Mi padre, Francisco Lozano, una vida para recordar

Mi padre, Francisco Lozano Mateos, vivió noventa años, todos ellos dentro del pasado siglo XX, pues nació en septiembre de 1901 y murió en julio de 1992. Crió a los hijos de la mejor manera que supo , con los medios que tuvo a su alcance en cada momento, que nunca fueron abundantes.

Según me contaba él, desde su niñez hubo de sufrir privaciones por doquier: tenía catorce años cuando se embarcó de polizón para recalar en las Islas Azores y allí se dedicaba a la venta ambulante de puntillas y otras bisuterías por un escaso jornal que le daba el propietario de las mercancías. Contaba él que,  en cierta ocasión, el patrono le brindó la oportunidad  de hacer la "segunda"  Comunión, lo que aprovechó para tener un dia de comida extraordinaria y quedarse con la ropa que le dieron para comulgar.

De regreso a España, trabajó un tiempo en las minas de carbón de Villablino, hasta que tuvo que irse al servicio militar que le correspondió a África y allí le cogió la Guerra de Alhucemas, en cuyo conflicto bélico tomó parte como Cabo sanitario. Esta misión le permitió no pegar tiros en el frente, pero sí tenía que atender a los heridos en la retaguardia.

Cumplido el servicio militar, regresó a Zamora y estuvo algún tiempo contratado para picar piedra con destino al firme de las carreteras,  hasta que ingresó como guardia Municipal suplente, o sea que hacía servicio solo cuando había alguna baja.

Fue por entonces cuando se casó con África Vicente, mi madre, y comenzó su vida como empleado municipal, promocionándose hasta alcanzar la categoría de Sargento del Cuerpo que, a partir del año 1952 se denominó  Policía Municipal.

Mi padre se jubiló en el año 1966, dejándome a mí el Cuerpo de la Policía Municipal de Zamora, en el que alcancé la categoría de Mayor Jefe, y en este Cuerpo de Seguridad he dejado yo a mi hijo José Luis como continuador de la saga policial.Mi hijo José Luis ya está jubilado como Subinspector.

Balbino Lozano