El Zamora CF respiró el aroma de la victoria en el Reina Sofía (1-1)

Cuando marcaba Márquez de penalti, cometido sobre Guille Macho, en el minuto 73, pensé que el Zamora CF llegaría a la Ciudad del Romancero con la cosecha completa. Así me lo imaginaba después de que la escuadra rojiblanca fuera superior a Unionistas y demostrase un estilo de fútbol más inteligente, hilvanado y profundo que los charros, que, sobre todo en la primera mitad, no conseguía enlazar una sola jugada de ataque. El centro del campo blanquinegro había sido engullido por la dupla Ramos-Clavería, con un Guille Macho haciendo una doble labor, tanto en ataque como en compromiso con sus compañeros de la medular.

A falta de Campabadal y Roni, Castañeda, en el lateral derecho, y el televisivo Pito Camacho, formarían en el once titular. El resto, los de casi siempre. Y, desde el pitido inicial de un árbitro de cuyo nombre no quiero acordarme, por su caserismo vergonzante, la escuadra rojiblanca se hizo con la pelota. Unionistas miraba cómo jugaba el Zamora, que ya había disparado a puerta, pero sin peligro, merced a Macho, se acercaba por ambas bandas, con juego trenzado desde la medular y por Márquez. Si bien, sin grave peligro. Una gran acción de Sergio Nieto, con dos regates extraordinarios en el área, pero con centro abortado por la defensa local, fue una de las mejores acciones rojiblancas.

Llácer, técnico charro, decidió, tras la primera media hora de juego, presionar la salida del balón de la defensa rojiblanca, pero no tuvo mucho éxito ese cambio de planes local. No obstante, Unionistas se vio menos agobiado, con un fútbol tosco, pero sin peligro, aunque cada falta o saque de banda suponían un reto para la defensa zamorana.

No obstante, la oportunidad más clara de esa primera entrega nació en un centro de Guille Macho y un testarazo a la escuadra de Clavería, con un barullo que ningún rojiblanco acertó a rematar tras el rechace de la madera y la salida, jugándose el tipo, del cancerbero charro.

Tras el descanso, se conoció el primer remata a puerta, un tiro raso, blando y lejano, de Unionistas en todo el partido. No obstante, parecía recobrar vida, con acciones por las bandas, que tampoco encontraron rematador, merced a la gran labor de la zaga zamorana.

Ramos lanzaría un córner peligrosísimo a la primera hora de juego. Y dos minutos después, una indecisión de Fermín, a centro desde la izquierda, fue lo único destacable en el equipo local.

Llácer, comprobado que su equipo no podía con el juego rojiblanco introdujo tres cambios en el minuto 63, dando entrada a Rastrojo, Santamaria e Iñaqui González, que sustituyeron a Rabadán, De la Nava y Joni. Puesto por puesto. Unionistas seguiría jugando igual, pero aumentó su potencial físico.

Y llegó la acción clave del partido, en una gran jugada de Guille Macho, que era objeto de pena máxima, cuando entraba en el área charra. El penalti lo transformó Márquez, de tiro potente, raso, a la izquierda del meta charro. El gol se lo dedicaron los rojiblancos al aficionado fallecido esta semana en un accidente.