tanta potencia".

 

El papel esencial del bosque de ribera: un freno natural al agua

 

El CREAF también enfatiza la importancia de mantener la vegetación autóctona en las márgenes de los ríos, lo que se conoce como el bosque de ribera. Esta vegetación natural actúa como una barrera que frena el flujo de agua, reduciendo su velocidad y ayudando a evitar la erosión. Los árboles y arbustos de ribera también retienen parte del agua y estabilizan los suelos, lo que no solo ayuda a controlar la velocidad del río sino también a preservar su equilibrio ecológico.

 

Impactos de la urbanización en otras zonas de España

 

El problema de los cauces estrechos y sin vegetación no es exclusivo de la Comunidad Valenciana. En Cataluña, por ejemplo, también existen muchas zonas inundables con muros y canalizaciones, como en el río Llobregat o el Garona, que ya provocaron importantes destrozos en Vielha en 2013. Este tipo de infraestructuras, al alterar el curso natural de los ríos, hacen que el agua fluya con mayor potencia y aumenta el riesgo de inundaciones.

 

Casos de éxito: restauración fluvial en el río Arga

 

A pesar de que muchas regiones urbanizadas tienen causas artificializadas, el CREAF destaca ejemplos de éxito en la restauración de ríos que muestran cómo la naturaleza puede ofrecer soluciones efectivas. Uno de estos casos es el tramo final del río Arga en Navarra, donde se han eliminado algunas canalizaciones, permitiendo que el río recupere su curso natural. Gracias a estas intervenciones, el riesgo de inundaciones se ha reducido notablemente, demostrando que la retirada de infraestructuras artificiales puede ser una medida eficaz.

 

La planificación fluvial como estrategia de prevención

 

A medida que los episodios meteorológicos extremos se vuelven más frecuentes, surge la necesidad de una planificación fluvial que tenga en cuenta tanto la dinámica natural de los ríos como la protección de las zonas habitadas. La apuesta por devolver a los ríos sus márgenes naturales, libres de construcciones y con vegetación autóctona, no solo es una medida ambientalmente sostenible, sino también una estrategia de prevención eficaz frente a los daños de futuras riadas.

 

Artículo de CREAF AQUÍ

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